Por :Gustavo Rentería
Fecha :7/20/2007
No es más que una vulgar franquicia. Es un negocio de un grupúsculo de juniors. Es un fiel escalón para el PRI para ganar puestos de elección popular, a cambio obviamente, de que los “chavos bien” conserven su registro.
Salvo muy pocas excepciones, los militantes del Verde son poco preparados, eso sí, pagadores de colegiaturas en universidades privadas. Salvo muy pocas excepciones, los socios de la compañía no tienen la más remota idea del daño que le están provocando al país. Salvo muy pocas excepciones, los “pijos verdes” han sido manipulados por los tiburones de la política nacional.
Cuando el Niño Verde acude a los actos partidistas, acompañando primero a Roberto Madrazo, y hoy a Beatriz Paredes Rangel, provoca entre pena y rabia. Lo primero, porque causa ternura el ver como un chavalito es manejado como marioneta, pisado, moldeado y tratado como kleenex, por aquello de que es desechable. Lo segundo, porque saben que su poder económico y la herencia que recibió de su padre es lo único que lo sostiene.
Las negociaciones, más no la democracia, les permitieron incrustar a Francisco Agundis Arias en el Senado. Lo mismo sucedió con Noemí Ludivina Menchaca Castellanos, Manuel Velasco (que ya fuma habanos en los restaurantes, jajaja), Arturo Escobar y Vega, Javier Orozco Gómez (el representante de algunos industriales de la comunicación en la Cámara Alta) y a Jorge Legorreta Ordorica.
En la Cámara Baja los verdes son Gloria Angélica Lavara, José Antonio Arévalo (primo hermano de Jorge Emilio González Martínez), Erika Larregui, Olga Patricia Chozas y Chozas, Carlos Alberto Puente (muy cercano a Ernesto Vidal, entiéndase TV Azteca), Jesús Sesma, Jesús González Macías, Sergio Augusto López Ramírez, Francisco Elizondo Garrido, Diego Cobo, María Guadalupe Josefina García Noriega, Antonio Xavier López Adame, obvio el Niño Verde, Faustino Javier Estrada González, Verónica Velasco, Alan Notholt, Manuel Portilla, En la Asamblea del DF hacen el ridículo Leonardo Álvarez Romo, María del Carmen Peralta.
Y tienen presencia en los congresos de Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Coahuila, Guanajuato, Estado de México, Querétaro, Morelos y Tlaxcala.Según sus compromisos inscritos en el Instituto Federal Electoral está el combate a la contaminación, promover la educación ecológica, cuidados y regeneración de la flora, respeto a la fauna, tratamientos de desechos, tecnología adaptada al medio ambiente, recuperación del la cultura autóctona mexicana, información sobre los problemas ecológicos, control de la contaminación industrial, proposición de alternativas ecológicas, controles ecológicos a la inversión extranjera, equilibrio ecológico demográfico, actitud pacifista y trabajo por un mundo verde.
Si usted, amable lector de Rumbo de México, hiciera un simple trabajo de investigación, como lo hizo este reportero, para encontrar iniciativas con sus compromisos verdes, en las cámaras federales y locales, quedaría verdaderamente decepcionado.Es decir, a simple vista esta franquicia es un negocio de la política y es un ejemplo claro de lo que detestamos los mexicanos.
¿Y el IFE, por el simple hecho de que cumplen los requisitos para ser partido, les permitirá seguir engañando a los votantes?
Pobre país.
gustavo@libertas.com.mx
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