Desde Machetearte:
Por León Augustus
Apuesto a que me extrañaban cab…..alleros, pero con eso de que yo tenía información de muy buena fuente de a como se iban a poner las cosas, la neta me dediqué a trabajar en algo más productivo que la reporteada. Otra vez en el restaurante del Congreso, así vestidito como todo mesero popis, pues llené mi libreta de tips y también gane otros buenas tips (o sea propinas incultos hay que hablar inglés).
Bueno pues la nota es el mentado teletón, ese que apoya a los niños que han quedo discapacitados por el pésimo trabajo que hacen los disque médicos a la hora del parto por el que los bebés no respiran y se quedan con secuelas de poca…… He aquí, como ya les he dicho hasta el cansancio que esto no tiene nada de altruismo sino es puro negocio, y como la chapuza acusa, en esta promoción empezaron entrevistando a los chipocluldos de este “bisne” que no es cierto, que son muy buenos, que no hay transa; pero sí, si la hay.
Para empezar los disque donadores no son otra cosa que anunciantes, que en sus paquetes de publicidad contratan el teletón por una feria más o menos cómoda y luego para recibir los aplausos vociferan que dieron un donativo y por eso les devuelven algo de lo que pagaron con un recibo deducible de impuesto o sea. Si pagaron un millón de pesos, se lo cargan a su empresa como gasto y luego lo deducen como donativo.
Los de Televisa y asociados (que de hecho ya todos le entraron), también ganan porque le venden al teletón, el tiempo aire, la producción de anuncios y otras chingaderitas (a precios especiales por supuesto porque al fin que todos son del mismo club). Y la organización de la fiestota; pues también cuesta, en términos de sonido, luz, taquilleros, gente de limpieza a la que hay que pagarle, (solo faltaba que hasta eso lo quisieran gratis) y se lo tienen que cargar a alguien, ya sea pagándolo directo u otra vez con el consabido recibo deducible. (Ah pero si Ustedes les preguntan dicen que son voluntarios, porque al que raje le quitan la chamba)
Se preguntarán quien pierde, pues Usted no sea baboso, porque si las empresas dicen que ganaron menos porque apoyaron al Teletón o de sus utilidades deducen un donativo, los impuestos que pagan son menos y por eso en el presupuesto de FeCal, no hay ni un varo de aumento para el ramo 33 ni todos los que tienen que ver con los programas sociales, de salud, educación y del campo.
¡Otro Ah! Pero como dijera el que ya se fue con los angelitos de cristal, “Aun hay más” aparte de sangrarle a los ingresos resultado de este acitrón de un fandango en donde la lana pasa de mano en mano entre los ricachos, por concepto de promocionales, pagos de edecanes y tiempo aire (que podría ser mejor aprovechado en pasar información educativa en vez de entrevistas de estos cínicos); hay dos grupos que le tiene que entrar de a cómo se las canten.
Unos son los ingenuos niños, mujeres y hasta ancianos, que quieren ser voluntarios con una cajita, un gafete y con suerte un estandarte. Ellos tienen que ir al banco a apuntarse (ahí el banco ya está reclutando a sus futuros ahorradores incautos), llenan un bonche de papeles (por si se le ocurre irse con la caja) y se aprenden una letanía que empieza con “amiga (o amigo no son tan tarados), ¿no quiere cooperar con un varito?…. es p´a los niños del teletón” Esos son voluntarios de a devis (no porque les deban sino porque son de verdad) y los otros son los artistas, a los que su vanidad y su necesidad de salir a cuadro les hace trabajar de oquis. Si se niegan (yo quiero ver al valiente) les puede ir como a Paquita la del Barrio o como a la Trevi (o de a perdis les dan una buena quemada en sus revistas de chismes o en la Oreja).
El sacrificio vale la pena, porque si le entran después serán llamados para cenas de caridad en favor de los niños ahogados, quemados, con down o ese titipuchal de fundaciones que operan más o menos de la misma forma. En este segundo chance (porque el primero lo consideran “una oportunidad”) a los beneficiarios, la estrella les dice, bueno yo no le cobro pero tiene pagar lo de mis músicos, y ahí se nivelan.
Como ve, esto del teletón es algo así como las migajas que según la parábola cristiana el rico tiraba para sus perros. Pero los dueños de la mesa, ganan con la tele, con la fiesta, con lo que recaban, con lo que le escatiman al gobierno, (al que luego se dan lujo de criticar), con la venta de promocionales y hasta con la construcción de sus hospitales (que ese es otro negocio del que luego hablamos).
