Eduardo Galeano nos habla de un hombre que subió a lo alto y cuenta lo que vió:
"El mundo es eso -reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero hay otros que arden toda la vida con tantas intensidad, que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende."
Dedicado con todo cariño a esa bella persona que se llama Andrés Manuel López Obrador.