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México tiene vigente desde 1994 un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. En estos 12 años los impactos brutales sobre la agricultura mexicana y sobre las comunidades campesinas han sido acumulativos, pero según el dirigente campesino Alberto Gómez, en la actualidad "se ha vuelto más descarado el ajuste de leyes en favor de las transnacionales. Son más y más oportunidades que desde el gobierno se le otorgan a las transnacionales con dineros públicos".
Para el año 2008 está estipulado que el comercio agrícola en el NAFTA no tenga ninguna medida de protección relativa para la agricultura mexicana, comenzando la etapa final y de mayor concentración de poder de las transnacionales de la alimentación.
Alberto Gómez es el Coordinador Nacional de la Unión Nacional de Organizaciones Campesinas Autónomas (UNORCA), una organización de representación indígena y campesina que viene desarrollando su trabajo de resistencia y lucha desde 1985. Fue el encargado de presentar ante el plenario del Foro Mundial por Soberanía Alimentaría, los acuerdos alcanzados en el grupo de trabajo sobre comercio internacional y
agricultura.
"La soberanía alimentaría es la gran alternativa para este mundo, y esto será a través del fortalecimiento de los movimientos sociales, las movilizaciones de masas, la construcción de alianzas, la concientización de las poblaciones" concluyó el dirigente ante la plenaria.
En una entrevista con Radio Mundo Real, Gómez señaló que "debe haber un fortalecimiento de las luchas de resistencia" a todos los niveles, global, regional y nacional. La soberanía alimentaría implica el desarrollo de los mercados locales, la búsqueda del relacionamiento directo entre consumidores y productores, y en suma la concientización pública de cómo y quién controla lo que se come".
Lo que se vive en la actualidad es "una guerra contra las agriculturas campesinas" dijo el dirigente mexicano. En México "el poder que se le está dando a las transnacionales de la alimentación sobre los productos sensibles y estratégicos es cada día más visible. La alimentación de los mexicanos está controlada por las empresas" aseguró el dirigente.
Para el año 2008 está estipulado que el comercio agrícola en el NAFTA no tenga ninguna medida de protección relativa para la agricultura mexicana, comenzando la etapa final y de mayor concentración de poder de las transnacionales de la alimentación.
Alberto Gómez es el Coordinador Nacional de la Unión Nacional de Organizaciones Campesinas Autónomas (UNORCA), una organización de representación indígena y campesina que viene desarrollando su trabajo de resistencia y lucha desde 1985. Fue el encargado de presentar ante el plenario del Foro Mundial por Soberanía Alimentaría, los acuerdos alcanzados en el grupo de trabajo sobre comercio internacional y
agricultura.
"La soberanía alimentaría es la gran alternativa para este mundo, y esto será a través del fortalecimiento de los movimientos sociales, las movilizaciones de masas, la construcción de alianzas, la concientización de las poblaciones" concluyó el dirigente ante la plenaria.
En una entrevista con Radio Mundo Real, Gómez señaló que "debe haber un fortalecimiento de las luchas de resistencia" a todos los niveles, global, regional y nacional. La soberanía alimentaría implica el desarrollo de los mercados locales, la búsqueda del relacionamiento directo entre consumidores y productores, y en suma la concientización pública de cómo y quién controla lo que se come".
Lo que se vive en la actualidad es "una guerra contra las agriculturas campesinas" dijo el dirigente mexicano. En México "el poder que se le está dando a las transnacionales de la alimentación sobre los productos sensibles y estratégicos es cada día más visible. La alimentación de los mexicanos está controlada por las empresas" aseguró el dirigente.
"La agricultura campesina es hoy una cuestión de alimentación para los mexicanos, y es también una cuestión de seguridad nacional. México es un país peligrosamente dependiente y expuesto a las presiones de las transnacionales" concluyó.
Frente a esto los movimientos sociales mexicanos ya vienen realizando grandes movilizaciones de masas y se proponen intensificarlas a lo largo del año. Durante las primeras semanas de febrero miles de campesinos e integrantes de los sectores más empobrecidos protestaron contra el aumento absurdo en el precio de la tortilla de maíz, clave en la canasta básica de las familias de bajos ingresos.
Además, "en el 2008 se da la apertura total de los mercados agrícolas, en el punto final del Tratado de Libre Comercio. No tenemos más alternativas que movilizarnos incorporando no solo a la gente que está en alguna organización sino a toda la población. Hemos entablado alianzas con organizaciones de agricultores de Estados Unidos y de Canadá de forma tal que la lucha contra el NAFTA no va a ser solo de mexicanos sino de los sectores populares y pequeños productores afectados en los tres países".
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