2 de Enero 10:33 A.M.
Puntos de acuerdo:
Reunidos en la comunidad indígena de N’donhuani-San Pedro Atlapulco, Estado de México, los delegados y delegadas representantes de los pueblos indígenas nahua, zapoteca, wixárika, mazahua, amuzgo, cuicateco, kumiai, kikapu, purhépecha, tlahuica, chocholteco, chinanteco, ñu saavi, hñahñu, tenek, maya, totonaco, mayo, tlapaneco, coca, triqui, tepehua, rarámuri, ch’ol, tzeltal, guachichil chichimeca, zoque, matlatzinca, mixe y popolucas, declaramos:
1. Seguiremos ejerciendo nuestra autonomía en los hechos.
2. Ratificamos La Sexta Declaración de la Selva Lacandona y reivindicamos la Otra Campaña. Nos solidarizamos con nuestros hermanos presos de San Salvador Atenco.
3. Exigimos la retirada inmediata de las policías y cuerpos represores del Estado de la región de San Salvador Atenco, pero también de todas las otras regiones del país donde se mantiene el control militar y policiaco para hostigar y amedrentar a todos los pueblos y comunidades que luchan por la defensa de su territorio y sus formas de vida.
4. Repudiamos los asesinatos de los compañeros Javier Cortés, muerto por las policías que reprimieron al pueblo de San Salvador Atenco, el compañero Concepción Gabiño, de la comunidad indígena de Cuzalapa, que luchaba por la defensa de la tierra en la región de Manantlán, Jalisco, y el compañero Faustino Acevedo de San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec, cuando se dirigía a esta comunidad para participar en los trabajos de este cuarto Congreso.
5. Repudiamos también la violación de todas las compañeras aprendidas en San Salvador Atenco, por parte de los policías y la violencia sistemática y fascista que ejerce el Estado contra todas las mujeres que con su trabajo están reivindicando las luchas de resistencia y dignidad a lo largo y ancho del país.
6. Llamamos al fortalecimiento de todas las regiones del Congreso Nacional Indígena y a la celebración frecuente y periódica de reuniones de articulación: reflexión, acción y propuestas.
7. Rechazamos todas las leyes con las que el Estado pretende despojarnos, legitimar la entrega del país e imponer controles que restringen la acción de pueblos y comunidades y le dan manga ancha a las empresas transnacionales para devastar y apoderarse de la riqueza material y espiritual de nuestros pueblos y de todos los mexicanos.
8. Rechazamos los programas de gobierno que instrumentan las leyes mencionadas y que pretenden dividir a las comunidades.
9. Reforzaremos los mecanismos de comunicación entre las diferentes regiones y comunidades del Congreso Nacional Indígena.
10. Reforzaremos y haremos eficaces los mecanismos de solidaridad y compromiso con las luchas de todas y cada una de las comunidades, organizaciones y pueblos indígenas.
11. Como punto último de nuestra declaración impugnamos al Estado mexicano y llamamos a todos los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y a todos los sectores oprimidos a conformar un frente amplio anticapitalista que impulse un proceso que conduzca hacia una Nueva Constitución y otra forma de gobierno que permita el reconocimiento de nuestros derechos y una sociedad justa, libre y democrática.
Y estos acuerdos que nacen de nuestro corazón, son las flores de nuestro árbol dispuestas a dar nuevas semillas, semillas de vida y de esperanza.
Fuente:http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=141223
Comento: Los puntos de acuerdo, en su mayoría no establecen disenso profundo con las miras de los ciudadanos agremiados en la CND. Hacer causa común, vincularnos con las causa justas de nuestro pueblo(que son nuestras también) es romper el cerco de la indiferencia, cualquier hermano que quiera establecer lazos contra el imperialismo y su hijo : el neoliberalismo, merece todo nuestro respeto y solidaridad. Sin banderas, ni sectarismos avancemos juntos, todos a la consolidación de la 4a. República. Un México donde quepamos todos menos los que engañan, roban y asesinan (aun simulando estar con el gobierno legítimo).
¡¡¡Otro México es posible!!!
