¡VEN AL XIII ENCUENTRO NACIONAL DE SOLIDARIDAD CON CUBA!
sabado y domingo, 1 y 2 de marzo de 2008
Acapulco, Guerrero
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(tomado de Granma, miercoles, 13 de febrero de 2008)
Reflexiones del presidente cubano FIDEL CASTRO
El candidato republicano
(Tercera Parte )
Dije ayer que, mientras Bush hablaba en el Congreso, McCain recibía
homenajes en el restaurante Versailles de La Pequeña Habana.
Allí residieron y se instalaron con sus familias la mayoría de los más
enconados enemigos de la Revolución Cubana, que fueron los
batistianos, los grandes terratenientes, casatenientes y millonarios
que tiranizaron y saquearon a nuestro pueblo. El gobierno de Estados
Unidos los ha utilizado a su antojo para organizar a invasores y
terroristas que a lo largo de casi 50 años ensangrentaron a nuestro
país. A aquel flujo se sumaron después emigrantes ilegales, la Ley de
Ajuste Cubano y el brutal bloqueo impuesto al pueblo de Cuba.
Es increíble que a estas alturas el candidato republicano, con honores
de héroe, se convierta en instrumento de esa mafia. Nadie que se
estime a sí mismo comete tan grave falta de ética.
Los representantes Ileana Ros-Lehtinen, Mario y Lincoln Díaz- Balart,
el senador, igualmente de origen cubano, Mel Martínez, el gobernador
Charles Christ y el senador independiente Joseph Lieberman, se han
convertido en puntales del candidato para tratar de ganar la Florida y
en sus asesores principales para la política en América Latina.
¿Qué podrán esperar los latinoamericanos de tales consejeros?
Ros-Lehtinen caracterizó a McCain como "fuerte en defensa nacional" y
"también comprende la amenaza que significa el régimen de Castro".
McCain tuvo participación destacada en una audiencia que realizó el 21
de mayo del 2002 sobre Cuba en el Subcomité de Asuntos de Consumo,
Comercio Exterior y Turismo, del Comité de Ciencia y Transportación,
en la que reiteró que nuestro país constituye una amenaza para Estados
Unidos por su capacidad de producir armas biológicas, lo que James
Carter demostró era ridículo.
Sobre medidas propuestas para flexibilizar los viajes a Cuba, McCain,
en octubre de 2003, presentó una moción para interrumpir el debate en
torno a estos tópicos.
Se destaca la gestión realizada en marzo de 2005 para presentar un
proyecto legislativo bajo el título "Ley para el impulso de la
democracia 2005", que autoriza financiamiento, refuerza la subversión,
establece nuevas estructuras y propone mecanismos adicionales de
presión contra Cuba.
En alusión a las avionetas piratas derribadas el 24 de febrero de
1996, declaró: "Si yo fuera Presidente de Estados Unidos, ordenaría
una investigación del derribo de esos valientes que fueron asesinados
bajo órdenes de Fidel y Raúl Castro, y los enjuiciaría".
En otra de sus caprichosas declaraciones expresó que "cuando hubiera
libertad en Cuba, le gustaría enfrentarse a los cubanos que torturaron
a algunos de sus compañeros durante la guerra de Viet nam". ¡Qué
coraje el del obsesivo candidato!
Vayamos a la esencia de su pensamiento.
¿Qué educación política recibió? Ninguna. Se le instruyó como piloto
de guerra a partir de las aptitudes físicas para manejar un avión de
ataque. ¿Qué predominaba en él? La tradición familiar y sus fuertes
motivaciones políticas.
En sus memorias afirma: "Mi padre llegó al alto mando cuando el
comunismo había reemplazado al fascismo como la amenaza dominante a la
seguridad norteamericana. Lo odió ferozmente y se dedicó a su
aniquilamiento. Él creyó que estábamos bloqueados sin escape en una
lucha —vida o muerte— con los soviéticos. Uno u otro lado acabaría por
alcanzar la victoria total y el poderío naval resultaría crucial para
el resultado. Él era categórico sobre este asunto."
