LA IV REPÚBLICA, Capítulo 6: Salud Integral

VI. Salud Integral

El Dr. Josué de Jesús, Secretario de Salud, se había hecho personalmente cargo de todos los detalles relacionados con la atención de Alejandro, el guardaespaldas herido al interceptar la bala dirigida al Presidente. No había sido fácil mantener aislado y en reposo al héroe del momento y a quien todo periodista de México y del mundo deseaba entrevistar, pero lo estaban logrando en bien de su salud… Había hablado con el Dr. Eliseo y con el propio Alejandro y se hallaba ya tranquilo por su excelente recuperación. Ahora recorría satisfecho el moderno y al mismo tiempo austero Hospital "ESE-I" ("SI") que había inaugurado hacía poco junto con el Presidente…

Era el más nuevo de estos hospitales en la Ciudad de México y era, como todos los "SI", un símbolo de orgullo para el México Nuevo y su Nuevo Gobierno. El Sistema de Salud que la voluntad de los mexicanos había ido decidiendo en base a referéndums era ahora parte también del "milagro mexicano" que asombraba al mundo… "Salud Integral" era la idea clave. Concepto integral del hombre era la idea filosófica de fondo… En los hospitales "SI" se tenía como propósito atender personas, no números o secciones de especialidades o nombres de patologías. Personas completas, no partes de ellas desgajadas de su unidad esencial. No solamente el cuerpo de un enfermo. Y menos únicamente su hígado, o sus riñones o su corazón… Personas completas, integralmente consideradas… La definición de Salud de la OMS a la que se había llegado no hacía mucho tiempo, con la participación de un equipo interdisciplinario que incluía científicos, filósofos y teólogos, era muy clara: "El bienestar bio-psico-social-espiritual de las personas y no sólo la ausencia de enfermedad". Y suponía un claro y abierto concepto antropológico: "El hombre es una unidad bio-psico-social-espiritual". Era esta la Filosofía subyacente que había ido revolucionando el Sistema de Salud en México y que comenzaba a ser un modelo a seguir en otros países…

"SÍ" (con acento en la 'i') era también la palabra clave en los hospitales de Salud Integral. En estos hospitales el enfermo podía exigir y encontrar lo que necesitaba para su completa salud… ¡Sí a todos! ¡Sí a la atención gratuita! ¡Sí a la atención de calidad! ¡Sí a la medicina altamente tecnológica! ¡Sí también a las medicinas alternativas no tecnológicas!... ¡Sí al cuerpo! ¡Sí también a la psique y al espíritu de cada enfermo que buscaba la salud de todo su ser y no sólo de una parte de él! ¡Sí incluso al "ser social y de relaciones" que tanto incidía en los procesos de salud-enfermedad!... Como método y como sistema se evitaba en lo posible la palabra "NO" por parte de todo el personal en estos hospitales. "Sí" era el símbolo de la igualdad en las oportunidades de atención médica. "Sí" era el símbolo de la dignidad que había de respetarse en cada mexican@. "Sí" era el símbolo de la esperanza y de la seguridad social a la que todos los mexicanos tenían ya acceso… "Sí" a una vida digna –tarea de todos los programas sociales y económicos en el Nuevo Gobierno-, pero "sí" también a una enfermedad vivida y atendida dignamente. "Sí" también a una muerte digna en los casos en que la edad o patologías determinadas no permitieran la curación…

Ahorro y austeridad –como en otras Secretarías y decisiones del Nuevo Gobierno- eran también los grandes "secretos" del "milagro mexicano" en materia de Salud… Lo no gastado en lujos o en espacios no indispensables, lo no gastado en la "comisiones" de intermediarios o en "partidas secretas" o en "sobreprecios" pactados deshonestamente, lo no gastado en estudios y medicamentos caros e innecesarios –mucho ayudaba la propia solicitud de muchos pacientes que preferían los tratamientos contrastantemente baratos de las medicinas alternativas-, lo no gastado por el paulatino y enorme éxito de la "Medicina Integral Preventiva", y otras muchas disminuciones al "gasto corriente", permitían el presupuesto necesario para el Sistema Integral de Salud que iba llegando a cada rincón del suelo mexicano…

Se decía fácil y rápido: "Salud Integral", "SÍ a todo y a todos", "Ahorro y austeridad". Pero él, como Secretario de Salud, sabía muy bien lo complicado y laborioso que había sido y seguía siendo brindar realmente Seguridad en Salud a todo el pueblo de México…

