El Vaticano va en contra de Amnistía Internacional



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La organización defensora de derechos humanos Amnistía Internacional “ha traicionado a su propia misión” y ya no contará con el respaldo de los católicos, según afirmó el pasado martes el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. Martino señaló que la decisión adoptada por Amnistía de apoyar el aborto en los casos en que el embarazo sea producto de una violación o ponga en peligro la salud de la mujer era “moralmente indefendible”, y demandó que tanto los individuos como las organizaciones que responden al catolicismo dejen de prestarle ayuda financiera.

“La Iglesia enseña que matar una vida humana inocente nunca es justificable. El aborto es un asesinato”, declaró el cardenal al semanario estadounidense National Catholic Register. “Justificar el aborto, incluso en los casos de violación, es definir al niño inocente que está en el interior del útero como un enemigo, como una ‘cosa’ que debe ser destruida. ¿Cómo podemos decir que matar a un niño en algunos casos está bien y en otros está mal?”, agregó.

Por su parte, Amnistía Internacional salió al cruce de las declaraciones de Martino, reafirmando su independencia tanto del Vaticano como de cualquier gobierno, partido político u organización de cualquier tipo. En un comunicado hecho público este jueves, Amnistía señala que jamás recibió ninguna clase de apoyo financiero por parte del Vaticano, y recalca que continuará defendiendo el derecho de las mujeres a “la integridad sexual y reproductiva frente a graves violaciones de derechos humanos”.

En el comunicado, la organización hace referencia a que recibe fondos de millones de personas que profesan diversos credos -entre los que se encuentra el catolicismo- y señala que confía en seguir recibiendo donaciones en base a su trabajo en la promoción de los derechos humanos.

“Somos un movimiento que protege a las personas, independientemente de las creencias que profesen, pero no imponemos creencias de ningún tipo. El nuestro es un movimiento que defiende los derechos humanos, no unos credos específicos. Nuestro propósito invoca la ley y el Estado, no a Dios. Esto significa que, en unas ocasiones, el marco laico de derechos humanos que Amnistía Internacional defiende coincide con los puntos de vista de ciertas comunidades basadas en una fe determinada, y en otras ocasiones no”, afirmó Kate Gilmore, secretaria general adjunta ejecutiva de Amnistía.

En una entrevista concedida a la prensa apenas conocidos los dichos de Martino, Gilmore afirmó que las declaraciones del cardenal distorsionaban y ponían en peligro el trabajo de Amnistía Internacional.

“Vivimos junto a las experiencias de vida de la gente. No dirigimos una teocracia. Tenemos que lidiar con una sobreviviente de una violación en Darfur quien, porque queda embarazada como resultado del enemigo, es excluida aún más por su comunidad”, aseveró Gilmore, en declaraciones reproducidas por la agencia EFE. “Si el cardenal hubiera estado en Darfur y se hubiera parado entre las víctimas de violación y las piedras arrojadas a ellas, entonces podría hablar sobre si Amnistía tiene o no la integridad para mantenerse firme sobre derechos humanos”, sentenció.

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