Ayotzinapa en la mira
Zósimo Camacho, enviado
El “gobierno democrático” de Torreblanca en Guerrero se apresta a “cerrar el ciclo” de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos y mide fuerzas con los aguerridos alumnos de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
Chilpancingo, Gro. Luego de la toma de decenas de camionetas y autobuses por parte del creciente movimiento estudiantil y ante la proximidad de la transición del Poder Ejecutivo federal, el gobierno estatal decide posponer el “inminente choque” y promete regresar “a fondo” a principios del próximo año. “Los esperamos: estaremos más fuertes”, retan los alumnos.
Los jóvenes, casi adolescentes, de rostros morenos y enjutos, miran con desconfianza a su contraparte en las negociaciones para concluir la serie de movilizaciones en la que participaron decenas de organizaciones sociales del estado y que amenazaba en convertir a Guerrero en “otro Oaxaca”.
Hijos de campesinos de las comunidades de la Montaña, Sierra y Costa Chica del estado, calzan huaraches y portan morrales de ixtle y manta. Los estudiantes, quienes apenas rebasan los 20 años, hablan apaciblemente a las autoridades educativas, encabezadas por el secretario de Educación del estado, José Luis González de la Vega Otero. “Así los ven ahorita; pero son unos vándalos”, “confían” ayudantes del funcionario estatal a algunos reporteros.
En el níveo salón Vicente Guerrero, ubicado en el palacio de gobierno del estado, se desahogan los 56 puntos del pliego petitorio enarbolados desde hace cinco meses por la sociedad de alumnos Ricardo Flores Magón de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos que, junto con los comités estudiantiles de las otras 16 escuelas normales rurales del país, integra la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).
La organización de estudiantes más vieja del país -considerada semiclandestina, pues aunque se conocen las carteras que componen su estructura organizativa se guardan celosamente en secreto los nombres de quienes las integran- había organizado la retención de alrededor de 50 vehículos de la línea de autobuses Estrella Blanca y de camionetas de empresas refresqueras y panificadoras.
Además, los estudiantes también retenían vehículos del gobierno del estado. Justo antes de que las autoridades decidieran aceptar el diálogo, los alumnos habían anunciado que quemarían un vehículo frente al palacio de gobierno en esta capital.
“Seguimos siendo campesinos”
Apenas un día antes, como muestra de distensión, dieron por concluido el paro de labores en la escuela ubicada en el pueblo de Ayotzinapa, perteneciente al municipio de Tixtla de Guerrero. Los jóvenes se levantaron a las seis de la mañana para ducharse con mangueras y bandejas en los baños que hace lustros contaron con regaderas; abrieron la escuela y permitieron la entrada de los maestros y del director, Lucas Mosso -del cual exigían su renuncia-.
Se vieron caminar por los amplios pasillos donde mantienen a la vista las imágenes de los guerrilleros Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas, el Che Guevara y el subcomandante Marcos. Se muestran especialmente orgullosos del fundador del Partido de los Pobres, quien estudió en esta Normal Rural de Ayotzinapa y fue secretario general de la FECSM.
Del área de los dormitorios proviene la música y los gritos rancheros, los cuales frecuentemente se trasladan a los salones durante las exposiciones y exámenes “sorpresa” que llegan a aplicar maestros contrarios al movimiento estudiantil. Rodeados de bosques de guayabo, alcanfor y encino y laderas abiertas a la siembra de maíz, los estudiantes de Ayotzinapa están muy lejos de los estereotipos impuestos a sus pares citadinos.
“Nosotros seguimos siendo campesinos, pero ahora ya estamos preparados para ir a alfabetizar a nuestras comunidades o a otras más pobres. Los que entramos aquí sabemos que tenemos que ir adonde nos necesiten. No queremos, como casi todos los egresados de las Normales que no son rurales, irnos a las ciudades donde se tiene todo fácil. Aquí aprendemos que tenemos que 'ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo'”, dice el estudiante Rodrigo Hernández, parafraseando a Cabañas Barrientos.
