SOLIDARIDAD CON ENRIQUE RIVERA

Ignacio Betancourt

Los humanos, algunos tan imbéciles, equivocación de Dios,

están destruyendo el hermoso planeta en donde aparecieron.

En San Luis Potosí los gobernantes, insaciables depredadores

del bien común, en una organizada delincuencia

se han aliado a la minera canadiense llamada San Xavier,

para destruir la salud de cientos de miles de ciudadanos

contaminados con toneladas de cianuro que serán usadas

para tomar el oro del Cerro de San Pedro.

El cerro del escudo de la ciudad será en diez años un agujero

lleno de veneno que el aire y la lluvia untarán en la piel

y en los ojos y en las vísceras de todos los habitantes de la región.

Diez y seis mil kilos de cianuro diluidos diariamente

con treinta y dos millones de litros de agua potable

en una zona que carece de la misma,

veinticinco mil kilos de explosivos detonados cada día

sin autorización alguna, para pulverizar el Cerro de San Pedro

y convertirlo en hueco de San Pedro,

metáfora brutal de una realidad aún más brutal,

monumento a la moderna economía del mundo.

Y por oponerse al atentado, Enrique Rivera tuvo que ir al exilio.

Nuestro jovial compañero ha tenido que ocultarse

como el peor de los criminales, para ponerse a salvo

de las garras de la ley de un país sin leyes.

Su alegre combatividad estará ausente por un tiempo,

el tiempo que quienes nos quedamos necesitaremos

para echar fuera a los verdaderos criminales.

San Luis Potosí, Mayo de 2007

Visita:

No hay comentarios.: