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México, DF, 28 de abril de 2007.
Servicio informativo núm. 80
LAS VOCES LEGÍTIMAS
La distorsión en lo económico y en lo político que provoca la concentración del poder oligárquico, los paraísos fiscales que impiden una reforma fiscal que beneficie a la mayoría, los retos de la izquierda perredista y el intento de derogar la ley de neutralidad mexicana ante conflictos bélicos internacionales son los temas que esta semana abordaron los secretarios del gabinete de Andrés Manuel López Obrador en sus espacios editoriales, así como otros políticos afines al movimiento que encabeza el político tabasqueño.
José Agustín Ortiz Pinchetti. El partido del retroceso y el otro (La Jornada 22-04-07)
En su artículo dominical, el secretario de Relaciones Políticas del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador hace un recorrido por los saldos negativos que el control económico y político de las oligarquías ha arrojado.
“Entre 100 y 50 grupos conforman una oligarquía dominante. Son capaces de eludir impuestos, aplastar competidores, impedir que nuevos entren en el mercado, convertir en letra muerta la ley de competencia, interferir en el órgano antimonopolio. Actúan como depredadores que esquivan sus obligaciones laborales, corrompen sindicatos, imponen precios. El costo de 50 insumos hipercaros implica para la economía mexicana una disminución en dos puntos del producto interno. Estos grupos acorralan los mercados y son causa importante del nulo crecimiento”, señala Ortiz Pinchetti.
Y completa el panorama con lo siguiente: “Los oligarcas ‘controlan’ no sólo al Presidente y a su equipo; sus personeros bloquean reformas legislativas que pudieran acotar sus abusos. El Poder Judicial está en gran medida determinado por su influencia. Felipe Calderón, quien usurpó el Poder Ejecutivo aliándose a la oligarquía, nada hará que pueda menoscabarla”.
Las consecuencias del control oligarca sobre la democracia son evidentes: “Esta hegemonía distorsiona todo el orden político, explica la lentitud y retrocesos de la transición a la democracia. Los grupos se han vuelto muy agresivos y se oponen con energía a cualquier alternativa de cambio. De ahí su participación ilegal y delictuosa en las elecciones de 2006 y los beneficios que han recibido del gobierno anterior y de éste. La coalición de panistas, priistas, elbistas, monopolios sindicales y burocracia, los sectores reaccionarios de intelectuales orgánicos y del clero, son el verdadero partido del retroceso (PR). No tienen ideología. Sus ejes son los intereses de las elites”.
La conclusión de Ortiz Pinchetti es la siguiente: “En las décadas recientes, los tecnócratas estimularon la concentración, la justificaron con la peregrina idea de competir en un mundo globalizado. De hecho, reiteran tendencias históricas. La concentración es el sustento de la pirámide social y racial del México de raíz colonial y de su monstruosa desigualdad. La mano visible y negra de la oligarquía anula el espíritu emprendedor y la justicia. ¿Este sistema arcaico es nuestro destino inevitable? Yo creo que no”.
Luis Linares Zapata. Para desnudar a la oligarquía (La Jornada 25-04-07)
En el mismo tenor que su colega de gabinete, el secretario de Desarrollo Económico y Ecología lopezobradorista complementa el dibujo de las oligarquías mexicanas que detentan el poder en la actualidad.
Comparando con el porfiriato, Linares señala: “las oligarquías son réplicas de sus antecesores de tristes recuerdos en la historia patria. Lo grave, sin embargo, es que la mexicana no se distingue por ser un motor que impulse el desarrollo de la fábrica del país. Se rehúsa, con ahínco notable, ante cualquier afectación al cuadro establecido de valores y no alienta cambios en las costumbres colectivas con el ánimo de colaborar en la maduración de la sociedad. Por el contrario, sus integrantes son, en su casi totalidad, los que han escamoteado los requisitos que un crecimiento acelerado impone como necesarios, tales como enterar, con justicia y pulcritud, su contribución impositiva. Pero, sobre todo, obstaculiza, con todo el masivo poder que la caracteriza, el desenvolvimiento de la vida democrática de la nación”.
“La oligarquía mexicana se distingue, para mal, de otras que se han formado en distintos países. Ante ellas exhibe, sin pudor alguno, sus limitantes: la ignorancia grosera que le acompaña, su voracidad o el compulsivo desplante para exhibir riquezas”.
Tras comparar analizarlos casos de las oligarquías japonesa y estadunidense, el funcionario lopezobradorista concluye: “Los oligarcas locales son, lo vienen mostrando cada vez con mayor rigor estudios y auditorías, un conjunto de hombres (abrumadora mayoría) y mujeres que no atisban con perspectiva lejana lo que la sociedad requiere, lo que exigen las organizaciones puestas a su mando para avanzar y transformarse. Reúne, esta versión autóctona de las oligarquías, actores prepotentes, de corta mirada y de rústica imitación de lo visto, oído y desechado en otras partes”.
“Su pasada intervención, contrariando de manera flagrante la vida democrática del país, fue uno de sus excesos que, paso a paso, va mostrando sus nocivos efectos. Ayudó a socavar las instituciones electorales que se habían edificado después de un dilatado periodo de atropellos y faltas flagrantes a la soberanía popular. Es causa eficiente, irresponsable, de la cruda y profunda división del país y de la pérdida de confianza en cruciales instituciones, pues las envilecieron con sus trampas, abusos e impunidad… De continuar con su actitud retardataria y hasta criminal la oligarquía hará que se le pierda el poco respeto que, con dificultades crecientes, conserva aún entre los grupos más conservadores de la sociedad”.