Fin a la “alumnocracia”
Desde los primeros meses de su gobierno, Zeferino Torreblanca ya había dado muestras, como el gobierno federal, de no simpatizar con el modelo educativo desarrollado por las Normales Rurales. Sin embrago, fue hasta abril pasado cuando intentó reducir la matrícula estudiantil y, abiertamente, declarar que el objetivo de su gobierno era acabar con la “alumnocracia” y el “desorden” que, según el funcionario llevado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al Ejecutivo estatal, “priva” en la escuela de Ayotzinapa.
Y es que, como en todas las escuelas Normales Rurales (ENR) del país, los alumnos participan directamente en la administración de los planteles, los cuales, como internados que son, cuentan con dormitorios, comedor, lavaderos y áreas de cultivo y de producción agropecuaria, donde crían ganado caprino, bovino y porcino.
Los alumnos de Ayotzinapa muestran, orgullosos, el sorgo sembrado hace un mes que ya verdea dos hectáreas de surcos bien delineados y el rastrojo en otras dos hectáreas de milpas donde el maíz ha concluido su ciclo anual. También enseñan los corrales y porquerizas. Aunque generalmente los animales se encuentran en las áreas de producción, es común que vacas lecheras pasten en los jardines y deambulen por los pasillos de la escuela.
Los 540 estudiantes de Ayotzinapa son hijos de campesinos pobres, pues a esta escuela solamente pueden ingresar quienes ostentan esta condición y poseen un certificado de estudios de bachillerato. Al ser aceptados tienen derecho a recibir una beca de 35 pesos diarios y a recibir tres comidas al día en el comedor. Además, participan en la administración de la escuela y en la toma de decisiones que repercuten en la vida estudiantil. El director en turno -nombrado por la Secretaría de Educación del estado- no puede tomar decisiones sin consultar al Comité de estudiantes, el cual a su vez “consulta a la base estudiantil”.
Proyectos educativos contrapuestos
Aunque los planes de estudios formales de las escuelas Normales Rurales no sean diferentes de los que se aplican en las demás instituciones normalistas, las ENR conservan la mayoría de las características con que nacieron a principios de la década de 1920 cuando aún no concluía el fervor revolucionario de las masas campesinas.
“Los alumnos consideramos que la educación es un derecho que, para que sea realmente gratuito, no sólo no deben existir las colegiaturas sino que se debe becar a los estudiantes”, dice el alumno Fabián Muciño Pérez. Además, reivindican el autogobierno y la educación socialista.
Nota completa http://www.contralinea.com.mx/archivo/2007/enero/htm/ayotzinapa_mira.htm
Montaña de Guerrero pobreza y militarización
Violaciones sexuales, destrucción de milpas, robo de ganado, agresiones de grupos paramilitares, esterilización forzada y amenazas contra indígenas me’phaa o tlapanecos y nu’saavi o mixtecos, son los saldos de la militarización de La Montaña y La Costa Chica. Mientras en la ciudad de México Felipe Calderón asume el Poder Ejecutivo y en Oaxaca la PFP detiene a luchadores sociales, en Guerrero tropas de hasta 200 efectivos del Ejército recorren con “listas negras” decenas de comunidades en busca de “alzados” y “delincuentes”
Ayutla de los Libres, Gro. Sólo saben del gobierno mexicano por los soldados que frecuentemente los visitan y preguntan por “la gente que porta armas y usa pañuelo rojo”. Pueblos me’phaa y nu’saavi de La Montaña guerrerense no cuentan con centros de salud ni médicos. En la mayoría de ellos no hay escuelas ni maestros. Tampoco luz eléctrica ni líneas telefónicas. Durante los últimos tres años no se hizo una sola obra social. A comunidades de la zona más pobre del país sólo llegaron los “guachos”.
Pero a partir de octubre la intimidación contra estos pueblos indios se agudizó: los militares instalan campamentos sobre milpas y “cazan” chivas y vacas de campesinos de la zona. Destruyen plantaciones de chile y amedrentan a mujeres y niños, a quienes les exigen que den informes de la “gente que anda de noche y carga armas”.
Valente, de seis años, crece y corre entre las laderas escarpadas de La Montaña baja. “¡Wua’ssa!” (buenos días), grita festivo. Para él, la palabra “gobierno” siempre estuvo asociada con el miedo, porque la única presencia gubernamental en su comunidad es la de los soldados. Pero ahora ya se le ve increpar y reclamar, junto con tíos y vecinos, a los militares que causan destrozos en las milpas.