"En 1965, choques violentos entre facciones beligerantes, una de las
cuales se creía que era un frente comunista, habían puesto a la
República Dominicana al borde de la guerra civil. El Presidente
Johnson ordenó a mi padre comandar el asalto anfibio en la Operación
Steel Pike 1, la invasión y ocupación de la nación caribeña. Dicha
operación era controversial. Los críticos la juzgaron, con razón, como
una intervención ilegal en los asuntos de una nación soberana. Mi
padre, como era común en él, estaba impertérrito ante la oposición interna.
"'Algunos condenaron la intervención por injustificada', observó,
'pero los comunistas estaban listos para intervenir y hacerse cargo.
Puede ser que la gente no te ame por ser fuerte cuando tienes que
serlo, pero te respetan por ello y aprenden a comportarse de acuerdo a
esa actitud'.
"Su nombramiento posterior en las Naciones Unidas, fue considerado por
la armada como un punto final y se consideraba su última misión. Era
un Almirante de tres estrellas y las perspectivas de una cuarta
estrella eran remotas. Dos años después le ordenaron marchar a Londres
para asumir el mando de las fuerzas navales de Estados Unidos en
Europa. La cuarta estrella vino con este nombramiento. Antes de un año
le dieron el mando de todas las fuerzas de Estados Unidos en el
Pacífico, el mayor mando operacional militar del mundo."
Regresando McCain en su viaje de entrenamiento como cadete, pasó por
el territorio ocupado de Guantánamo.
"Guantánamo en esos días antes de Castro era un lugar salvaje. Todos
fuimos a tierra y nos dirigimos inmediatamente a las enormes tiendas
de campaña que se habían instalado en la base como bares temporales,
en las que se servía grandes cantidades de cerveza fuerte cubana y
ponches de ron incluso más potentes a los que manifestaran sed y no
pudieran ni pagarse el trago más barato."
"Me sentía orgulloso de graduarme de la Academia Naval. Pero en ese
momento, la emoción que sentí más profundamente fue la de alivio. Ya
me habían aceptado en Pensacola para un entrenamiento de vuelo. En
aquellos días, solo había que aprobar el examen físico para calificar
para el entrenamiento de vuelo, y estaba ansioso por hacerme a la vida
de un despreocupado aviador de la Marina."
"En octubre de 1962, estaba justamente regresando a la base naval de
Norfolk después de completar un despliegue en el Mediterráneo a bordo
del Enterprise.
Mi escuadrón levantó vuelo del Enterprise y regresó a la Estación
Aérea Naval Oceana mientras la nave entraba a Norfolk."
"Pocos días después de nuestro regreso, recibimos de improviso órdenes
de volar de regreso al portaaviones. Nuestros superiores explicaron la
insólita orden informándonos que un huracán se dirigía hacia nosotros."
"Todos nuestros aviones remontaron vuelo de vuelta al portaaviones en
el curso de veinticuatro horas y nos dirigimos mar afuera. Además de
nuestros A-1, el Enterprise tenía aviones de ataque de largo alcance,
a los que típicamente les son dificultosos el despegue y el
aterrizaje. Nos embarcamos en nuestro misterioso despliegue sin ellos."
"Nuestro jefe aéreo se dirigió a un representante del escuadrón y le
dijo que no teníamos tiempo para esperar por todos sus aviones para
aterrizar; algunos de ellos tendrían que regresar a su base.
"Yo estaba bastante desconcertado con la aparente urgencia de nuestra
misión —nos habíamos movido precipitadamente en un día, dejando atrás
algunos de nuestros aviones; el escuadrón de la Marina había recibido
la orden de unirse a nosotros con el combustible suficiente para
aterrizar o hacer un amarizaje. El misterio se resolvió cuando poco
tiempo después todos los pilotos se reunieron en el salón
multipropósito del Enterprise para escuchar la transmisión de un
mensaje del Presidente Kennedy informando a la nación que los
soviéticos estaban basificando misiles nucleares en Cuba."
