Barack Obama, Presidente Electo de los Estados Unidos de América.
Ciudadano presidente electo:
El lunes próximo tendrá usted una entrevista con nuestro compatriota Felipe Calderón, quien se ostenta como presidente de México.
Este ciudadano ocupa dicho cargo como resultado de un gran fraude electoral, orquestado por un grupo mafioso de traficantes de influencias y políticos corruptos.
En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa; hay Poderes Constitucionales, pero en los hechos un grupo ha confiscado todos los Poderes.
Esta especie de dictadura encubierta no solo ha nulificado la vida democrática, sino que ha causado una infame desigualdad económica y social.
Aunque cruda, esta es la realidad: en México la riqueza de unos (pocos) se ha edificado con la miseria de otros (muchos).
Pero independientemente de esta penosa circunstancia, que los mexicanos ya estamos enfrentando de manera soberana, el propósito principal de mi escrito es expresarle que sería un grave error poner en marcha, por parte de su futuro gobierno, una política que impida el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Tenga en cuenta que la política de pillaje, llamada neoliberal, impuesta en México desde hace 26 años, ha devastado la actividad productiva, ha impedido el crecimiento económico y la generación de empleos, y esto ha llevado a que millones de mexicanos (más de 500 mil por año) se vean en la necesidad de emigrar, arriesgándolo todo, en busca de oportunidades que mitiguen su hambre y su pobreza.
Como usted comprenderá, después de un largo periodo sin crecimiento económico, si no fuese por el fenómeno migratorio, ya hubiese habido un estallido social en México.
En consecuencia, es indispensable que la relación entre los dos países se finque en la cooperación y no en el uso de medidas coercitivas.
La solución al problema migratorio no se encuentra en la construcción de muros ni en la militarización de la frontera, sino en el desarrollo económico y social de México.
Asimismo, esperamos que de manera congruente con sus repetidos compromisos de campaña, ponga en práctica un plan para solucionar la situación migratoria de los mexicanos que viven y trabajan en su país.
Estoy seguro que tendrá la virtud y la suerte para responder a las grandes expectativas que ha despertado entre su pueblo y el nuestro.
Atentamente:
Andrés Manuel López Obrador,
Presidente Legítimo de México.
Altar, Sonora, a 10 de enero de 2008
Ciudadano presidente electo:
El lunes próximo tendrá usted una entrevista con nuestro compatriota Felipe Calderón, quien se ostenta como presidente de México.
Este ciudadano ocupa dicho cargo como resultado de un gran fraude electoral, orquestado por un grupo mafioso de traficantes de influencias y políticos corruptos.
En nuestro país existe una República aparente, simulada, falsa; hay Poderes Constitucionales, pero en los hechos un grupo ha confiscado todos los Poderes.
Esta especie de dictadura encubierta no solo ha nulificado la vida democrática, sino que ha causado una infame desigualdad económica y social.
Aunque cruda, esta es la realidad: en México la riqueza de unos (pocos) se ha edificado con la miseria de otros (muchos).
Pero independientemente de esta penosa circunstancia, que los mexicanos ya estamos enfrentando de manera soberana, el propósito principal de mi escrito es expresarle que sería un grave error poner en marcha, por parte de su futuro gobierno, una política que impida el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Tenga en cuenta que la política de pillaje, llamada neoliberal, impuesta en México desde hace 26 años, ha devastado la actividad productiva, ha impedido el crecimiento económico y la generación de empleos, y esto ha llevado a que millones de mexicanos (más de 500 mil por año) se vean en la necesidad de emigrar, arriesgándolo todo, en busca de oportunidades que mitiguen su hambre y su pobreza.
Como usted comprenderá, después de un largo periodo sin crecimiento económico, si no fuese por el fenómeno migratorio, ya hubiese habido un estallido social en México.
En consecuencia, es indispensable que la relación entre los dos países se finque en la cooperación y no en el uso de medidas coercitivas.
La solución al problema migratorio no se encuentra en la construcción de muros ni en la militarización de la frontera, sino en el desarrollo económico y social de México.
Asimismo, esperamos que de manera congruente con sus repetidos compromisos de campaña, ponga en práctica un plan para solucionar la situación migratoria de los mexicanos que viven y trabajan en su país.
Estoy seguro que tendrá la virtud y la suerte para responder a las grandes expectativas que ha despertado entre su pueblo y el nuestro.
Atentamente:
Andrés Manuel López Obrador,
Presidente Legítimo de México.
Altar, Sonora, a 10 de enero de 2008