“Ya no vamos a permitir campamentos en esta tierra. Vamos a agarrarlos a garrotazos o a pedradas. No tenemos armas pero piedras hay muchas y no las necesitamos comprar. Hombres y mujeres vamos a sacarlos. Ya es un acuerdo de la comunidad”, advierte Natalio Eugenio Catarino, de Barranca de Guadalupe, aldea enclavada en los bosques de la parte baja de La Montaña, “la última trinchera”, como diría Fernando Benítez de los me’phaa.
Se llega a las comunidades indias sólo por una brecha rojiza -bordeada por encinos y ocotes en las partes altas, y por ciruelos, mangos y naranjos en las bajas- que parte de esta cabecera municipal. El zanate, profundamente negro e impávido, se posa, vigilante, en las curvas del camino. Desde las inmediaciones de la comunidad se observan laderas guindas donde la jamaica está a punto de cosecha. Los cañaverales crecen al pie de los arroyos y en las casas alistan el trapiche para la zafra que va a comenzar.
Con excepción de la caña de azúcar y la jamaica, que cada familia cosecha en pequeñas cantidades para vender en el mercado de la cabecera, la producción agropecuaria es de autoconsumo. Alrededor de tres personas por comunidad entienden el español y sirven de traductores con los fuereños. Son también los encargados de reclamar, sin éxito, a los soldados el pago por los destrozos en las parcelas.
"Rambos, como los de las películas”
Vicente Díaz Luciano, de apenas 26 años, es comisario de Barranca de Guadalupe. Por medio de un intérprete dice que desde mediados de octubre, tropas que van de los 35 a los 200 soldados han rodeado varias casas hasta por cuatro horas. Con ello causan pavor entre niños, mujeres y parientes de las familias acosadas. Además ostentan una lista de personas que supuestamente buscan por estar vinculadas con “grupos de delincuentes”.
“El día 24 de octubre volvieron los solados a rodear la casa de Paulino Felipe Rafael (quien ha sido comisario del pueblo) y estuvieron desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Entraron a la casa, en la que sólo estaba su esposa y estuvieron dentro por una hora. Al parecer, la mujer fue violada.”
Díaz Luciano explica que le dijeron a la mujer que ellos (los soldados) eran “rambos, como los de las películas,” y que iban a matar a todos los de la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa (Kabaxo Xuaji Guini Me’phaa, OPIM por sus siglas en español), organismo defensor de los derechos humanos de la zona tlapaneca que denunció las violaciones sexuales cometidas contra indígenas en 2002, la esterilización forzada en varias comunidades y la “masacre” de El Charco, comunidad nu’saavi de esta región.
También, a decir del comisario, a la esposa de Paulino Felipe le mostraron una lista con los nombres de las personas que van a matar, “pero la mujer no entendió porque no sabe bien hablar español ni sabe leer”.
Días previos, los soldados habían repartido dulces a los niños, a quienes les preguntaron por los que “traen armas y usan pañuelo rojo”. Además dieron “medicina” a un “abuelo del pueblo”, autoridad tradicional que “subía al cerro a hacer costumbre para que lloviera y no hubiera enfermedades”. El viejo murió entre fuertes dolores de estómago a los dos días de haber ingerido lo que le dieron los soldados. Para los me’phaa está claro que fue asesinado por los “guachos” y han advertido a sus hijos de no tomar nada que les ofrezcan los militares.
Nota completa:http://www.contralinea.com.mx/archivo/2007/enero/htm/montana_guerrero_militares.htm
Comento: Estos dos artículos fueron tomados de la revista Contralínea www.contralinea.com.mx y la publicación en este blog es con fines de difusión y para romper el cerco informativo que pesa sobre los movimientos regionales en esta dictadura de ultraderecha. Todas las pesonas interesadas en difundirlos, ayudemos a romper el cerco informativo.
¡¡¡Otro México es posible!!!
