A la opinión pública:
Hoy jueves se votará en la Cámara de Diputados la reforma al sistema de justicia penal propuesta por el gobierno de Felipe Calderón. Aunque dicha legislación contiene muchos cambios positivos y necesarios para mejorar la correcta aplicación de la ley y el combate al crimen organizado, hay dos aspectos sumamente preocupantes que tienen profundas implicaciones sobre nuestra libertad e integridad física: los arraigos judiciales y la autorización de cateos sin la orden de juez. Sobre esta última figura, la dupla PRI-AN pretende legalizar el allanamiento de un domicilio privado por cualquier agente policíaco, sin la necesidad de una orden judicial, bajo el argumento de riesgo a la integridad física de una persona o por la comisión flagrante de un delito. Es verdad que hay ocasiones donde la intervención de los agentes de la ley se vuelve urgente, pero ateniéndonos a un informe del año pasado de la CNDH (El Universal, 14.12.07), la mayoría de las quejas interpuestas contra la policía se originaron por la ejecución de cateos ilegales (23%), detenciones arbitrarias (20%) y abusos de autoridad (15%). Los peligros de la "Ley Gestapo" han sido planteados reiteradamente por diversos organismos nacionales e internacionales como la ONU, la CNDH, el Centro Miguel Agustín Pro Juárez, el Centro de DDHH Fray Bartolomé de las Casas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch.
La desconfianza ciudadana y la extendida corrupción en todos los cuerpos policíacos (y militares) nos permite suponer que otorgarle más poder a las autoridades sólo derivará en abusos y excesos contra personas inocentes, no contra quienes rompen la ley. Los casos de violaciones sistemáticas a los derechos humanos en Zongolica, Castaños y Atenco son claros ejemplos de ello.
Es deber de todos los ciudadanos oponernos a estas medidas draconianas que erosionan las pocas garantías fundamentales que gozamos en nuestro país.
Los diputados federales deben recapacitar y no aprobar esta legislación lesiva.
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