Se estaba refiriendo esta vez a la conocida Crisis de Octubre de 1962,
hace más de 45 años, que dejó en él deseos latentes de atacar a nuestro país.
"El Enterprise, navegando a toda velocidad impulsado por energía
nuclear, fue el primer portaaviones norteamericano en llegar a las
aguas frente a Cuba. Durante casi cinco días, los pilotos del
Enterprise creímos que entraríamos en acción. Nunca antes habíamos
combatido, y a pesar de la confrontación mundial que presagiaba un
golpe contra Cuba, estábamos preparados y ansiosos de ejecutar nuestra
primera misión de vuelo. La atmósfera a bordo de la nave era bastante
tensa, pero no exageradamente. Por supuesto, en nuestro fuero interno
estábamos muy excitados, pero mantuvimos nuestra compostura e imitamos
la imagen típica de un lacónico, reservado y audaz norteamericano en guerra."
"Después de cinco días la tensión aflojó, cuando se hizo evidente que
la crisis se resolvería de forma pacífica. No nos decepcionó no haber
logrado nuestra primera experiencia de combate, pero se abrieron
nuestros apetitos y avivaron nuestras fantasías. Anticipamos con
avidez la ocasión de hacer lo que estábamos entrenados para hacer, y
descubrir, al fin, si éramos lo bastante valientes para realizar la tarea."
Narra más adelante el accidente que se produjo en el portaaviones
nuclear Forrestal cuando se encontraba en el Golfo de Tonkín. Ciento
treinta y cuatro jóvenes norteamericanos, muchos con 18 y 19 años,
murieron en un enorme esfuerzo por salvar la nave. El portaaviones,
lleno de perforaciones por las bombas que estallaron, tuvo que viajar
a Estados Unidos para ser reconstruido. Habría que revisar lo que
entonces se publicó y el enfoque sobre el tema.
McCain pasa después a otro portaaviones de tipo convencional en los
mismos mares, con idéntico objetivo. Cada una de las autodefiniciones
del autor deben observarse.
"El 30 de septiembre de 1967, me reporté al Oriskany y grupo VA-136,
que era un escuadrón de ataque de A-4 y respondía al sobrenombre de
'Los Santos'. Durante los tres años que duró la Operación Trueno
Rodante —campaña de bombardeo al norte de Viet nam que comenzó en
1965—, ningún piloto de portaaviones vivió más acción o sufrió más
pérdidas que los del Oriskany. Cuando la administración Johnson dio
por concluida la Operación Trueno Rodante, en 1968, treinta y ocho de
sus pilotos habían sido muertos o capturados. Se habían perdido
sesenta aviones, incluyendo veintinueve del modelo A-4. 'Los Santos'
sufrieron la más alta tasa de bajas. En 1967, un tercio de los pilotos
del escuadrón fue muerto o capturado. Cada uno de los quince A-4 que
pertenecían originalmente a este grupo había sido destruido. Nosotros
gozábamos de una reputación por nuestra agresividad y por el éxito que
alcanzábamos en nuestras misiones. En los meses que antecedieron mi
llegada al escuadrón, 'Los Santos' habían destruido todos los puentes
de la ciudad portuaria de Haiphong."
"Al igual que todos los pilotos de combate, nosotros mostrábamos una
indiferencia casi macabra hacia la muerte, que encubría una gran
tristeza en el escuadrón y que se hacía más profunda a medida que
aumentaba nuestra lista de bajas.
"Volábamos hacia nuestro próximo ataque con la determinación de hacer
el mayor daño posible.
"Yo estaba a punto de lanzar mis bombas cuando la alarma del avión sonó.
"Sabía que me habían dado. Mi A-4, que volaba a una velocidad cercana
a las 550 millas por hora, se precipitó violentamente a tierra
haciendo giros en espiral."