Puntos de acuerdo:
Reunidos en la comunidad indígena de N’donhuani-San Pedro Atlapulco, Estado de México, los delegados y delegadas representantes de los pueblos indígenas nahua, zapoteca, wixárika, mazahua, amuzgo, cuicateco, kumiai, kikapu, purhépecha, tlahuica, chocholteco, chinanteco, ñu saavi, hñahñu, tenek, maya, totonaco, mayo, tlapaneco, coca, triqui, tepehua, rarámuri, ch’ol, tzeltal, guachichil chichimeca, zoque, matlatzinca, mixe y popolucas, declaramos:
1. Seguiremos ejerciendo nuestra autonomía en los hechos.
2. Ratificamos La Sexta Declaración de la Selva Lacandona y reivindicamos la Otra Campaña. Nos solidarizamos con nuestros hermanos presos de San Salvador Atenco.
3. Exigimos la retirada inmediata de las policías y cuerpos represores del Estado de la región de San Salvador Atenco, pero también de todas las otras regiones del país donde se mantiene el control militar y policiaco para hostigar y amedrentar a todos los pueblos y comunidades que luchan por la defensa de su territorio y sus formas de vida.
4. Repudiamos los asesinatos de los compañeros Javier Cortés, muerto por las policías que reprimieron al pueblo de San Salvador Atenco, el compañero Concepción Gabiño, de la comunidad indígena de Cuzalapa, que luchaba por la defensa de la tierra en la región de Manantlán, Jalisco, y el compañero Faustino Acevedo de San Blas Atempa, en el Istmo de Tehuantepec, cuando se dirigía a esta comunidad para participar en los trabajos de este cuarto Congreso.
5. Repudiamos también la violación de todas las compañeras aprendidas en San Salvador Atenco, por parte de los policías y la violencia sistemática y fascista que ejerce el Estado contra todas las mujeres que con su trabajo están reivindicando las luchas de resistencia y dignidad a lo largo y ancho del país.
6. Llamamos al fortalecimiento de todas las regiones del Congreso Nacional Indígena y a la celebración frecuente y periódica de reuniones de articulación: reflexión, acción y propuestas.
7. Rechazamos todas las leyes con las que el Estado pretende despojarnos, legitimar la entrega del país e imponer controles que restringen la acción de pueblos y comunidades y le dan manga ancha a las empresas transnacionales para devastar y apoderarse de la riqueza material y espiritual de nuestros pueblos y de todos los mexicanos.
8. Rechazamos los programas de gobierno que instrumentan las leyes mencionadas y que pretenden dividir a las comunidades.
9. Reforzaremos los mecanismos de comunicación entre las diferentes regiones y comunidades del Congreso Nacional Indígena.
10. Reforzaremos y haremos eficaces los mecanismos de solidaridad y compromiso con las luchas de todas y cada una de las comunidades, organizaciones y pueblos indígenas.
11. Como punto último de nuestra declaración impugnamos al Estado mexicano y llamamos a todos los pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y a todos los sectores oprimidos a conformar un frente amplio anticapitalista que impulse un proceso que conduzca hacia una Nueva Constitución y otra forma de gobierno que permita el reconocimiento de nuestros derechos y una sociedad justa, libre y democrática.
Y estos acuerdos que nacen de nuestro corazón, son las flores de nuestro árbol dispuestas a dar nuevas semillas, semillas de vida y de esperanza.
Fuente:http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=141223
Comento: Los puntos de acuerdo, en su mayoría no establecen disenso profundo con las miras de los ciudadanos agremiados en la CND. Hacer causa común, vincularnos con las causa justas de nuestro pueblo(que son nuestras también) es romper el cerco de la indiferencia, cualquier hermano que quiera establecer lazos contra el imperialismo y su hijo : el neoliberalismo, merece todo nuestro respeto y solidaridad. Sin banderas, ni sectarismos avancemos juntos, todos a la consolidación de la 4a. República. Un México donde quepamos todos menos los que engañan, roban y asesinan (aun simulando estar con el gobierno legítimo).
¡¡¡Otro México es posible!!!
