Los Vizcarratoons y la estupidización de la política

Erich Moncada SDP Noticias



El marketing político mexicano está del carajo. Debería estar dirigido para que el ciudadano piense, reflexione y compare entre distintas opciones políticas.

El marketing político mexicano está del carajo. Debería estar dirigido para que el ciudadano piense, reflexione y compare entre distintas opciones políticas. Pero año tras año, la promoción de los candidatos a los puestos de elección popular involuciona y se vuelve más elemental e idiota. Y no exagero: la mayoría de nuestros gobernantes piensan que somos pendejos. Por eso nos suben los impuestos en nuestro dizque beneficio y nos aseguran que registrando nuestros celulares con el CURP se combatirá mejor al crimen organizado.

Una muestra de esta impresionante estupidización de la política es la campaña Vizcarratoons, del priísta Jesús Vizcarra, precandidato a la gubernatura de Sinaloa. Se trata de cuatro personajes inspirados a los Teletubbies o en el Doctor Simi (que ya de por sí son bastante ridículos) que promueven los ejes temáticos del exalcalde de Culiacán: salud, deporte y obras públicas.

Adri es un futbolista jovial que presume que Vizcarra "es un ejemplo de cómo hacer que los impuestos que pagan nuestros papás se utilicen de mejor manera en beneficios de todos... las canchas que antes eran de piedras tienen pasto natural". La Doctora Mavi, admira "el trabajo que Jesús Vizcarra ha hecho por la salud", pero no dice nada sobre el narcotráfico que domina el estado gracias a la protección de los gobiernos tricolores. Vica, una niña estudiosa, considera que es "un hombre visionario" y lo apoya porque remodeló las escuelas y "empezó por los baños". Mientras que Bovi, el bombero, admira que Vizcarra "es un hombre que siempre está viendo por los demás". Supongo que se refiere a que ve por la mafia, según los denunciados vínculos del priísta con el narcotráfico y una desafortunada foto donde aparece con el célebre Ismael "El Mayo" Zambada.

Lo mejor es el gingle de la campañana, interpretado con un teclado como de bar de mala muerte y cuyos estribillos son tan repetitivos que pueden provocar graves daños cerebrales. En serio, no exagero. Véanlo y escúchenlo bajo su propio riesgo:

Somos Vizcarra,
priístas con Vizcarra,
Vizcarra, carra, carra
carra toons.
Escuelas dignas,
espacios deportivos,
salones con Vizcarra
carra toons.
Vizcarra ayuda
al que lo necesita,
por ellos Vizcarra
carra toons.
Con pavimiento,
los niños más seguros,
jugando a Vizcarra
carra toons.

No sé cómo diablos se puede jugar a Vizcarra, pero no debe ser divertido.

Conté la mención de su apellido como 31 veces en sólo 1 minuto 49 segundos. Vi el video como cinco veces. Fue demasiado. Me siento mal. Creo que me hizo daño.

Me muero por escuchar las campañas de los demás precandidatos. Llegar al nivel de los Vizcarratoons no es cosa fácil.

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