DEL BLOG "RESISTENCIA ESPIRITUAL"


CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


0. Una honda crisis

México vive una de las crisis más hondas de su historia... Los ricos y poderosos se están robando el País, se lo están comiendo, lo están despedazando... La mentira, la hipocresía, el cinismo, son las armas “de precisión” que lo están dejando en ruinas... La pobreza, la enorme desigualdad, el sufrimiento de nuestro pueblo crecen sin que, al parecer, nada ni nadie quieran y puedan evitarlo... ¿Cómo una persona espiritual vive en medio de una crisis como esta, cómo la enfrenta?... Tal vez el siguiente relato pueda alumbrar un poco en medio de esta noche mexicana...

En el mes de Nisán, el año veinte del rey Artajerjes, estaba cumpliendo mi oficio de copero. Tomé el vino y lo presenté al rey. Anteriormente, nunca había estado triste ante él. Me dijo entonces el rey: ‘¿Por qué esa cara tan triste? Tú no estás enfermo. ¿Acaso estás preocupado por algo?’. Yo quedé indeciso. Y dije: ‘Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?’. El rey me dijo: ‘¿Qué deseas entonces?’. Pedí ayuda al cielo y le dije al rey: ‘Si al rey le parece bien y está conforme con mi trabajo, mándeme al país de Judá, a la ciudad en que se encuentran las tumbas de mis padres, para que yo la edifique de nuevo’... Y él me permitió salir... y emprendí el camino hacia mi pueblo ” (Nehemías 2,1-6)...


1. Toma de conciencia y de decisión

Nehemías, en aquel entonces, como much@s mexican@s hoy, estaba “bien” a pesar de la crisis de su pueblo. Tenía un gran empleo con excelente salario y privilegios (“Copero del rey”)... Estaba “lejos” de su pueblo y pudo hacerse el desentendido... Vivía tranquilo y contento y pudo simplemente “dedicarse a sus asuntos”... Pero no. Se puso triste (“No puedo sentir felicidad ni paz mientras mi pueblo está en ruinas”)... Le habrán dicho sus amigos que no se metiera en problemas “ajenos”, que él tenía una “familia” y un trabajo qué atender, que se olvidara de su pueblo... Sin embargo, él, como también much@s mexican@s que están “bien” pero saben mirar al frente y hacia atrás y a los lados, se dio cuenta de que aquellos problemas “ajenos” en realidad eran también suyos. Él se comprendía como parte de un barco que se estaba hundiendo y no habría de dejarse hundir junto con todos alegando que “el barco no es suyo”... Proteger “mi casa”, “mi familia”, no es suficiente. Hay que poner murallas para proteger “todas las casas” si realmente queremos estar a salvo todos... Nehemías, como much@s hoy en México, seguramente pensó: No es cuestión de “yo resuelvo mis problemas y que los demás vean lo que hacen con los suyos”... Tomó conciencia. Tomó decisión (“Déjame ir a reconstruir la ciudad de mis padres”). Y, como tú y como yo y como much@s, “se puso en camino” a tratar de hacer algo...

Sigue contando la historia: “Llegué a Jerusalén y estuve allí tres días. Luego me levanté de noche, acompañado de unos pocos hombres, sin decir a nadie lo que yo pensaba hacer en Jerusalén, según mi Dios me lo había inspirado. Llevando únicamente el caballo en que iba montado, salí de noche por la Puerta del Basural. Observé la muralla de Jerusalén arruinada y las puertas quemadas. Seguí hasta la Puerta de la Fuente y el estanque del rey, pero no había por donde pudiera pasar mi caballo. Entonces subí de noche por la barranca. Observé cómo estaba la muralla y volví a entrar por la Puerta del Valle. Luego regresé a la casa. Los consejeros no supieron dónde había ido ni lo que había hecho. Hasta este momento no les había dicho nada a los judíos, ni a los consejeros, ni a los sacerdotes, ni a los notables, ni a ninguno de los que tenían un cargo público” (Nehemías 2,11-16)...