Ayotzinapa en la mira
Zósimo Camacho, enviado
El “gobierno democrático” de Torreblanca en Guerrero se apresta a “cerrar el ciclo” de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos y mide fuerzas con los aguerridos alumnos de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
Chilpancingo, Gro. Luego de la toma de decenas de camionetas y autobuses por parte del creciente movimiento estudiantil y ante la proximidad de la transición del Poder Ejecutivo federal, el gobierno estatal decide posponer el “inminente choque” y promete regresar “a fondo” a principios del próximo año. “Los esperamos: estaremos más fuertes”, retan los alumnos.
Los jóvenes, casi adolescentes, de rostros morenos y enjutos, miran con desconfianza a su contraparte en las negociaciones para concluir la serie de movilizaciones en la que participaron decenas de organizaciones sociales del estado y que amenazaba en convertir a Guerrero en “otro Oaxaca”.
Hijos de campesinos de las comunidades de la Montaña, Sierra y Costa Chica del estado, calzan huaraches y portan morrales de ixtle y manta. Los estudiantes, quienes apenas rebasan los 20 años, hablan apaciblemente a las autoridades educativas, encabezadas por el secretario de Educación del estado, José Luis González de la Vega Otero. “Así los ven ahorita; pero son unos vándalos”, “confían” ayudantes del funcionario estatal a algunos reporteros.
En el níveo salón Vicente Guerrero, ubicado en el palacio de gobierno del estado, se desahogan los 56 puntos del pliego petitorio enarbolados desde hace cinco meses por la sociedad de alumnos Ricardo Flores Magón de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos que, junto con los comités estudiantiles de las otras 16 escuelas normales rurales del país, integra la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).
La organización de estudiantes más vieja del país -considerada semiclandestina, pues aunque se conocen las carteras que componen su estructura organizativa se guardan celosamente en secreto los nombres de quienes las integran- había organizado la retención de alrededor de 50 vehículos de la línea de autobuses Estrella Blanca y de camionetas de empresas refresqueras y panificadoras.
Además, los estudiantes también retenían vehículos del gobierno del estado. Justo antes de que las autoridades decidieran aceptar el diálogo, los alumnos habían anunciado que quemarían un vehículo frente al palacio de gobierno en esta capital.
“Seguimos siendo campesinos”
Apenas un día antes, como muestra de distensión, dieron por concluido el paro de labores en la escuela ubicada en el pueblo de Ayotzinapa, perteneciente al municipio de Tixtla de Guerrero. Los jóvenes se levantaron a las seis de la mañana para ducharse con mangueras y bandejas en los baños que hace lustros contaron con regaderas; abrieron la escuela y permitieron la entrada de los maestros y del director, Lucas Mosso -del cual exigían su renuncia-.
Se vieron caminar por los amplios pasillos donde mantienen a la vista las imágenes de los guerrilleros Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas, el Che Guevara y el subcomandante Marcos. Se muestran especialmente orgullosos del fundador del Partido de los Pobres, quien estudió en esta Normal Rural de Ayotzinapa y fue secretario general de la FECSM.
Del área de los dormitorios proviene la música y los gritos rancheros, los cuales frecuentemente se trasladan a los salones durante las exposiciones y exámenes “sorpresa” que llegan a aplicar maestros contrarios al movimiento estudiantil. Rodeados de bosques de guayabo, alcanfor y encino y laderas abiertas a la siembra de maíz, los estudiantes de Ayotzinapa están muy lejos de los estereotipos impuestos a sus pares citadinos.
“Nosotros seguimos siendo campesinos, pero ahora ya estamos preparados para ir a alfabetizar a nuestras comunidades o a otras más pobres. Los que entramos aquí sabemos que tenemos que ir adonde nos necesiten. No queremos, como casi todos los egresados de las Normales que no son rurales, irnos a las ciudades donde se tiene todo fácil. Aquí aprendemos que tenemos que 'ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo'”, dice el estudiante Rodrigo Hernández, parafraseando a Cabañas Barrientos.
