México, D.F. a 10 de abril de 2008.
Aniversario del artero crimen del Jefe, el General Zapata.
El General fue recordado hoy desde una nueva trinchera y en la continuidad de las acciones de la bola de renegados que se niegan a irse a sus casas y no hacer nada, a conformarse y seguir sus vidas tan tranquilos porque han dejado de ser unos cuantos que escuchan, leen de cómo van las decisiones políticas del país y eso...siguen sin conformarse.
Siguen siendo expresión y un uno a uno de los que se miran y se ven reflejados, se sienten acompañados, congruentes y parte de algo que va mucho más allá de las capacidades de convocatoria de un líder extraordinario.
Y siguen saliendo a la calle, orgullosos, dignos, convencidos de que la lucha es válida, legítima y necesaria.
No, no sólo son las mujeres, son sus esposos, los amigos, los compañeros, las brigadistas, los brigadistas, los renegados que - muchos de ellos - están atentos a los llamados desde el 2005, cuando escuchamos uno de los discursos más emotivos y ciertos de la historia de este México, pronunciado por Andrés Manuel López Obrador, desde la tribuna - aunque no fuera la más alta tribuna - del país. Son más de tres años y ahí siguen, ahí seguimos.
Nos reunimos en el Hemiciclo a Juárez, ese silencioso y eterno acompañante de los gritos, el entusiasmo, las consignas; ya no se trata sólo de agruparse en un sitio y ser parte de un todo, ahora, seguimos siendo parte de ese todo, pero tenemos una identidad que no necesariamente es partidista, esa está, pero ahora también la sociedad civil que normalmente sólo se reúne...hoy también se organiza, mucho más que en la campaña antidesafuero, en la campaña electoral a favor de Andrés Manuel, en el repudio al fraude, en la defensa ahora del patrimonio nacional, y queda clara, al menos una cosa, mientras más se empeñan en continuar decidiendo sin tomarnos en cuenta, más nos verán en las calles expresar nuestra inconformidad.
Hay mujeres jóvenes, maduras, más maduras, y las más maduras que como siempre, dan un ejemplo de convicción, no se cansan, y orgullosamente están y estarán.
La algarabía y el colorido las hacen hermosas, las acompañan, y lejos de agobiarse por el calor, éste las hace gritar más fuerte, sentirse vivas y fuertes.
No hay poder humano que detenga esto....pobres legisladores...se sienten impotentes porque "no nos dejan legislar"....y cada vez más...el discurso hueco, es cada vez más hueco...un discurso que ya nadie se creé, empezando por ellos mismos.
¿Qué se hace con una sociedad así...? dividida entre los que creén que nos ven la cara, los que no nos dejamos, los que están más allá de los 3 mil metros sobre el nivel de mar y ni se enteran, y los miles a los que lo que suceda con el petróleo les tiene absolutamente sin cuidado?.
Nosotros por lo pronto...no nos vamos a dejar....
Att. Olimpia.
Los esperamos, las esperamos, a reforzar el cerco a la cámara de senadores y diputados.