Y como si no tuvieramos suficiente con un fraude electoral, también debemos vigilar el calentamiento global y el
AGUA:
Un planeta con sed se pone más violento
Por Stephen Leahy   TORONTO,  19 mar (IPS) - La cada vez más frecuente relación entre las guerras civiles en  el Sur pobre y las sequías es una mala señal para un mundo cada vez más  sediento, según científicos para quienes ese vínculo será más evidente con el  avance del cambio climático.
 Investigadores y activistas de todo el  planeta subrayarán ese y otros impactos de la escasez sobre el desarrollo y la  política en el Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de  marzo.
"Sequías severas y prolongadas constituyen el factor más fuerte de  los conflictos de alta intensidad", dijo Marc Levy, director adjunto del Centro  para una Red Internacional de Información sobre Ciencias de la Tierra, en el  Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Se  trata de conflictos internos, no entre países, que alcanzan el grado de "alta  intensidad" porque cada uno de ellos involucra más de 1.000 muertes anuales en  combate, dijo Levy en una conferencia de prensa realizada la semana pasada en  Washington.
Esos conflictos tienden a ocurrir alrededor de un año después  de una "severa desviación en los patrones de lluvias", explicó.
Levy y  sus colegas utilizaron décadas de detallados registros de precipitaciones,  conflictos geoespaciales y otros datos en un complejo modelo informático, que  superpone todo ese caudal de información en un mapa del mundo a pequeña  escala.
"Las principales desviaciones de los patrones de lluvias normales  fueron los factores de predicción más fuertes de conflictos. Me sorprendió cuán  fuerte es la correlación", expresó.
Levy enfatizó que las sequías no  causan directamente la crisis armada, sino que son sus probables disparadores en  regiones donde ya existen tensiones o conflictos de baja intensidad.
 
Por ejemplo, en el reciente conflicto civil en Nepal, las zonas del país  donde se registró la mayor parte de la lucha experimentaron bajas  precipitaciones durante varios años y, luego, una severa sequía a fines de los  años 90.
Los agricultores podrían haber abandonado la esperanza de  cultivar y haberse unido a la rebelión local como modo de mantener a sus  familias, sostuvo.
Y las lluvias parecen tener un efecto pacificador. Las  áreas húmedas de África, por ejemplo, tienen muchos menos años de conflictos  internos violentos que las secas, señaló.
Entre las áreas con un alto  riesgo de conflicto este año debido a condiciones extremadamente secas en el  anterior, según el modelo de Levy, figuran Costa de Marfil, Bangladesh, Haití y  Sudán, además de los orientales estados indios de Nagaland y  Manipur.
Pero, aunque la idea tiene sentido, "uno no puede predecir cómo  actuará la gente", opinó Robert McLeman, de la Universidad de Ottawa, quien  estudia la relación entre situaciones ambientales extremas y  migración.
"En Nigeria, durante periodos de sequía, los criadores de  ganado y los agricultores habitualmente resuelven las cosas entre ellos", dijo  McLeman a IPS.
Los africanos han lidiado con la sequía durante miles de  años. Hoy, las ciudades funcionan como bocas de salida, pues se registran  migraciones zafrales durante la temporada seca. Y cada vez más personas se  quedan en las ciudades, donde pueden satisfacer sus necesidades más fácilmente  que en las áreas rurales, señaló.
De todos modos, McLeman estimó que  buena parte de Afganistán experimentó una prolongada sequía, y que los  cultivadores podrían considerar unirse al movimiento islamista Talibán (que  dominó el país entre 1996 y 2001) si no tienen más  opciones.
Habitualmente, la adaptación a las sequías normales es posible,  pero cambios ambientales significativos y rápidos suelen conducir a  inestabilidad social, migraciones forzadas y violencia intergrupal, destacó Nils  Petter Gleditsch, del Centro para el Estudio de la Guerra Civil en el Instituto  Internacional de Investigación sobre la Paz, con sede en Oslo.
 
"No es lo mismo una sequía en Hungría que en Etiopía", pues en el primero el  Estado tiene mayor capacidad de amortiguar el impacto, agregó Gleditsch en la  conferencia de prensa.
Aunque el cambio climático causará mayor  degradación ambiental --más inundaciones y sequías, temperaturas más elevadas--,  aún no se han evaluado los impactos sociales de largo alcance, indicó.
Se  calcula que unos 1.500 millones de personas en todo el mundo sufren una severa  escasez de agua, y se prevé que ese número aumente con el crecimiento de la  población y el cambio climático.
"Es probable que el cambio climático  eleve la frecuencia de guerras civiles", afirmó Levy.
La inequidad está  en el centro de la mayoría de los conflictos, dijo Satish Kumar, director de  programas en el Centro Internacional para los Estudios Ecológicos, del británico  Schumacher College.
"Causa cada vez más enojo que los ricos sean la causa  del calentamiento global, mientras son los pobres quienes lo sufren más", dijo  Kumar a IPS. "Yo escuché a muchos en India establecer esta conexión considerando  las sequías sin precedentes que sufrió el país."
El estilo de vida del  norteamericano promedio produce 12 veces más gases invernadero que los  habitantes de los países pobres, según estadísticas de la Organización de las  Naciones Unidas (ONU).
Y también en países pobres hay personas muy ricas  con estilos de vida que liberan en la atmósfera tanto gas invernadero como las  del Norte, enfatizó Kumar.
Un aumento de los conflictos, la violencia y  el malestar social es inevitable a medida que el recalentamiento planetario  vuelve la vida más difícil para muchos de los pobres del mundo y estos toman  conciencia de que los ricos del mundo son los responsables, agregó  Kumar.
La única manera de evitar lo peor es tomar acciones urgentes para  reducir las emisiones de gases invernadero y abordar las desigualdades  económicas y sociales.
  Kumar también advirtió contra las soluciones neoliberales. "El capitalismo es  suficientemente sagaz para usar la escasez de recursos como el agua a fin de  hacer aún más dinero para los ricos", aseguró. (FIN/2007).
 
