Los legisladores del estado fronterizo de Arizona aprobaron una de las leyes (SB1070) más retrógradas en contra de la migración ilegal. La gobernadora Jan Brewer tendrá la delicada responsabilidad de vetarla o promulgarla. De ser aprobada, cualquier persona sospechosa (es decir, con facha de migrante pobre, morenita o sin rasgos anglosajones, ciudadana o no) podría ser detenida y hostigada por la policía para verificar su estado migratorio y, de no comprobar su estancia legal, podría ser castigada con onerosas multas o privada de su libertad.
El ochenta por ciento del intercambio comercial de Arizona se lleva a cabo con Sonora y sólo en 2007 los dos estados comercializaron productos por un valor de 21 mil millones de dólares (Universidad de Arizona, 2009). Los sonorenses de clase media y alta que semana a semana abarrotan la línea divisoria para ir de compras contribuyen a fortalecer la economía del estado. Sólo Tucson recibe al año a 3.46 millones de turistas mexicanos que dejan ingresos por mil millones de dólares anuales (Universidad de Arizona, 2009). Mientras que en la capital, el condado de Maricopa se ha beneficiado con ingresos por el orden de 644 millones de dólares en el período de 2007 y 2008 (Tucson Citizens, 2009). Sería interesante que los compradores y visitantes, muchos de ellos (me incluyo) que cuentan con amigos y familiares que trabajan, estudian o residen en el estado, tanto legal como ilegalmente, se organizaran para boicotear a los negocios en caso de que sea aprobada esta ley.
Pero siendo sincero, dudo que la comunidad sonorense se atreva a tomar una determinación tan sencilla y contundente. El consumismo de muchos opaca cualquier consideración por el bienestar de los migrantes que arriesgan su vida al buscar mejores oportunidades que no encuentran en México, y no piensan que ellos mismos podrían verse en el futuro obligados a salir de su país para buscar un empleo digno.
Celebremos el 420
Durante años, el 20 de abril (mejor conocido como 420) se ha convertido en el día internacional para celebrar la cultura canábica. La historia cuenta que un grupo de estudiantes apodado "The Waldos" se juntaba diariamente, a las 4:20, a fumar mota en la estatua de Louis Pasteur de la preparatoria San Rafael. Se dice que probablemente se inspirados con la mención, en el cuento In the Walls of Fryx de H.P. Lovecraft, de un hombre que se encuentra una "planta milagrosa" que lo hizo ver "luces danzantes". El hombre, después de recuperar la conciencia, se dio cuenta que eran las 4:20. El número mágico se ha convertido en la señal internacional para fumarse un porro. De ahí el dicho popular de que en estos momentos, en algún lugar del mundo, son las 4:20.
La tradición formal inició en Vancouver, Canadá, el 20 de abril de 1995, con la asistencia de 200 fumadores. En muchas plazas y parques de del mundo, como en Boston, Boulder, Nueva York, Santa Cruz y Seattle, los usuarios de la planta se juntarán a fumar a las 4:20 de la tarde como una forma de hacer visible al público su existencia, protestar y reivindicar sus derechos ciudadanos.
La celebración también es un momento para reflexionar sobre el enorme daño que ha ocasionado la prohibición a ciudadanos inocentes que son arrestados por decidir sobre sus cuerpos. La organización Drug Policy Alliance considera que la prohibición ha causado más perjuicios que beneficios, al malgastarse millones de nuestros impuestos para atiborran las prisiones con usuarios no violentos. La violencia crece imparable y el crimen organizado pulula como lo hizo la mafia del alcohol durante los años treinta del siglo pasado. Solamente en 2008 fueron arrestadas 750 mil personas que fueron separadas de sus seres queridos, catalogadas como delincuentes; negándoseles empleos, derechos políticos, préstamos estudiantiles, viviendas y beneficios sociales.
Esta fecha, además del 2 de mayo cuando se celebra la Marcha Mundial por la Legalización de la Mariguana, es la ocasión ideal para reflexionar en el papel que todos jugamos al perpetuar la destrucción provocada por la prohibición de las drogas. El silencio es nuestro peor enemigo. Ha llegado el momento de salir el clóset, como nuestros compañeros de la comunidad LGTB. Muchos consumidores pueden sentirse hartos de ser considerados como criminales; algunos políticos deben sentirse temerosos de decir la verdad y exigir dar marcha atrás a esta locura guerrerista; más de un policía debe sentir que es fútil arriesgar su vida por librar una lucha que no tiene final a la vista; o a lo mejor usted, que lee este artículo, sabe en su interior que es un error desviar tanto dinero del sistema educativo y los programas preventivos contra adicciones para llenar nuestras calles de policías y militares que pisotean nuestros derechos civiles.
Como bien dice DPA, hay muchas formas de ayudar a terminar esta guerra. Pueden apoyar a las organizaciones que buscan reformas las leyes sobre drogas (como AMECA o CUPIHD), presionar a sus representantes, hablar con sus familiares y amigos sobre la inutilidad de criminalizar a los usuarios, o difundir la información alternativa relacionada con este tema.