CENTRO DIOCESANO PARA LOS DERECHOS HUMANOS FRAY JUAN DE LARIOS, A.C.
Diócesis de Saltillo
Ante la imposibilidad de hacerlo anteriormente, por cuestiones personales, psicológicas y laborales, ofrecemos hoy los detalles del indignante y desagradable incidente sufrido por una de nuestras integrantes del centro, hace 4 días.
El pasado jueves 20 de diciembre, alrededor de las 19.30 horas, Mariana Villarreal Contreras, miembro de las áreas jurídica y de educación del Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, fue sometida y agredida por dos hombres, al salir de las oficinas del centro que se ubican en el obispado de esta diócesis. Quienes la agredieron, llevaban el rostro cubierto y guantes. La condujeron al baño y ahí la dejaron en el piso. Cuando ella se incorporó y confirmó que las personas ya no estaban, encontró los expedientes de los casos de violaciones a derechos humanos, tirados por el piso, sin que faltara, a simple vista, información, equipo electrónico u otro de valor.
Si bien hasta ahora, parece que de las oficinas del centro Fray Juan de Larios, no fue extraído nada, tampoco se tiene la confianza de que no hayan dejado algo.
Este hecho, se presenta en medio de una campaña de desacreditación y agresiones contra defensores de derechos humanos a nivel nacional, así como de amenazas de muerte y estrategias psicológicas para dañar la moral y el trabajo por la justicia, la verdad y la vida de Mons. Fr. Raúl Vera López, O.P. presidente de este centro y sus colaboradores en la Diócesis de Saltillo en la que él está al frente.
Los integrantes del centro esperamos que las autoridades, no sólo investiguen este hecho y los anteriores, y sancionen a los responsables, sino que ofrezcan la seguridad de los miembros de la sociedad civil que trabajan por el bienestar de ella.
Este hecho nos pone en alerta para tomar precauciones personales y laborales, pero también fortalece nuestra fe, que no es conformista y pasiva, sino que nos despierta a la realidad y nos dinamita para lanzar más acciones en contra de las injusticias que se realizan cada día a hermanas y hermanos nuestros y que se encuentran solos. Seguiremos por lo tanto, trabajando y denunciando las injusticias y violaciones a los derechos humanos, cada vez con el apoyo solidario de más personas. Nuestras voces serán silenciadas sólo cuando encontremos una estructura social que nos hermane a todos y a todas, y el mundo se ordene en base a la justicia y al derecho, como Dios lo ha querido para toda su creación.
Saltillo, Coahuila a 24 de diciembre del 2007, vísperas de la Natividad del Señor.
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"Comunicación para la Comunión"
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