Homofobia en el gobierno de Sonora / MilitArte

Erich Moncada | SDP Noticias

En el denominado “Nuevo Sonora”, lo prioritario no son las minorías sino los dogmas religiosos.

El conservador Guillermo Padrés Elías, reconoció estar en contra de los matrimonios gays —aunque dijo que no profundizaría en el tema— y justificó la controversia constitucional interpuesta por su gobierno, debido a que su administración “tendría que aceptar la reforma que se dio en el Distrito Federal”. Y relegó el tema al afirmar que nadie está “solicitando una reforma de ese tamaño en Sonora”, aún cuando existe una iniciativa de ley interpuesta en el Congreso por el excandidato a gobernador por el PT, Miguel Ángel Haro.

El Secretario de Gobierno sonorense y miembro de la organización clandestina El Yunque, Héctor Larios Córdova, razonó su oposición a los matrimonios homosexuales al decir que el estado de derecho se pone al lado del más débil “y estos son los niños”, sin explicar por qué los infantes podrían estar en riesgo bajo el cuidado de una pareja del mismo sexo.

Los representantes populares no pueden anteponer su ideología y oponerse por sus pistolas sin ofrecer argumentos sólidos sobre un asunto que afecta a amplios sectores de la población; sería una decisión antidemocrática y autoritaria. Si están tan seguros de que la adopción de niños por parejas gay es tan nociva para su bienestar, no deberían temer expresar sus motivaciones.

Creo que el gobierno estatal no se atreve a explicar su negativa contra los matrimonios del mismo sexo porque saldría a flote la homofobia de Padrés y de su gabinete. Además, si fuera cierto que el estado de derecho se pone del lado del más débil, hace mucho que hubieran tomado cartas en el asunto para procurar justicia en el caso de la guardería ABC.

MilitArte

El pasado 15 de febrero el general Alfonso Duarte Mújica, comandante de la Segunda Zona Militar, inauguró en el Centro Cultural Tijuana la exposición “Conoce al Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos”, que forma parte de un programa de “vinculación del instituto armado con la población civil”.

La exhibición de fotografías presenta una muestra de las actividades más importantes desarrolladas por los militares, como la protección civil, labores educativas y operaciones contra el narcotráfico.

Ignoro cuál es el valor artístico de la exposición; parecía una forma muy burda de propaganda más que arte genuino. ¿Cuál es el sentido de ver fotografías de los soldados de las Fuerzas Armadas en sus mejores momentos si no podemos ver el lado oscuro de sus labores? Para mí sería mucho más interesante que el Ejército hiciera un ejercicio de autocrítica, exhibiendo fotografías de ciudadanos torturados, de detenciones arbitrarias, de mujeres vejadas sexualmente, de cateos rutinarios sin orden judicial o de revisiones contra automovilistas en retenes inconstitucionales. No tiene chiste ver sólo la cara bonita de la institución castrense.

La exposición tiene un fuerte tufo oficialista. El director del CECUT, Virgilio Muñoz, ha sido acusado por más de 250 artistas locales que exigen su destitución por haber sido impuesto gracias a que su hijo, Virgilio Muñoz Alberich, se desempeña como director General de Análisis Político y Medios Internacionales de la Presidencia de la República. La comunidad artística de Tijuana denuncia que Muñoz carece de un perfil apropiado en el área de las artes, sin presencia activa y desconocimiento de la comunidad cultural. Por si fuera poco, el director del centro fue acusado en 1995 por su participación directa en el tráfico de personas y su complicidad con redes de polleros, cuando se desempeñaba como delegado del Instituto Nacional de Migración. El escándalo motivó la destitución de Muñoz, pero fue nombrado secretario de Educación, durante la administración del panista Ernesto Ruffo.