Hablar bien: requisito para la batalla contra el sistema

REVOLUCIONES, Samuel García.

El habla es una actividad humana que varía sin límites precisos en los distintos grupos sociales, porque es una herencia puramente histórica del grupo, producto de un habito social mantenido durante largo tiempo.

Edward Sapir

Y COMO PUEDE ser una actividad humana, que existe, que es visible y se percibe, el habla puede equivaler también a un mero espejismo, una simulación. En numerosas ocasiones he señalado (con el debido respeto), que nuestro pueblo de México tiene muchas deficiencias en cuanto a leer y a escribir se refiere. ¿Y que hay del habla? Pues no estamos tan lejos de indicar lo mismo, hay una tremenda falla en este aspecto de nuestra vida y que requerimos corregir de una buena vez por todas. Este es un señalamiento con el fin no de desmotivar y arremeter contra las deficiencias históricas que podamos tener sino una motivación a que seamos objetivos y precisos en nuestra lucha.

Basta con voltear a mirar los distintos medios convencionales o hasta alternativos y escuchar todo lo vertido por los “hombres más preparados y capacitados del país”, según aptos para gobernarnos y se nota de inmediato una carencia de habla correcta, es más, pareciera que se está escuchando un show cómico de tanto disparate que dicen, aquí entran legisladores de todos los partidos. El habla, que se ha manejado dentro y fuera de la política, ha correspondido al sistema, lo ha dejado prevalecer, a respondido a sus propósitos y uno clave, es el que rompe la línea de comunicación entre individuos y hace casi imposible la integración humana, el obtener acuerdos para el bien común. Por lo regular aún dentro de la misma gente identificada como resistencia, no se habla de acuerdo a lo que se cree, se siente o se piensa, sino que se repite lo que dijo el otro, lo que se escucho en tal lado y no precisamente se habla de algo que sea propio.

Es muy importante, sí escuchar a los lideres, a la gente que es guía en nuestra lucha, pero tampoco podemos corromper nuestro lenguaje oral y escrito y ser verdaderos pericos, en el sentido de estar hable y hable de lo mismo sin llegar a ningún lado. No se ustedes pero yo veo muy desgastado al sistema dominante, ya han hastiado al pueblo de tanto “bla, bla y bla”, siempre lo mismo y ya nadie cree sus mentiras y los pocos que lo creen es evidente repiten eso, pues es lo único que ven e influye en sus vidas. Cuando hablo con algún conocido o amigo panista, o priísta, más que escuchar a esa persona, me encuentro con que escucho a López Doriga, a Gómez Leyva, entre otros que se supone son comunicadores, pero que también en su habla, de fondo, repiten y dicen lo que opera a beneficio del sistema y no lo que puntualmente deberían de decir. Resumiendo fingen hablar pero tan solo repiten, no comunican solo escupen.

Este es un llamado no a que nuestros adversarios hablen bien, eso jamás lo podrán hacer a menos que se identifiquen con el sentido humano, o que vivan realmente como seres sociales y no como bestias enfermas por dinero y poder como hoy lo hacen. Es más bien dirigido este breve texto a la gente honesta que busca apoyar el movimiento transformador de México, que buscan sumar día con día a la causa justa y olvidan el ego, siendo sensibles a escuchar más voces y partiendo de ellas para conseguir mejores logros para nuestro frente de batalla.

Ya no podemos engancharnos con los vicios del sistema. Los adversarios que hablan mal, que no tienen manera de transmitir alguna idea, por lo regular pretenden desafiarnos echando en cara una y más cosas que enreden nuestra atención y nos empujan a hablar incoherencias para no perseguir el objetivo central de este movimiento: TRASNFORMAR A MÉXICO. Hasta hay ocasiones en las cuales hablamos discriminando al otro, hay quienes dicen “es que los panistas no entienden”, supongamos que no entienden y no entenderán nunca... pero ¿qué acaso ya intentamos con todos ellos, uno a uno, revolucionar sus conciencias?, creo que por estadística si aplicamos un lenguaje racional, más de un panista sincero se habrá de sumar a nuestra lucha.

Aquí cobra mucho peso lo que varias veces nos indicó AMLO en el plantón “el problema no es con la gente de base, la gente de abajo de los partidos, el asunto es contra los potentados, los machuchones”. No convenceremos a los prianistas con majaderías, ni defendiendo verdades absolutas, los convenceremos hablando bien, haciendo de nuestra vida diaria un testimonio vivo del cambio genuino y lo que hablamos refleja mucho de lo que tenemos o carecemos.

Por último siento yo que en la medida que aprendamos a hablar, ejecutemos las palabras e ideas exactas para transmitirla a los demás, vamos a ver nuevas y mejores conquistas en nuestro frente de lucha. Conforme hablemos bien le podremos exigir, no pedir o solicitar, EXIGIR al gobierno usurpador se haga a un lado, se quite de donde no debe de estar.

Debemos tener claro que el habla no es una función instintiva, sino que es más bien función adquirida, “cultural”. Me veo por lo tanto obligado a preguntarle a usted ¿qué ha aprendido de esta lucha?, ¿resistir solo pensando en la izquierda o RESISTIR PARA CAMBIAR A MÉXICO?

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