"Reaccioné automáticamente en el momento luego del impacto, y vi que
mi avión había perdido un ala. Comuniqué mi situación por radio y
activé la palanca de expulsión de emergencia del asiento."
"Choqué con parte del avión, rompiéndome mi brazo izquierdo, mi brazo
derecho en tres partes y mi rodilla derecha. Quedé inconsciente por un
breve instante debido a la fuerza de la expulsión. Algunos testigos
afirman que mi paracaídas apenas se abrió momentos antes de caer en
las aguas poco profundas del Lago Truc Bach. Toqué tierra en medio del
lago, en el centro de la ciudad, a plena luz del día."
"Mi padre no era muy dado en cuanto a pelear guerras con medidas a
medias. Él consideraba la auto-contención como una admirable cualidad
humana, pero cuando se pelean guerras el creía en tomar todas las
medidas necesarias para traer el conflicto a una conclusión rápida y
exitosa. La guerra de Viet nam no fue rápida ni exitosa y sé que esto
lo frustró bastante."
"En un discurso que pronunció después que se retiró, expresó que 'dos
decisiones deplorables' habían condenado a los Estados Unidos a
fracasar en Viet nam: "La primera fue la decisión pública para
prohibir a las tropas estadounidenses entrar en el norte de Viet nam y
derrotar al enemigo en su propio suelo... La segunda fue... prohibir
el bombardeo de Hanoi y Haiphong hasta las dos últimas semanas del
conflicto...".
"Estas dos decisiones se combinaron para permitirle a Hanoi adoptar
cualquier estrategia que quisiera, sabiendo que virtualmente no habría
represalias, ni contraataque".
"Cuando los vietnamitas del norte lanzaron una ofensiva de primera
importancia en diciembre de 1971, en un momento en que las fuerzas de
Estados Unidos en Vietnam habían sido reducidas a 69 000 hombres, el
Presidente Nixon finalmente le indicó a mi padre minar Haiphong y
otros puertos del norte de manera inmediata. La Administración Nixon
prescindió mucho de la microdirección de la guerra que le había
prestado tan mal servicio a la Administración de Johnson,
particularmente las absurdas restricciones de objetivos impuestas a
los pilotos de los bombarderos estadounidenses".
"Las relaciones entre los comandantes militares y sus superiores
civiles mejoraron cuando el Presidente Nixon y el Secretario de
Defensa Melvin Laird asumieron el cargo. La nueva administración
evidentemente estaba más interesada y apoyaba los puntos de vista de
los generales y almirantes que llevaban a cabo la guerra. Mi padre
tenía una buena relación con ambos, Nixon y Laird, así como con Henry
Kissinger, el Consejero de Seguridad Nacional del Presidente".
No oculta sus sentimientos cuando habla de las víctimas de los
bombardeos. Sus palabras destilan profundo odio.
"En abril de 1972 nuestra situación mejoró mucho más, cuando el
Presidente Nixon reinició el bombardeo de Viet nam del Norte y bajo
las órdenes de mi padre empezaron a caer sobre Hanoi las primeras
bombas desde marzo de 1968. La Operación Linebacker, como se llamó a
esa campaña, trajo a los B-52 a la guerra, con su enorme carga de bombas".
"La angustia que habíamos sufrido antes de 1972 se empeoró por el
miedo que teníamos de que Estados Unidos no estuviera preparado para
hacer lo que era necesario para dar término a la guerra de un modo
razonablemente rápido. No podíamos divisar en el horizonte el día que
la guerra iba a terminar. Aunque usted haya apoyado la guerra o se
haya opuesto a ella —conocí varios presos que defendían la última
posición— nadie creyó que la guerra debió haber sido llevada a cabo
del modo en que lo hizo la administración Johnson".
"Los B-52 aterrorizaron Hanoi durante once noches. Venían oleada tras
oleada. Durante el día, mientras los bombarderos estratégicos eran
reamunicionados y reabastecidos de combustible, otros aviones iban al
asalto. Los vietnamitas comprendieron."