Mario di Costanzo. El talón de Aquiles del sistema tributario (La Jornada 23-04-07)
Un día después, Mario Di Costanzo, secretario de la Hacienda Pública lopezobradorista, abordó el tema de las recientes recomendaciones de organismos financieros internacionales para que una reforma fiscal en México decida la aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) a los alimentos y los medicamentos, lo que llevó al economista a calificar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) y al Banco Mundial (BM) como “paleros de Felipe Calderón y de Agustín Carstens”
Partidario de que una reforma fiscal grave al ingreso y no al consumo, Di Costanzo reitera en su artículo la necesidad de terminar con los tratamientos preferenciales y exenciones en los impuestos a los grandes empresarios, que se traduce en una fuente importante de elusión y evasión de impuestos.
En su análisis agrega que “es importante mencionar que la OCDE ha ocultado el hecho de que la verdadera razón de que México sea uno de los países que menor recaudación tiene como proporción del PIB se debe a que es el país con menor recaudación proveniente del ISR que se aplica a las empresas, dato que ha ocultado para no poner en evidencia los paraísos fiscales en los que se manejan los grandes consorcios internacionales”.
La conclusión del funcionario lopezobradorista es que el ‘talón de Aquiles’ del sistema tributario en México son los regímenes fiscales, como el de la consolidación fiscal o la depreciación acelerada de activos y la exención de las operaciones en la bolsa, así como la corrupción y negligencia que existe en el SAT, y los contribuyentes no tienen por qué pagar por estas ineficiencias y corruptelas”.
Alejandro Encinas Rodríguez. Caciques contra caudillos (El Universal 24-04-07)
Interesado en participar activamente en el momento político que vive su partido, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el ex jefe de gobierno capitalino dedica su espacio editorial semanal ha observar autocríticamente la situación interna de dicho instituto político en vísperas de su X Congreso Nacional.
“La izquierda y en particular el PRD enfrenta hoy a una derecha organizada que detenta —por ilegítimo que sea— el gobierno nacional y que ha asumido una posición de fuerza y confrontación ante el desconocimiento que el PRD y la Convención Nacional Democrática han hecho de su legitimidad. Por ello, no debe perderse de vista la naturaleza del adversario, y que la disputa política se ubica como nunca antes en el marco de una polarización social que ha trascendido el ámbito electora”, señala Encinas como premisas de su análisis.
Y agrega: “para la izquierda es necesaria la organización partidaria, pues es el espacio que le permite articular sus ideas en torno a un proyecto político. Por lo que más que pensar en un debate hacia el control del aparato partidario y de los cargos electorales que se han convertido en un verdadero botín, su preocupación debe orientarse hacia cómo transitar de una izquierda partidaria a una izquierda societaria, que conduzca el movimiento popular que acompañó el proceso electoral del 2006 y estructure un contrapeso a los excesos de la derecha en el poder; que sea capaz de construir ciudadanía, cuente con un verdadero proyecto de nación y retome la iniciativa perdida frente a los movimientos sociales, en los sindicatos, las organizaciones campesinas, populares y los jóvenes; es decir: en los espacios que representan el interés de lo público”.
“Para ello —concluye—, se requiere romper con las inercias que atan la iniciativa del PRD, que lo presentan como una organización que privilegia lo doméstico y el desgaste interno por encima de lo sustantivo. No se trata por ello de una lucha por la hegemonía partidaria, o entre grupos que combaten el augurio del caudillo, sino de desarrollar una capacidad de transformación acorde con la responsabilidad que representa la defensa de lo público en una sociedad segmentada y desigual. Con ello la izquierda puede demostrar su vigencia y su capacidad de renovación en un escenario de adversidad”.
Gustavo Iruegas. Adiós a la neutralidad (La Jornada 27-04-07)
En vísperas de que el Poder Legislativo discuta la propuesta panista de abrogar la ley que garantiza la neutralidad mexicana en conflictos bélicos internacionales, el secretario de Relaciones Internacionales del gobierno legítimo aborda lo que esta tradicional política de la diplomacia mexicana representa hoy en día.
Iruegas recapitula históricamente este tema y al final aborda el análisis de su situación actual en los siguientes términos:
“La iniciativa en proceso para derogar la Ley para Conservar la Neutralidad del País ha despertado muchas sospechas. El recelo surge de que en los últimos cinco años se han presentado iniciativas de ley para modificar la Constitución en el sentido de dar facultades al Presidente para declarar la suspensión de garantías sin necesidad de pedir la autorización del Congreso; para que el Presidente pueda ordenar la salida de tropas nacionales y admitir la entrada de tropas extranjeras y el estacionamiento de flotas en aguas nacionales sin el permiso del Congreso; además está ahora en proceso una iniciativa que le da facultades de investigación a la policía preventiva, y autoriza el espionaje sobre los ciudadanos sin orden judicial; está en sus últimos trámites la incorporación del delito de ‘terrorismo internacional’ a nuestro código penal”.
“El conjunto de este paquete legislativo tiende a darle a México el carácter de un Estado policiaco, lo que, sumado al hecho de que el gobierno participa en conversaciones para incluir al país en el perímetro de seguridad de Estados Unidos, despierta temores muy fundados”.
“¿Quiere el gobierno de facto autorizar el estacionamiento de submarinos, portaviones y bombarderos que prohíbe la ley? Todo indica que sí. ¿Derogar la ley de neutralidad se lo permitiría? No”.
“¿Cuál es la urgencia de derogarla ahora? Bien puede esperar otros 10 o 20 años: la neutralidad no volverá. La ley inocua que se quiere derogar no da mejores oportunidades de sacrificar la seguridad del país en abono de la de Estados Unidos, ni es una salvaguardia contra ello. Pero las airadas sospechas que despierta tienen motivos muy fundados”.