EBRARD ENTREGA EL DF A LOS FONDOS ESPECULATIVOS II PARTE

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Por Benjamín Castro




Marcelo Ebrard entrega el DF a los fondos especulativos II Parte


EBRARD SE MONTA AL FACISMO VERDE DE AL GORE




Dice Marcelo Ebrard que buscará un apoyo social “significativo” para las 5 medidas más importante para reducir las emisiones de “gases de efecto invernadero”. O sea, además de las promesas que hizo en Nueva York, de reducir el consumo de energía en los edificios públicos, en la red del metro y en el sistema de agua de la ciudad, todavía existen otras “5 medidas principales” que no ha mencionado y para las cuales Ebrard quiere el apoyo popular.

En Nueva York, Ebrard recibió 200 millones de dólares por parte de las casas financieras como Deutsche Bank AC, JP Morgan-Chasse, UBS Citigroup y algunas otras empresas industriales. A cambio de esos 200 “mugrosos millones” de dólares, Ebrard aceptó que su gobierno sea “monitoreado” por la Fundación Clinton para ver si aplica o no las medidas para reducir las emisiones de CO2 o para “capturar carbono”. No sabemos cuales sean las medidas para las que Ebrard quiere buscar apoyo popular en base un referéndum. Pero podrían ser las que recomendó el vocero del Centro Mario Molina, Rodolfo Lacy, quien en un “Foro sobre el calentamiento global” celebrador en Ixtacalco, propuso que se “apliquen impuestos al carbono y crear una norma que fije una emisión máxima de carbono para distintos procesos de combustión”. O sea, a ciertas industrias se les establecerá un cierto límite de emisiones. Si se pasa le pondrán un impuesto. Igual con automóviles y después con los hogares y las familias junto con su automóvil. Al que emita menos se le dará dinero pues como dice Lacy “con base a una norma, quienes rebasen los limites tendrán que comprar bonos de carbón en proyectos de reforestación o en planes industriales o reducir de manera directa sus emisiones…”. Con todo esto queda claro que el gobierno de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México se propone construir un movimiento fascista de masas, es decir, con el apoyo de la población y de círculos de izquierda que no entienden para nada lo que es el fascismo moderno.

Ahora Ebrard se "alía" con el gordo fascista Al Gore en su campaña "ecofascista" de aniquilación de las naciones.

Cuando decimos fascismo no lo hacemos por insultar o por usar gratuitamente el término. Desde siempre, el movimiento fascista tiene su origen en los círculos financieros que en razón de sus necesidades de acumulación se lanzan contra la sociedad organizada, el desarrollo tecnológico y el Estado.

El objetivo es y seguirá siendo “reducir costos” revirtiendo el desarrollo económico e industrial para alimentar una burbuja especulativa, o sea, alimentar a un sistema usurero en el cual una élite controla la emisión de crédito y especula con él y con sus deudores. En este momento la rapiña es para tratar de mantener a flote a este sistema financiero usurero en proceso de desintegración.

A principios del siglo pasado el fascismo fue lanzado para mantener a flote al sistema del patrón oro británico y el sistema de la libra esterlina y su expresión la vivimos nosotros en México a través de la esclavitud de las haciendas, minas y tiendas de raya porfiristas así como los campos de esclavitud en Yucatán y Valle Nacional.

Como lo ha explicado en muchas ocasiones el economista norteamericano Lyndon H. Larouche, el movimiento fascista no es solamente el que surgió en Europa en los años 1920 y 1930s tanto en Alemania como en Italia. En realidad el fascismo fue importado de Francia. En su forma moderna tiene su origen en los sinarquistas franceses, los martinistas, y Napoleón Bonaparte fue su primer intento, el primer “hombre bestia” que lanzaron. El fascismo en ese sentido es siempre un movimiento antiindustrial y maltusiano. Es decir, busca reducir la población mediante el exterminio en masa y un regreso a un pasado bucólico de “armonía con la naturaleza” y anti industrial. El movimiento de Hitler fue en sus orígenes un movimiento “ambientalista” y romántico, de “regreso a la naturaleza” como lo han documentado recientemente también figuras como Lord Stockton, o el Canal 4 de la televisión de Inglaterra. También algunos ex miembros de Greenpeace como Lord Taverne y Rick Moore, han señalado de manera enérgica que el movimiento ecologista busca impedir el “ sueño de Africa” que es el desarrollo, es decir, el tener electricidad, agua potable, una industria básica como la del acero o la de maquinaria etc. El movimiento ecologista y toda la campaña contra el supuesto “calentamiento global” está llena de estos ataques al desarrollo industrial y tecnológico al que se presenta como la causa de la destrucción del planeta y lo cual significa en la practica dejar a los países en desarrollo, donde habitan lo que ellos llama “razas inferiores”, en el atraso y la miseria presentando una visión romántica y supersticiosa sobre “las bondades de la vida en el campo, en armonía con la naturaleza”.

Dentro del movimiento de López Obrador y en general en los círculos de izquierda o del PRD, existe una especie de “sospechosismo” con lo que representa Marcelo Ebrard y su compinche Manuel Camacho. Sin embargo, la izquierda en general no tiene elementos para entender lo que es el “fascismo verde” en el que ahora milita Marcelo Ebrard. La izquierda misma comparte esos dogmas. De hecho desde la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética, los comunistas en todas sus variedades y la izquierda en general que antes creía en el “desarrollo de las fuerzas productivas” , ---es decir el desarrollo industria y tecnológico, para poder emancipar a las mayorías que vienen en la miseria en los países atrasados como el nuestro--- sufrieron una “lobotomía” y en su cerebro se inoculó la ideología del “radicalismo británico”, mezclado con la ideología “anti autoritaria” de Hanna Harendt y --- “compañera” del ideólogo nazi Martin Haidegger --- o el desconstrucionismo de Darridas.

Tenemos una izquierda que ya no pretende defender a los trabajadores y a las masas empobrecidas del país sino que, para estar “políticamente correcta”, abraza causas como la de “la equidad de género”, la “defensa de los que son diferentes”, el indigenismo y el ecologismo. Gracias a esa lobotomía, la izquierda ya no sabe que la contaminación viene del atraso tecnológico y de la pobreza. Gracias a eso tenemos a una izquierda que no comprende lo que representa Marcelo Ebrard y su alianza con el gordo racista Al Gore a quien ya invitó a visitar el DF el próximo mes de julio. Al mismo tiempo Ebrard hace "profesión de fe obradorista" al decir que no reconoce a Calderón, pero comparte el mismo programa ecofascista.




El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.

benjamincastro_1@hotmail.com

http://comiteslaborales.blogspot.com y tambien visite: www.larouchepac.com

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