Alfonso Lujambio Irazábal,
Secretario de Educación Pública
Juan Carlos Romero Hicks,
Director del CONACYT
Dra. Rosaura Ruiz,
Presidenta de la Academia Mexicana de la Ciencia
Rafael López Castañares,
Director ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
Cámara de Diputados
Cámara de Senadores
PRESENTES
Hasta el año pasado, el Conacyt otorgaba los siguientes montos de beca para quienes eran admitidos a programas en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad: 6 salarios mínimos para Doctorado, 4.5 para Maestría y 4.0 para Especialidad.
Este año el Conacyt ha reducido el presupuesto para becas, sustituyendo el mencionado tabulador único por cuatro tabuladores distintos según el nivel de calidad que este organismo asigna. Para la clasificación “competente a nivel internacional”, los montos serán de 7.0, 5.6 y 4.72 (doctorado, maestría y especialidad respectivamente); para posgrados “consolidados” se mantendrán en 6.0, 4.5 y 4.0; para los posgrados “en desarrollo” serán de 4.2, 3.25 y 2.8; y para los “de reciente creación” serán de 3.6, 2.7, 2.4.
Ante esta inesperada y sustancial reducción de los recursos destinados a las becas de posgrados en desarrollo y de reciente creación, la Asamblea de Becarios del Conacyt manifiesta lo siguiente:
1. No ignoramos la crisis económica que atraviesa el mundo y que ésta se ha manifestado con particular fuerza en México. Sin embargo, consideramos que ello no justifica la reducción de recursos a la educación, cuyo carácter estratégico para el desarrollo a largo plazo debe estar fuera de duda. Por otra parte, no resulta coherente esta reducción cuando se observa un aumento desmedido en el gasto corriente del gobierno federal, los millonarios e inmorales salarios y bonos de consejeros del IFE, ministros de la corte, diputados, senadores, y de la alta burocracia en general. Más aún, resulta paradójico y absurdo que al tiempo que se dan estos recortes, se aprueben más de 2 mil millones de pesos a empresas como Volkswagen (36 millones de pesos), Kimberly Clark (26 mdp) y Monsanto (18 mdp) como parte del programa de apoyo a la investigación científica y tecnológica (La Jornada, 6-Ago-2009). ¿Para el Conacyt resulta más prioritario financiar a empresas transnacionales que a la investigación científica mexicana?
2. Rechazamos totalmente la reducción del monto de las becas para los posgrados en desarrollo y de reciente creación. El nuevo monto de las becas para estos estudiantes, impide satisfacer las necesidades básicas de estudiantes a quienes se les exige dedicarse de tiempo completo a la actividad académica. Todos los estudiantes tenemos las mismas necesidades para cubrir gastos de vivienda, alimentación, transporte, material de estudio y de todo lo necesario para desempeñar nuestro trabajo en condiciones dignas. La decisión del Conacyt obliga a tales estudiantes a buscar formas alternas de ingresos, desincentivando de esta manera el desarrollo de nuevos posgrados y contribuyendo a que los posgrados afectados no se consoliden, lo que significa aumentar la brecha con los posgrados favorecidos por el tabulador. En otras palabras, con esta medida, que no tiene una justificación académica seria, el Conacyt, contrario a su objetivo, contribuye a rezagar el desarrollo científico del país. (Considérese también que el Plan Nacional de Desarrollo estipulaba el compromiso de mantener o bien incrementar el presupuesto a la educación.)
3. Las políticas educativas no deben implementarse con base en criterios de eficiencia empresarial. La investigación científica no tiene ningún paralelo con la producción de bienes y servicios. Es totalmente ajeno a criterios académicos el promover la competencia entre los estudiantes por el monto de las becas: parece que el Conacyt cree que las becas son un premio por el que se debe competir y no un vehículo que permite la manutención del estudiante para que pueda dedicarse de tiempo completo a sus estudios; sólo así los programas académicos pueden cumplir a cabalidad sus objetivos. Es claro que el nuestro es un país subdesarrollado y que sin estas becas muchos estudiantes (de los cuales gran parte cambian de lugar de residencia para realizar el posgrado) no podrían sostener sus estudios de posgrado, dañando la de por sí incipiente actividad científica de México.
4. Las políticas públicas deben ser instrumentadas de manera democrática. Un principio democrático elemental es que aquellos ciudadanos que directa o indirectamente son afectados por propuestas de políticas públicas tengan el derecho de réplica y participación cuando se tomen decisiones que los afecten de manera tan grave. En el caso que nos ocupa, el Conacyt ha tomado estas medidas de manera unilateral y sin consultar a las instituciones académicas, planta docente, investigadores ni estudiantes. Esto se ve agravado al haber notificado la reducción del monto de las becas cuando los estudiantes estaban ya inscritos en sus posgrados correspondientes y, por lo tanto, habían renunciado a trabajos y lugares de residencia.
En función de las anteriores consideraciones, solicitamos lo siguiente:
1. Que se anulen los cuatro tabuladores según el nivel de clasificación del Conacyt y se restablezca el tabulador único para la asignación de las becas.
2. Que se revise a fondo la distribución del presupuesto del Conacyt por un comité donde estén representados los actores académicos pertinentes. Resulta inaceptable que Conacyt destine millonarios fondos para investigación a grandes empresas transnacionales, mientras reduce las becas para estudiantes de posgrado.
3. Que el gobierno federal rectifique el rumbo de sus actuales políticas económicas. La crisis económica en curso no justifica el recorte presupuestal a sectores tan estratégicos para el desarrollo del país como la educación y la investigación científica. El presupuesto para este sector no puede ser reducido a conveniencia de las administraciones en turno.
Atentamente:
Estudiantes de diversos posgrados de la UNAM, FLACSO, UAM, CIESAS, ENAH
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