DEL BLOG "RESISTENCIA ESPIRITUAL"


¡ADELANTE LAS BRIGADAS!

CONSTRUYENDO SOBRE LAS RUINAS (2)


En mi casa ya no hay vida...

En mi patria hay sólo ruinas...

Sólo hay polvo y hay cenizas...

Destrucción, miedo y vacío...

Soledad, dolor y frío...

¡Oh, Señor, oye mi grito!... ¿Dónde estás?


Reflexionamos en la primera parte de la crisis sociopolítica y de valores que vivimos actualmente en México...


0. Una honda crisis


Y hablamos de tres actitudes o pasos que había que tomar frente a esta crisis:

1. Toma de conciencia y de decisión

2. Abrir los ojos

3. Quedarse y enfrentar el problema… Ponerse a trabajar


En esta segunda parte, plantearemos un importantísimo cuarto paso frente a cualquier crisis, especialmente respecto a la actual crisis mexicana:


4. Trabajar todos… juntos… cada uno frente al sitio que le toca…


Sigue contando la historia de Nehemías: “El sacerdote principal Eliasib y sus hermanos, los sacerdotes, se encargaron de construir la Puerta de las Ovejas. La hicieron, colocaron sus hojas y continuaron hasta la torre de Jananeel. Al lado de ellos trabajaron los de Jericó, y más allá Zacur, hijo de Emrí. De la puerta de los Peces se encargaron los hijos de Sena. La armaron y fijaron sus hojas, barras y goznes… A continuación reconstruyó Mesulam, hijo de Berequías, hijo de Mesezabel, y a su lado reparó Sadoc, hijo de Baaná” (Nehemías, 3,1-4)…

Este relato nos enseña que no fue un solo hombre, ni una sola familia la que reconstruyó las murallas… Fueron todas las familias… Fueron juntos todos… cada uno reparó el lugar que estaba frente a su casa... Esta es la cuarta cosa que logró Nehemías frente a la crisis y la destrucción: Que cada uno trabajara en el lugar que le tocaba...

Ha de ser lo mismo en nuestra Lucha y en nuestra Resistencia… No es cosa de uno solo. Tenemos personas grandes, generosas y valiosas en nuestro Movimiento, pero cada uno de nosotros tendrá que hacer lo que le toca si queremos que estén a salvo nuestras personas, nuestros hijos, nuestra Patria y nuestra civilización… Cada uno en su alma, en su matrimonio, en su familia, en su barrio, en su pueblo… Cada uno levantando su pedazo de muralla caída…

Por eso, releamos el relato y pongamos allí nuestros nombres y apellidos, porque esa vieja historia ilumina nuestra propia y nueva historia: A los López les toca reconstruir de aquí para allá… A los García les tocó desde ese lugar hasta ese otro… A los Hernández de allí para allá… A la Brigada Rosario Ibarra se le ha encargado tal sitio y tal actividad… A la Brigada Libertad se le ha pedido que resguarde aquel lugar específico… A la Brigada Quinto Sol se le ha responsabilizado de tal Acción de Resistencia… A los diputados y senadores –los dignos y libres- les toca tomar las tribunas legislativas... Cada quien su pedazo, cada quien su parte… Tod@s organizad@s, disciplinad@s y generos@s en la Lucha y en la Reconstrucción

Si alguien deja un boquete porque no quiso trabajar lo que le tocaba, junto con esa familia o esa Brigada estamos todos en peligro… Nuestros adversarios podrán infiltrarse, entrar y destruir si no trabajamos TODOS y JUNTOS…

¿Cuántos quieren que haya paz, justicia, libertad, democracia en todo el mundo?.... ¿Y cuántos tienen paz, justicia, libertad, democracia en su propia casa, en su colonia, en su municipio?... Si cada uno desde su propio lugar, en los metros cuadrados que le tocan de familia, de vecindario, de sociedad, empieza a “construir la paz, la justicia, la libertad, la democracia” entonces podrán generarse todos esos valores en el mundo… Porque la paz del mundo, su justicia, su libertad, su democracia es la suma de los pedacitos del mundo que son cada una de nuestras casas y pueblos…

Cada uno hemos de trabajar en donde estamos colocados. Con lo que somos y tenemos. Con nuestras cualidades, pero también con nuestras carencias y limitaciones… Tal vez has de comenzar por trabajar en ti mismo… ¡Reconstrúyete, hermano! ¡Levántate, compañer@ de Lucha!... Tú eres, tal vez una muralla destruida y en ruinas. Eres un boquete que pone en peligro a tu familia, a México, al Movimiento hacia una Nueva República… ¡Levántate! ¡Sánate! ¡Vuelve a la Lucha y a la Resistencia!... ¡Reencuentra la esperanza! ¡Empieza de nuevo!... ¡Continúa la lucha, sin desmayar! ¡Aunque duela! ¡Aunque sangres! ¡Aunque no puedas más!...


