DEL BLOG "RESISTENCIA ESPIRITUAL"


LA LIBERACIÓN SURGIRÁ DE LOS POBRES
(El “Nican Mopohua”)

1. Un Mensaje a través de Símbolos

El relato del Evento Guadalupe fue originalmente escrito en náhuatl. El nombre de este relato (“Nican Mopohua”) le viene de sus dos primeras palabras en náhuatl que significan “En orden y concierto” o “Aquí se narra”...

Lo sucedido en Tepeyac recogía el Proyecto Indígena de enseñanza-aprendizaje hacia una Nueva Civilización y, al mismo tiempo, formaba parte de la crítica severa que, a niveles más amplios, se empezaba a hacer al régimen colonial y a la “conquista espiritual” como una evangelización impuesta o acompañada por la espada...

Guadalupe es un Evento Náhuatl, pero más ampliamente era un Mensaje desde el indio y para el indio, encarnado en el conjunto de los valores culturales indios fundamentales...

El Nican Mopohua está escrito en el náhuatl “clásico”, lenguaje llano, directo, suave, preciso, elegante, sonoro, bello, profundo, altamente significativo y sublime. Pero es importante destacar, sobre todo, que el Nican Mopohua está escrito con lenguaje simbólico, es decir, con un lenguaje que además de la comunicación que hace mediante las palabras, tiene un sentido más allá de las palabras, más profundo, más significativo, más rico, más pleno. Si se conoce el eje simbólico náhuatl y se lee este documento a partir de los símbolos, su significado es muchísimo más vasto y sorprendente, y logra explicar, en cierta medida, por qué para el pueblo mexicano el Evento Guadalupano es tan importante y trascendente...

El símbolo, como significante, satura un significado (‘objeto’ o ‘cosa’) con una significación aún más rica que la que nos ofrece la palabra. La riqueza de esa significación está en que el símbolo acumula en sí mismo varios significados y varias significaciones. Así, por ejemplo, el símbolo “flor” (xóchitl) es un significante que al significado de ‘flor’ (como el objeto real ‘flor’) le da la significación de verdad, de belleza, de autenticidad, además del significado más general de ‘filosofía’. A esta ‘saturación’ contenida en xóchitl, añadamos que la cultura náhuatl exige en su estructura que la comunicación más profunda se haga mediante difrasismos, es decir, unión completiva de dos palabras o de dos símbolos para expresar o referirse a un tercer significado unitivo más vasto y completo... Como decía Don Ángel María Garibay, nos ponemos así ante una ‘angustia’ de significación que quiere ver las cosas desde todos los ángulos posibles...

Los símbolos no son los mismos en todas las culturas. Por ejemplo, no en todas las culturas la flor es símbolo de la verdad. Para determinar el significado y significación de un símbolo en una cultura es necesario recurrir a los mitos de esa misma cultura. Los mitos son las ‘historias’ o las ‘explicaciones’ que tiene una cultura, mediante los cuales se “clarifican” o se hacen “aceptables” las significaciones de los símbolos en los que están representados los valores, los antivalores, los problemas, las contradicciones y las soluciones fundamentales que posee esa cultura. Pero, además, otra función del mito consiste en dar a sus explicaciones y a sus símbolos un significado y un sentido permanentes, sincrónicos, que los pone en un instante en el pasado, en el presente y en el futuro. En este caso los mitos no son ‘históricos’, son más que históricos, se refieren a todos los momentos históricos y no solamente a uno solo. Así, por ejemplo, el pobre Nanahuatzin, sacrificado en el Mito del Quinto Sol, es el pobre de siempre, el que siempre es sacrificado y por cuyo esfuerzo vive el mundo de siempre, la sociedad de siempre, hasta que su sentido espiritual logre que nazca un mundo nuevo...

Esto que estamos explicando es fundamental porque el significado del simbolismo del Nican Mopohua no podrá traerse legítimamente sino de la misma mitología náhuatl... Si a un símbolo del Nican Mopohua le damos el significado o la significación de otra cultura, por ejemplo, de la hebrea, estaremos falseando y distorsionando al Nican Mopohua; es más, estaremos ofendiendo al pueblo y a la cultura náhuatl, porque de hecho ya le ha dado significado propio a sus símbolos y no tiene necesidad alguna de que se lo vengan a dar de fuera... Lo náhuatl le tiene que decir a las demás culturas lo que es lo náhuatl; a su vez la cultura náhuatl escucha lo que le dicen las demás, y cada una –por lo menos esa es la esperanza- se enriquece con lo que los sujetos de esa cultura aceptan...

Don Primo Feliciano Velázquez tradujo el relato del Nican Mopohua, en 1926, al castellano. Con ello indudablemente prestó un gran servicio al pueblo mexicano, en su mayoría ignorante ya del idioma de sus antepasados. Pero, al mismo tiempo, clausuró con ello el acceso a la riqueza encerrada en el texto original...

Por tal razón, en este trabajo iremos “leyendo” la traducción del original náhuatl, y al mismo tiempo iremos ahondando en los significados simbólicos más importantes de sus palabras o conjuntos de palabras. Así podremos constatar la enorme diferencia entre “leer” con una óptica no náhuatl (que de cualquier modo percibe hechos muy interesantes, pero los interpreta de manera muy simple y sin la riqueza que realmente contienen) y leer con una óptica náhuatl (que sorprende a quien lee así y lo hace parte de una “historia transhistórica” que lo interpela personalmente, lo ilumina, lo transforma, y lo hace tomar decisiones nuevas si esta “historia” se encuentra con alguna forma de ascendiente náhuatl en su interior)...


(Este artículo, basado en Flor y Canto del Tepeyac,
de Clodomiro L. Siller A., continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia


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