2. Abrir los ojos

¿Qué es lo segundo que hace Nehemías? Abrir los ojos (lo que se llama en Sociología y en Teología el “análisis de la realidad”)... Se puso a inspeccionar y a descubrir lo que necesitaba reconstrucción… Porque... no podemos tener los ojos cerrados… Tenemos que ver dónde están los boquetes y cuáles son las partes más vulnerables... Mucha gente “religiosa” –que no espiritual- cree que hay que “cerrar los ojos al mundo” y a sus problemas... Much@s mexican@s, por desgracia, no quieren ver, ni pensar, ni trabajar: “Yo con nadie me meto... yo a nadie le hablo”... “No le des importancia”... “Ya pasará, ya se solucionará”... “No hay remedio”... “¿Para qué le mueves?”... Much@s agarran su trabajo o sus bienes o su vicio o lo que sea, para “no ver”... Much@s agarran la tele o l@s amig@s o las diversiones para “no darse cuenta”... como el avestruz –que mete su pequeña cabeza en un agujero creyendo que así el cazador no le va a ver ni a dañar-...

Continúa Nehemías su relato: “Entonces les dije: ‘Ustedes mismos ven la triste situación en que nos encontramos por el hecho de que Jerusalén está en ruinas y sus puertas quemadas. Vamos a levantar de nuevo la muralla de Jerusalén y a terminar con esta situación humillante’. Y les conté cómo la mano bondadosa de Dios me había ayudado, y lo que el rey me había dicho. Todos dijeron: ‘Pongámonos a trabajar’. Y se animaron unos a otros para realizar esta buena obra” (Nehemías 2,17-18)...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar

Muchos, ante los problemas, se marchan, le sacan la vuelta… ¿Qué es lo tercero que hace Nehemías una vez que descubrió la magnitud del problema? Quedarse y enfrentar el problema... Ponerse a trabajar...

Ver los problemas de tu persona, de tu pueblo, de tu País no es para que te decepciones y abandones sino para que brote el deseo en tu corazón de mejorar las cosas, de cambiar las cosas, de ayudar en la reconstrucción de lo que se está destruyendo… No basta con saber lo que pasa… Hay que ponerse a trabajar para solucionar esos problemas… Sin desánimo, ni desesperación…

Jesús, en su propia lucha por la liberación de su pueblo, nos da ejemplo de esto cuando en su vía crucis doloroso “le ofrecieron hiel y vinagre” y “él no lo quiso tomar” (Era una sustancia para que no le doliera, para “dormir”, como un anestésico)… Jesús dijo: “No. Muchas gracias. Quiero estar bien despierto”… Jesús nos enseña a enfrentar “conscientes” nuestros problemas…

¿Cuántas personas en México, cuando ven a su familia o a su sociedad o a su País en proceso de destrucción o ya en ruinas, huyen del problema “durmiendo” y “anestesiándose” con alcohol o tele o indiferencia o lo que sea para no saber, para no sentir?...

No. Nada de abandonar. Nehemías les dijo: ¿Ya se dieron cuenta cómo estamos? Pues… ¡¡¡A trabajar!!!.... ¡¡¡A levantar las murallas!!!... ¡¡¡A reconstruir el País!!!... Sí. Hay serios problemas económicos, políticos y sociales. Sí. Hay mucha corrupción e impunidad. Sí… Pero no hay que perder la esperanza. Hay que levantarse de las ruinas de nuestra vida y empezar a reconstruir de nuevo una existencia feliz. O hay que comenzar a hacer que suceda…

Nehemías, en su tiempo y en sus circunstancias, como much@s mexican@s aquí en México, ante los enormes boquetes y ante la devastación no se sentó a llorar o a escupir quejas amargas. Se puso a buscar quiénes podrían ayudarle y se puso a trabajar… Es esta la postura de una persona verdaderamente espiritual, de una persona con un mínimo de humanidad, ante cualquier crisis, sea personal o familiar o social…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia


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