El poco flujo de información desde Oaxaca no implica que todo esté tranquilo en esa región mexicana, no significa que la represión contra la población civil haya cesado, por el contrario, significa que un ominoso cerco informativo casi total se ciñe sobre los oaxaqueños. Los pocos reportes que logran salir tras la obligada entrega de radio universidad de Oaxaca, hablan de cateos y saqueos de cientos de casas, detenciones arbitrarias, detenciones masivas, invención total de expedientes, fabricación de órdenes de aprehensión, interrogatorios ilegales, casas de seguridad clandestinas a cargo de fuerzas gubernamentales, torturas que inflingen hasta heridas de gravedad, amenazas de violación, desapariciones de decenas de personas, el asesinato sin confirmar de algunas personas, etc.
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