El valor moral de la consulta
Muchos han descalificado este ejercicio ciudadano debido a que carece de validez jurídica por no estar regulado en la legislación mexicana, o bien porque consideran que solamente será un anécdota más en la lucha social y a final de cuentas no pasará nada. Sin embargo, quienes descalifican este ejercicio ciudadano, no se dan cuenta que el verdadero valor radica en ser un ejemplo de organización ciudadana, donde confluyeron de manera espontánea todo tipo de organizaciones de la sociedad civil, y una enorme cantidad de ciudadanos comunes como usted y como yo, que hartos del actual régimen, decidieron actuar y no solo quejarse de manera individual y marginal, sino que buscaron unir sus voces, unir sus inconformidades, unir su malestar, pero sobretodo unir su deseo de esperanza.
A diferencia de una marcha o un mitin, donde la gente solo se aglomera por un breve instante, grita consignas para sacar su coraje y luego se va a su casa para darse cuenta de que solamente fue una marcha más, un mitin más, y que al gobierno y a la oligarquía sigue ahí, intacta; en el caso de esta Consulta, los ciudadanos que participamos en este ejercicio le demostramos a Calderón y a sus patrones oligarcas, que hay un sector enorme de la sociedad mexicana que es capaz de organizarse sin recurrir a los canales institucionales y caducos como son los partidos políticos, los sindicatos, las iglesias, etc., se les demostró que desde abajo se está creando una nueva forma de hacer política, que somos capaces de poner en práctica el contenido del artículo 39 constitucional, y decirle a quien representa un cúmulo de intereses de los poderes fácticos, que el pueblo en ejercicio de su potestad suprema, quiere que se largue, ya que está harto de que lo saqueen, de que lo humillen, de que lo empobrezcan y de que le roben la esperanza de un mejor país para las futuras generaciones.
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Tres granitos de arena
En esta ocasión el equipo de AMLO TV, prefirió vivir en carne propia el proceso de la consulta ciudadana, no ser solamente un observador externo, sino que decidimos pelear codo con codo en la misma trinchera que el resto de la ciudadanía que participó en esta jornada auténticamente democrática.
Desde acudir a reuniones organizacionales, pasando por alistar todos los implementos necesarios para poner una mesa receptora, madrugar, aguantar un sol que no dio tregua y un ventarrón que dispersó las boletas y la solidaridad espontánea de una niña que nos ayudó a juntarlas todas de nuevo, acarrear piedras para fijar una sombrilla de playa, matar el hambre con unos cacahuates, acabarse la voz en el megáfono invitando a la gente a participar, contar las boletas, llenar el Acta Única, colocar la sábana con los resultados (124 votos: 122 a favor, 2 en contra y 2 nulos), entregar la papelería al Comité Civil de la Cuauhtémoc, y regresar a casa asoleado, hambriento, sediento, sudoroso y soñoliento, pero eso sí muy contento, así fue como tres ciudadanos comunes y corrientes, vivieron este histórico ejercicio de soberanía popular en el histórico barrio de Tlatelolco.
Ciudad de México, 22 de mayo de 2010.
L.D. Jesús A. Palma M.
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