“Hijo, ¡tú no tengas miedo!...

¡En mis brazos yo te llevo!

¡Tu País está en mi Pecho!

¡Sólo mira bien tu alma!

¡Y encontrarás la esperanza!

¡Con tu fe... nuevas murallas... construirás!”


No pienses que el trabajo es de los demás… Tú también tienes que reconstruir y cambiar la porción de mundo que te toca comenzando por ti mismo y luego con los que te rodean y luego incluso más allá, mirando al mundo, mirando a tu país… La paz en ti… La justicia en tu familia… La libertad en medio de tu municipio y de tu estado… La democracia real y verdadera en nuestra Patria…

¿Andan mal las cosas en el mundo y en México?... Comencemos a que anden bien en lo que de nosotros depende, en lo que a nosotros nos toca… Tal vez no podrás cambiar el mundo… Tal vez no podrás cambiar a tu familia… Bueno, tal vez ni siquiera podrás cambiarte a ti mismo… Pero puedes luchar, puedes intentar, puedes resistir… Puedes sembrar las mejores semillas que hay en tu corazón por los caminos en los que toque transitar y dejar que el tiempo y la magia de la vida hagan brotar las flores y los frutos…

Tal vez haya cien boquetes en tu alma… Te sientes débil y egoísta e incapaz de perseverar… Cientos de hoyos en las murallas de tu espíritu que no te permiten ser el papá o la mamá o el esposo o la esposa o el hijo o la hija, o el ciudadano o ciudadana que tú quisieras… Pero hoy esta historia bíblica y la propia situación mexicana te invitan a levantarte y comenzar a hacer mezcla y pegar algunos ladrillos, al menos en uno de los boquetes de tu corazón o de tu casa o de tu pueblo… Un hoyo a la vez, compañer@… Un ladrillo a la vez… Tu alma, y tu familia, y tu serán un poco mejor hoy con el ladrillo que hoy pongas, con la semilla que hoy siembres… No quieras ya hoy mismo toda la muralla… Ve poco a poco… Confía en los demás… Confía en Dios… Confía en el tiempo… Confía en el interior de tu interior…

No esperes a que México y el mundo cambien. Empieza a cambiar tú… No esperes a que los demás se esfuercen o trabajen. Esfuérzate tú y ponte a trabajar tú en la parte que te toca… No importa si son tareas pequeñas o grandes… No importa si a veces sí y a veces no… No importa si a veces menos y a veces más… Trabaja colocando los ladrillos que hoy te sean posibles. Siembra hoy las mejores semillas que tengas en el jardín de tu corazón… Eso es lo único que Dios y/o tu humanismo te piden. No te piden toda la muralla y ya hoy mismo. Dios, y lo mejor de tu corazón, sólo te piden la fe o la esperanza o el amor que puedas dar hoy…

No pongamos ya más pretextos… “Es que los demás”… ¡Nosotros somos los demás de los demás!... “Es que la gente”… Nosotros también somos gente… No cometamos el error de juzgar a los demás, compañer@s de combate. ¡Juzguémonos a nosotros mismos!... No nos entretengamos en ver los errores y defectos y las incongruencias de otr@s... Fijémonos en nuestros propios agujeros… Mirémoslos con mucho cuidado… Y pongámonos de pie… Y comencemos a reconstruir la parte de muralla que nos toca…


¡Levantemos la muralla!

¡Cada uno en su lugar!

¡Continuemos la batalla!

¡No dejemos de pelear!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡No haya nada que nos haga claudicar!

¡Construyamos sobre ruinas!

¡Renazcamos de cenizas!

¡Trabajemos... en la Obra... hasta el final!


(Este tema continuará próximamente)


Álvaro, Diácono en Resistencia


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