"Nuestros oficiales superiores sabiendo que este momento era
inminente, nos habían advertido que no mostráramos ninguna emoción
cuando el acuerdo se hiciera público."
Destila odio hacia los vietnamitas. Estaba dispuesto a exterminarlos a todos.
"En el momento en que llegó el fin, con la firma en París de los
acuerdos de paz, mi padre se había retirado del servicio activo. Ya
sin las restricciones de su papel como subordinado a superiores
civiles, desestimó el acuerdo. 'En nuestra ansiedad por salir de la
guerra, firmamos un acuerdo muy malo', dijo."
En estos párrafos está reflejado el pensamiento más íntimo de McCain.
Lo peor se produce cuando cede a la idea de hacer una declaración
contra la guerra llevada a cabo por su país. Eso no podía dejar de
mencionarlo en su libro. ¿Cómo lo hace?
"Él (su padre) había recibido un informe de que una transmisión
propagandística grandemente editada que se pretendía había sido hecha
por mí, había sido analizada y la voz comparada con la grabación de mi
entrevista con el periodista francés. Las dos voces fueron
identificadas como la misma. En los días de angustia justo después de
mi confesión, temía que esto fuera descubierto por mi padre.
"Después que regresé a casa, él nunca me mencionó que sabía acerca de
mi confesión y, aunque le conté al respecto, nunca lo discutí con
profundidad. Sólo hace poco supe que la cinta que soñé haber oído a
través del altoparlante en mi celda había sido real, había sido
transmitida fuera de la prisión y había sido conocida por mi padre.
"Si hubiera sabido del momento en que mi padre había oído mi
confesión, me hubiera angustiado más de lo que se pudiera imaginar y
no me hubiera recuperado de la experiencia tan rápido como lo hice.
Pero en los años que han pasado desde ese suceso, mi estima por mi
padre y por mí mismo ha madurado. Comprendo mejor la naturaleza del
carácter fuerte.
"Mi padre fue un hombre lo suficientemente fuerte para no juzgar
demasiado duro el carácter de un hijo que había alcanzado sus límites
y descubrió que estos eran pequeños para los estándares de los héroes
idealizados que nos han inspirado cuando niños."
No por eso lo critico. Sería despiadado e inhumano hacerlo. No es el
objetivo. Se trata ahora de la necesidad de desenmascarar una política
que no es individual, sino compartida por muchas personas, ya que la
verdad objetiva siempre será difícil de comprender.
¿Ha pensado alguna vez McCain en los Cinco Héroes antiterroristas
cubanos que fueron encerrados en prisiones solitarias como las que él
dice detestar, obligados a comparecer ante un jurado de La Pequeña
Habana por delitos que nunca cometieron, sancionados tres de ellos a
una y hasta dos cadenas perpetuas, y los otros dos a 19 y 15 años?
¿Conoce que las autoridades de Estados Unidos recibieron información
que pudo impedir la muerte por terrorismo de ciudadanos norteamericanos?
¿Conoce las actividades de Posada Carriles y Orlando Bosch,
responsables de la voladura de un avión cubano de pasajeros en pleno
vuelo y la muerte de sus 73 ocupantes?
¿Por qué no les habla de eso a los cadetes de Annapolis?
Los héroes cubanos están próximos a cumplir ya 10 años de prisión. No
han asesinado ni torturado nunca a nadie. No los acuse ahora de que
estaban en Viet nam torturando a pilotos norteamericanos.
Conozco lo declarado por usted en la escuela donde se graduó como
cadete. Le agradezco su noble deseo de no responderme para no
dignificarme. La única lamentable confusión —y no ha sido la intención
de algunas agencias que transmitieron la primera reflexión sobre el
tema— es que yo pedí pruebas. No se puede probar lo que nunca ocurrió.
Pedí ética.
Continuaré.
Fidel Castro Ruz
12 de febrero de 2008
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