Por León Augustus
Apuesto a que me extrañaban cab…..alleros, pero con eso de que yo tenía información de muy buena fuente de a como se iban a poner las cosas, la neta me dediqué a trabajar en algo más productivo que la reporteada. Otra vez en el restaurante del Congreso, así vestidito como todo mesero popis, pues llené mi libreta de tips y también gane otros buenas tips (o sea propinas incultos hay que hablar inglés).
Bueno pues la nota es el mentado teletón, ese que apoya a los niños que han quedo discapacitados por el pésimo trabajo que hacen los disque médicos a la hora del parto por el que los bebés no respiran y se quedan con secuelas de poca…… He aquí, como ya les he dicho hasta el cansancio que esto no tiene nada de altruismo sino es puro negocio, y como la chapuza acusa, en esta promoción empezaron entrevistando a los chipocluldos de este “bisne” que no es cierto, que son muy buenos, que no hay transa; pero sí, si la hay.
Para empezar los disque donadores no son otra cosa que anunciantes, que en sus paquetes de publicidad contratan el teletón por una feria más o menos cómoda y luego para recibir los aplausos vociferan que dieron un donativo y por eso les devuelven algo de lo que pagaron con un recibo deducible de impuesto o sea. Si pagaron un millón de pesos, se lo cargan a su empresa como gasto y luego lo deducen como donativo.
Los de Televisa y asociados (que de hecho ya todos le entraron), también ganan porque le venden al teletón, el tiempo aire, la producción de anuncios y otras chingaderitas (a precios especiales por supuesto porque al fin que todos son del mismo club). Y la organización de la fiestota; pues también cuesta, en términos de sonido, luz, taquilleros, gente de limpieza a la que hay que pagarle, (solo faltaba que hasta eso lo quisieran gratis) y se lo tienen que cargar a alguien, ya sea pagándolo directo u otra vez con el consabido recibo deducible. (Ah pero si Ustedes les preguntan dicen que son voluntarios, porque al que raje le quitan la chamba)
Se preguntarán quien pierde, pues Usted no sea baboso, porque si las empresas dicen que ganaron menos porque apoyaron al Teletón o de sus utilidades deducen un donativo, los impuestos que pagan son menos y por eso en el presupuesto de FeCal, no hay ni un varo de aumento para el ramo 33 ni todos los que tienen que ver con los programas sociales, de salud, educación y del campo.
¡Otro Ah! Pero como dijera el que ya se fue con los angelitos de cristal, “Aun hay más” aparte de sangrarle a los ingresos resultado de este acitrón de un fandango en donde la lana pasa de mano en mano entre los ricachos, por concepto de promocionales, pagos de edecanes y tiempo aire (que podría ser mejor aprovechado en pasar información educativa en vez de entrevistas de estos cínicos); hay dos grupos que le tiene que entrar de a cómo se las canten.
Unos son los ingenuos niños, mujeres y hasta ancianos, que quieren ser voluntarios con una cajita, un gafete y con suerte un estandarte. Ellos tienen que ir al banco a apuntarse (ahí el banco ya está reclutando a sus futuros ahorradores incautos), llenan un bonche de papeles (por si se le ocurre irse con la caja) y se aprenden una letanía que empieza con “amiga (o amigo no son tan tarados), ¿no quiere cooperar con un varito?…. es p´a los niños del teletón” Esos son voluntarios de a devis (no porque les deban sino porque son de verdad) y los otros son los artistas, a los que su vanidad y su necesidad de salir a cuadro les hace trabajar de oquis. Si se niegan (yo quiero ver al valiente) les puede ir como a Paquita la del Barrio o como a la Trevi (o de a perdis les dan una buena quemada en sus revistas de chismes o en la Oreja).
El sacrificio vale la pena, porque si le entran después serán llamados para cenas de caridad en favor de los niños ahogados, quemados, con down o ese titipuchal de fundaciones que operan más o menos de la misma forma. En este segundo chance (porque el primero lo consideran “una oportunidad”) a los beneficiarios, la estrella les dice, bueno yo no le cobro pero tiene pagar lo de mis músicos, y ahí se nivelan.
Como ve, esto del teletón es algo así como las migajas que según la parábola cristiana el rico tiraba para sus perros. Pero los dueños de la mesa, ganan con la tele, con la fiesta, con lo que recaban, con lo que le escatiman al gobierno, (al que luego se dan lujo de criticar), con la venta de promocionales y hasta con la construcción de sus hospitales (que ese es otro negocio del que luego hablamos).
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