Por J. Alejandro Peyro
El fenómeno de la emigración de mexicanos a Estados Unidos ha sido abordado de innumerables formas y por múltiples enfoques tanto periodísticos, como académicos y por supuesto, políticos. Se han hecho estudios profesionales (y no tanto) de las causas por las que miles y miles de ciudadanos mexicanos arriesgan su vida cruzando ilegalmente la frontera del norte. La respuesta es mucho muy sencilla. Las condiciones de vida que el estado mexicano les ofrece son tan adversas, que aun y cuando calculan ese riesgo mortal, lo prefieren a la precaria supervivencia; prefieren morir con cierta dignidad a vivir en condiciones indignas, insultantes.
La muestra más obvia del valor que para el “nuevo gobierno” tiene el ser humano (los mexicanos) es el dizque compromiso de FElipe CALderón para con los paisanos (sí, aquellos que fueron lanzados a su suerte por la indiferencia del estado, que por fortuna ganaron la apuesta por su vida y lograron en otro país lo que en éste, el suyo, nunca hubieran hecho: prosperar); los que regresan para las fiestas de fin de año, cruzando los muros y retenes “que de todos modos nos vamos a brincar” para celebrar con su familia su éxito, el bienestar que su país les negó.
¿Bienvenido, paisano? ¿O bienvenidos los dólares que allá sí produces? ¿Por qué la diferencia en el trato? ¿Qué no somos todos “mexicanos de primera”? ¿O los que se van por la falta de oportunidades, de una vida digna, eran menos inteligentes, capaces, productivos, ingeniosos, estando de éste lado, y llegando a EUA “descubrieron” que tenían todas estas cualidades?
Hipocresía. Vulgar interés. Lo peor es que, como todo en su dizque gobierno, el mentado compromiso de FECAL de trato digno y humano, sin corrupción ni extorsiones a los paisanos que regresan a celebrar, es un fraude, un engaño. “Bullshit” como dirían los gringos en alusión al “presidente” mexicano.
Un engaño a todas luces ya que la extorsión a los paisanos en la frontera, sea que la crucen legalmente o no, es una industria. La mayor corrupción dentro del corruptísimo estado mexicano está en las aduanas, todo mundo lo sabe.
Un fraude ya que este compromiso no se trata de seres humanos. Divisas es el nombre del juego. Juego sucio, desde luego, como es el sello de la administración fecalista.
Invito a todos los paisanos a que denuncien este atropello, no sólo el de la corrupción en las aduanas sino el engaño y la manipulación en que la dizque presidencia quiere involucrarlos. El Gobierno Legítimo de la República tiene como función principal defender a la gente, hacer valer sus derechos, poner en primer lugar a los seres humanos. Bienvenido, paisano. La Cuarta República está contigo, no por tu éxito, no por tus dólares. Sino porque eres mexicano.
Opina: revolucionesmx@gmail.com
El fenómeno de la emigración de mexicanos a Estados Unidos ha sido abordado de innumerables formas y por múltiples enfoques tanto periodísticos, como académicos y por supuesto, políticos. Se han hecho estudios profesionales (y no tanto) de las causas por las que miles y miles de ciudadanos mexicanos arriesgan su vida cruzando ilegalmente la frontera del norte. La respuesta es mucho muy sencilla. Las condiciones de vida que el estado mexicano les ofrece son tan adversas, que aun y cuando calculan ese riesgo mortal, lo prefieren a la precaria supervivencia; prefieren morir con cierta dignidad a vivir en condiciones indignas, insultantes.
La muestra más obvia del valor que para el “nuevo gobierno” tiene el ser humano (los mexicanos) es el dizque compromiso de FElipe CALderón para con los paisanos (sí, aquellos que fueron lanzados a su suerte por la indiferencia del estado, que por fortuna ganaron la apuesta por su vida y lograron en otro país lo que en éste, el suyo, nunca hubieran hecho: prosperar); los que regresan para las fiestas de fin de año, cruzando los muros y retenes “que de todos modos nos vamos a brincar” para celebrar con su familia su éxito, el bienestar que su país les negó.
¿Bienvenido, paisano? ¿O bienvenidos los dólares que allá sí produces? ¿Por qué la diferencia en el trato? ¿Qué no somos todos “mexicanos de primera”? ¿O los que se van por la falta de oportunidades, de una vida digna, eran menos inteligentes, capaces, productivos, ingeniosos, estando de éste lado, y llegando a EUA “descubrieron” que tenían todas estas cualidades?
Hipocresía. Vulgar interés. Lo peor es que, como todo en su dizque gobierno, el mentado compromiso de FECAL de trato digno y humano, sin corrupción ni extorsiones a los paisanos que regresan a celebrar, es un fraude, un engaño. “Bullshit” como dirían los gringos en alusión al “presidente” mexicano.
Un engaño a todas luces ya que la extorsión a los paisanos en la frontera, sea que la crucen legalmente o no, es una industria. La mayor corrupción dentro del corruptísimo estado mexicano está en las aduanas, todo mundo lo sabe.
Un fraude ya que este compromiso no se trata de seres humanos. Divisas es el nombre del juego. Juego sucio, desde luego, como es el sello de la administración fecalista.
Invito a todos los paisanos a que denuncien este atropello, no sólo el de la corrupción en las aduanas sino el engaño y la manipulación en que la dizque presidencia quiere involucrarlos. El Gobierno Legítimo de la República tiene como función principal defender a la gente, hacer valer sus derechos, poner en primer lugar a los seres humanos. Bienvenido, paisano. La Cuarta República está contigo, no por tu éxito, no por tus dólares. Sino porque eres mexicano.
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