Fin a la “alumnocracia”
Desde los primeros meses de su gobierno, Zeferino Torreblanca ya había dado muestras, como el gobierno federal, de no simpatizar con el modelo educativo desarrollado por las Normales Rurales. Sin embrago, fue hasta abril pasado cuando intentó reducir la matrícula estudiantil y, abiertamente, declarar que el objetivo de su gobierno era acabar con la “alumnocracia” y el “desorden” que, según el funcionario llevado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) al Ejecutivo estatal, “priva” en la escuela de Ayotzinapa.
Y es que, como en todas las escuelas Normales Rurales (ENR) del país, los alumnos participan directamente en la administración de los planteles, los cuales, como internados que son, cuentan con dormitorios, comedor, lavaderos y áreas de cultivo y de producción agropecuaria, donde crían ganado caprino, bovino y porcino.
Los alumnos de Ayotzinapa muestran, orgullosos, el sorgo sembrado hace un mes que ya verdea dos hectáreas de surcos bien delineados y el rastrojo en otras dos hectáreas de milpas donde el maíz ha concluido su ciclo anual. También enseñan los corrales y porquerizas. Aunque generalmente los animales se encuentran en las áreas de producción, es común que vacas lecheras pasten en los jardines y deambulen por los pasillos de la escuela.
Los 540 estudiantes de Ayotzinapa son hijos de campesinos pobres, pues a esta escuela solamente pueden ingresar quienes ostentan esta condición y poseen un certificado de estudios de bachillerato. Al ser aceptados tienen derecho a recibir una beca de 35 pesos diarios y a recibir tres comidas al día en el comedor. Además, participan en la administración de la escuela y en la toma de decisiones que repercuten en la vida estudiantil. El director en turno -nombrado por la Secretaría de Educación del estado- no puede tomar decisiones sin consultar al Comité de estudiantes, el cual a su vez “consulta a la base estudiantil”.
Proyectos educativos contrapuestos
Aunque los planes de estudios formales de las escuelas Normales Rurales no sean diferentes de los que se aplican en las demás instituciones normalistas, las ENR conservan la mayoría de las características con que nacieron a principios de la década de 1920 cuando aún no concluía el fervor revolucionario de las masas campesinas.
“Los alumnos consideramos que la educación es un derecho que, para que sea realmente gratuito, no sólo no deben existir las colegiaturas sino que se debe becar a los estudiantes”, dice el alumno Fabián Muciño Pérez. Además, reivindican el autogobierno y la educación socialista.
Nota completa http://www.contralinea.com.mx/archivo/2007/enero/htm/ayotzinapa_mira.htm
Montaña de Guerrero pobreza y militarización
Violaciones sexuales, destrucción de milpas, robo de ganado, agresiones de grupos paramilitares, esterilización forzada y amenazas contra indígenas me’phaa o tlapanecos y nu’saavi o mixtecos, son los saldos de la militarización de La Montaña y La Costa Chica. Mientras en la ciudad de México Felipe Calderón asume el Poder Ejecutivo y en Oaxaca la PFP detiene a luchadores sociales, en Guerrero tropas de hasta 200 efectivos del Ejército recorren con “listas negras” decenas de comunidades en busca de “alzados” y “delincuentes”
Ayutla de los Libres, Gro. Sólo saben del gobierno mexicano por los soldados que frecuentemente los visitan y preguntan por “la gente que porta armas y usa pañuelo rojo”. Pueblos me’phaa y nu’saavi de La Montaña guerrerense no cuentan con centros de salud ni médicos. En la mayoría de ellos no hay escuelas ni maestros. Tampoco luz eléctrica ni líneas telefónicas. Durante los últimos tres años no se hizo una sola obra social. A comunidades de la zona más pobre del país sólo llegaron los “guachos”.
Pero a partir de octubre la intimidación contra estos pueblos indios se agudizó: los militares instalan campamentos sobre milpas y “cazan” chivas y vacas de campesinos de la zona. Destruyen plantaciones de chile y amedrentan a mujeres y niños, a quienes les exigen que den informes de la “gente que anda de noche y carga armas”.
Valente, de seis años, crece y corre entre las laderas escarpadas de La Montaña baja. “¡Wua’ssa!” (buenos días), grita festivo. Para él, la palabra “gobierno” siempre estuvo asociada con el miedo, porque la única presencia gubernamental en su comunidad es la de los soldados. Pero ahora ya se le ve increpar y reclamar, junto con tíos y vecinos, a los militares que causan destrozos en las milpas.
