La pequeña de 12 años murió por una bala perdida disparada por elementos del Ejército
Fuente: La Jornada de Michoacán
MARTIN EQUIHUA (Corresponsal)
Uruapan, 26 de marzo.- La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), después de una negativa prolongada, aceptó indemnizar a la familia de Tania Corona García, quien falleció el 14 de marzo después que a finales de noviembre recibió una “bala perdida” en la cabeza, disparada por integrantes del Ejército Mexicano en el marco del operativo contra la delincuencia organizada en la comunidad de La Ruana, municipio de Buenavista Tomatlán. No obstante, las comisiones de Derechos Humanos, nacional y estatal, “exigimos una investigación y castigo a los responsables”, señaló Víctor Manuel Lozano, presidente del organismo estatal.
Se trata de “reparar los daños ocasionados en la medida de lo posible”, dijo el ombudsman, quien fue notificado la tarde de ayer mismo de la decisión. Es “una especie de alivio, pues la familia podrá recuperar gastos médicos y tener una indemnización… De elemental justicia que esto ocurra, pero el expediente continúa abierto, porque una vida no tiene precio”, señaló.
Estima la decisión fortalecería a institución castrense. “Que la Sedena reconozca sus errores y se acerque a reparar los daños, es una muestra para enderezar el camino, para que siga la lucha contra el crimen organizado, porque sigue siendo el último recurso, dada la podredumbre de los cuerpos policiacos: no es el momento para que el Ejército se retire”.
A principios de diciembre la CNDH pidió a la Sedena medidas cautelares para que Tania continuara la atención médica en la clínica privada de Uruapan donde era atendida y para que dispusiera de la tecnología médica y continuara su atención, pero la Sedena se negó reiteradamente.
Como se recordará, la madre de Tania, Maribel García Castellanos, tuvo que colectar recursos entre familiares y vecinos para el pago cercano a 300 mil pesos por la atención que recibió en la clínica privada, de donde la pequeña de 12 años salió sin que le extrajeran la bala, “por el riesgo que representaba”. El proyectil quedó alojado y el pasado 14 de marzo falleció en el Hospital Infantil de Morelia; cuatro meses después que salió a llevar el almuerzo a sus hermanos a la escuela, cuando se suscitó el disparo.