El debilitamiento de Calderón
José Gil Olmos  
MÉXICO, D.F., 6 de agosto (apro).- Para  las elecciones de 2009 el PAN quiere ganar todo: su dirigente nacional, Germán  Martínez, ha pactado con lo más corrupto del sistema político, con tal de  conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados.
El desdoro en el que ha  caído el PAN con la alianza hecha con el Partido Nueva Alianza, creado por Elba  Esther Gordillo, y con Vicente Fox, rumbo a las elecciones intermedias de 2009  en que se renovará la Cámara de Diputados, parece importarle muy poco al panismo  que apoya a Felipe Calderón, a través de su socio y amigo Germán Martínez. 
En el pasado, a los panistas les importaba mucho la ética y cuidaban no  involucrarse con personajes manchados por la corrupción. Seguían a pie juntillas  las directrices de sus fundadores, principalmente de Manuel Gómez Morín.. 
En sus artículos y en sus discursos, el secretario general del PAN ha  citado innumerables ocasiones los códigos de ética y moral con los cuales se  formó su partido desde hace más de cincuenta años. Como secretario de la Función  Pública aseguró que el gobierno de Felipe Calderón no sería cómplice de la  corrupción de los gobiernos pasados.
Hoy, inmerso en el pragmatismo más  soez Germán Martínez, ha dejado ese código, y como puente del gobierno de  Calderón, ha establecido alianzas electorales con la maestra Gordillo, el Yunque  y Vicente Fox con la meta de conseguir 18 millones en de votos en todo el país,  necesarios para alcanzar la mayoría en el Poder Legislativo.
Hace un par  de semanas Germán Martínez fue autorizado por la dirigencia nacional de su  partido para buscar la alianza con el Panal de la maestra Gordillo. Como se  sabe, en la elección de 2006 este partido fue una de las piezas claves para el  triunfo de Calderón, pues además de quitarle votos al PRI obtuvo aproximadamente  un millón 800 mil votos para diputados, y sus miembros desplegaron una campaña  de “voto útil” a favor del candidato presidencial del PAN.
Rogelio  Carbajal, secretario general de Acción Nacional, dijo que estaban abiertos a  explorar esos acuerdos “porque creemos que requerimos de una gran alianza  ciudadana, y eso puede implicar a más partidos políticos para que apoyen el  proceso de modernización del presidente Felipe Calderón”. De la misma manera  Carlos Abascal, exsecretario de Gobernación dijo que no tenía por qué  descalificar a ningún líder sindical, luego de que Manuel Espino lanzara severas  críticas a esta decisión de buscar el apoyo de la maestra Gordillo.
Los  panistas quieren repetir la misma estrategia electoral del 2006 y por eso han  invitado a Vicente Fox, Manuel Espino y el sector más conservador del partido  representado por el Yunque, a unir fuerzas nuevamente olvidando los expedientes  de corrupción y de riqueza inexplicable por el que el expresidente ha sido  denunciado ante la Procuraduría General de la República.
El 26 de julio,  en León, Guanajuato, Germán Martínez selló el pacto de impunidad con Vicente Fox  al integrarlo a la comisión de estrategia de campaña. En los hechos ya estaba  trabajando para archivar las denuncias en contra del exmandatario, pues como  secretario de la Función Pública se encargó de bloquear cualquier intento de  indagar la administració
“Me siento cobijado”, dijo Fox cuando se le integró al comité de  campaña. Esta expresión fue más que transparente del sentido de protección que  tuvo a partir de ese momento el expresidente.
Cerrado el expediente, ya  no era necesario que desafiara a Calderón con difundir la forma en que le ayudó  a ganar la elección a Andrés Manuel López Obrador el 2 de julio del  2006.
En ese mismo acto realizado en León, el jefe nacional del PAN  también pactó con el Yunque al integrar a la comisión de estructura al  gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien es identificado como miembro  de este grupo político de ultraderecha.
En los últimos 17 años el PAN ha  gobernado esta entidad y en las elecciones pasadas ganó no sólo la gubernatura,  sino 36 de 46 presidencias municipales y la mayoría en el Congreso del estado.  Esta hegemonía panista hizo que Germán Martínez lanzara como lema de campaña la  idea de guanajuatizar al país para las elecciones del 2009..
De lo  que no habló el dirigente panista fue que en Guanajuato el PAN ha logrado  imponerse gracias a una reedición de las viejas prácticas del PRI. Los programas  de gobierno como la donación de pisos de cemento y láminas para las casas más  pobres, los recursos al campo, los permisos a taxistas y vendedores ambulantes,  la construcción de vivienda popular, entre otros, han sido utilizados para la  compra o inducción del voto.
No sólo eso, hay denuncias de que en la  elección presidencial del 2006, el PAN compró votos hasta en mil 500 pesos a  favor de Calderón. De ahí que en un estudio sobre el comportamiento electoral en  la entidad se reportó que mientras a nivel nacional la diferencia media entre  Calderón y López Obrador era de un voto, en Guanajuato fue 17 contra uno a favor  del panista.
Estos antecedentes de corrupción y malos manejos de los  recursos públicos para fines electorales poco le importaron a Germán Martínez al  pactar con el Yunque y Vicente Fox. La apuesta del PAN es la desmemoria popular  y reeditar la estrategia de la guerra sucia electoral del 2006. Sin embargo,  México es más que Guanajuato y Fox ya no es garantía de éxito como lo fue en el  pasado.
 
 
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