Hace más o menos un mes, advertí que ni el PT ni Convergencia podrían a mi juicio, garantizar la transición democrática y con ello la Reforma del Estado que requiere nuestro país.
Al menos, el Presidente Legítimo de México, Andrés Manuel López Obrador, mantuvo la coherencia de principios y ordenó echar abajo esa alianza, claro a ver si le hacen caso, después de todo, Alberto Anaya el Presidente Vitalicio del Partido del Trabajo, es amigo de Raúl Salinas, y precisamente a él le debe su changarro, bonito aliado tiene el movimiento social.
También hay que recordar que está pendiente una alianza electoral en Jalisco entre el PRD y el PAN, que al igual que el pacto PT – PRI según se ha dicho está tambaleándose.
Lo que es cierto, es que se comprueba que los partidos no son la opción para el cambio, que si realmente la clase política tuviera principios, ni siquiera pensaría en el más loco de sus alucines aliarse con el enemigo, pero claro las chambas en el servicio público, el presupuesto que cada partido recibe según el porcentaje de votación que obtenga, y la consolidación de los intereses económicos que protegen siempre se anteponen a cualquier ideología.
Esta es la realidad los partidos políticos no sirven ya, se agotó el modelo de democracia occidental basado en los partidos políticos, que sólo ha servido para crear una oligarquía.
La única opción real, es la movilización popular, impulsar el cambio desde abajo y derrumbar las estructuras de esta demagogia, y para ello votar o no votar en las elecciones da lo mismo, la democracia no es una boleta ni un papanatas que mama del presupuesto gracias a este sistema demagógico, bien lo dijo el Revolucionario Francés Marat: “la democracia es como si las reses eligieran al carnicero que las va sacrificar”.
L.D. Jesús Palma