“Ya no vamos a permitir campamentos en esta tierra. Vamos a agarrarlos a garrotazos o a pedradas. No tenemos armas pero piedras hay muchas y no las necesitamos comprar. Hombres y mujeres vamos a sacarlos. Ya es un acuerdo de la comunidad”, advierte Natalio Eugenio Catarino, de Barranca de Guadalupe, aldea enclavada en los bosques de la parte baja de La Montaña, “la última trinchera”, como diría Fernando Benítez de los me’phaa.
Se llega a las comunidades indias sólo por una brecha rojiza -bordeada por encinos y ocotes en las partes altas, y por ciruelos, mangos y naranjos en las bajas- que parte de esta cabecera municipal. El zanate, profundamente negro e impávido, se posa, vigilante, en las curvas del camino. Desde las inmediaciones de la comunidad se observan laderas guindas donde la jamaica está a punto de cosecha. Los cañaverales crecen al pie de los arroyos y en las casas alistan el trapiche para la zafra que va a comenzar.
Con excepción de la caña de azúcar y la jamaica, que cada familia cosecha en pequeñas cantidades para vender en el mercado de la cabecera, la producción agropecuaria es de autoconsumo. Alrededor de tres personas por comunidad entienden el español y sirven de traductores con los fuereños. Son también los encargados de reclamar, sin éxito, a los soldados el pago por los destrozos en las parcelas.
"Rambos, como los de las películas”
Vicente Díaz Luciano, de apenas 26 años, es comisario de Barranca de Guadalupe. Por medio de un intérprete dice que desde mediados de octubre, tropas que van de los 35 a los 200 soldados han rodeado varias casas hasta por cuatro horas. Con ello causan pavor entre niños, mujeres y parientes de las familias acosadas. Además ostentan una lista de personas que supuestamente buscan por estar vinculadas con “grupos de delincuentes”.
“El día 24 de octubre volvieron los solados a rodear la casa de Paulino Felipe Rafael (quien ha sido comisario del pueblo) y estuvieron desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Entraron a la casa, en la que sólo estaba su esposa y estuvieron dentro por una hora. Al parecer, la mujer fue violada.”
Díaz Luciano explica que le dijeron a la mujer que ellos (los soldados) eran “rambos, como los de las películas,” y que iban a matar a todos los de la Organización del Pueblo Indígena Me’phaa (Kabaxo Xuaji Guini Me’phaa, OPIM por sus siglas en español), organismo defensor de los derechos humanos de la zona tlapaneca que denunció las violaciones sexuales cometidas contra indígenas en 2002, la esterilización forzada en varias comunidades y la “masacre” de El Charco, comunidad nu’saavi de esta región.
También, a decir del comisario, a la esposa de Paulino Felipe le mostraron una lista con los nombres de las personas que van a matar, “pero la mujer no entendió porque no sabe bien hablar español ni sabe leer”.
Días previos, los soldados habían repartido dulces a los niños, a quienes les preguntaron por los que “traen armas y usan pañuelo rojo”. Además dieron “medicina” a un “abuelo del pueblo”, autoridad tradicional que “subía al cerro a hacer costumbre para que lloviera y no hubiera enfermedades”. El viejo murió entre fuertes dolores de estómago a los dos días de haber ingerido lo que le dieron los soldados. Para los me’phaa está claro que fue asesinado por los “guachos” y han advertido a sus hijos de no tomar nada que les ofrezcan los militares.
Nota completa:http://www.contralinea.com.mx/archivo/2007/enero/htm/montana_guerrero_militares.htm
Comento: Estos dos artículos fueron tomados de la revista Contralínea www.contralinea.com.mx y la publicación en este blog es con fines de difusión y para romper el cerco informativo que pesa sobre los movimientos regionales en esta dictadura de ultraderecha. Todas las pesonas interesadas en difundirlos, ayudemos a romper el cerco informativo.
¡¡¡Otro México es posible!!!
1 comentario:
happy new year
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