Médicos, enfermeras, personal técnico y de laboratorio, personal de intendencia, psicólogos y trabajadores sociales, sacerdotes y pastores, formaban un equipo integrado al servicio de las necesidades siempre integrales de cada enfermo… Todos y cada uno de los miembros de este "Equipo de salud integral" tenía como derecho y obligación de su horario de trabajo el asistir a un "Diplomado en Salud Integral" que les iba capacitando, día con día, a brindar una mejor e integral atención a todos los pacientes en cada hospital… Precisamente el Dr. De Jesús se dirigía ahora a la Aula Magna, donde en ese momento el Dr. Diego, Jefe de Enseñanza del Hospital, daba una clase a parte del personal. Se detuvo cerca de la puerta desde donde podía escucharlo:

"No será fácil de escuchar, de asimilar y, sobre todo, de practicar lo que en seguida diré, pero se desprende como un fruto maduro de lo que estamos reflexionando –decía lleno de convicción su querido y anciano maestro-: Si somos intelectualmente honestos y congruentes, hemos de dejar de una vez por todas, los médicos, los psicólogos y los sacerdotes, por el bien de aquellos a quienes queremos curar-liberar-salvar, de separar al hombre entre lo que llamamos su enfermedad y lo que llamamos su neurosis o su pecado... Enfermedad, neurosis y pecado son lo mismo en el sentido en que hemos comprendido la unidad corpóreo-anímico-espiritual humana... Enfermedad, neurosis y pecado sólo son diferentes en el mismo sentido en que hemos comprendido la unidad diferenciada que es el hombre en cuanto cuerpo, alma y espíritu… Se trata de términos análogos… No hay identidad entre los términos pero tampoco separación…

"Hablar de enfermedad en el hombre mirando o investigando uno solo de sus aspectos (sea su cuerpo, su psique o su espíritu) sin tomar en consideración los otros dos aspectos es dejar de mirar al hombre real y perder de vista su enfermedad real… Podrá (y se ha podido) hacerse abstracción de uno de sus aspectos. Pero pretender (y se ha hecho, se está haciendo) hacer concreta la abstracción, aun con un sentido positivo de ayuda y de servicio al hombre, no será sino mutilar al hombre con los efectos propios, a veces irreversibles, de una mutilación…

"Abstraer y después pretender actuar en el "hombre espiritual" no será tan grave como abstraer y después pretender actuar en el "hombre corporal", pero ambas actitudes terminarán por dañar al hombre concreto o al menos hacer fallida o ineficaz la pretendida acción de ayuda y de servicio…

"¿Podemos compañeros actuar sobre el espíritu del hombre y sólo sobre él? ¿Podemos actuar sobre la corporeidad del hombre y sólo sobre ella? Ambas cosas son imposibles… Sé que no lo son 'de facto' pero lo son 'de iure'… Es decir, se puede, pero no se debe… Actuar 'de hecho' en lo que no es 'de derecho' hace nociva la acción, sea directamente o por omisión…

"La medicina materialista, que es la que mayoritariamente atiende hoy a los enfermos, ha ido destruyendo y degenerando paulatinamente al ser humano por su pretendida acción sobre un "hombre material" que no existe y por su desconocimiento (por método o por filosofía, da lo mismo) del "hombre psíquico" y del "hombre espiritual"…

"De la medicina espiritualista, si bien ha hecho igualmente mucho daño, hay que decir sobre todo que ha desperdiciado horrible y lamentablemente todo el caudal de dones, de fuerzas, de energías que ha tenido siempre como un tesoro para administrar en favor de la salud del ser humano… Poner en las manos del inexistente "hombre espiritual" los tesoros espirituales ha sido tirarlos al vacío, por su desconocimiento (por método o por "teología", da lo mismo) del "hombre psíquico" y del "hombre corporal"…

"Yo pongo en las manos del hombre espiritual los tesoros espirituales -dice el sacerdote-. Que el psicólogo dé al hombre psíquico sus dones psicológicos. Y que el médico reparta al hombre corporal sus auxilios medicinales"… Es comprensible esta postura (y la de sentido inverso). Pero, esta postura, si hemos entendido y aceptado lo que es el ser humano y lo que es su enfermedad, es una postura imposible… Sé que no es imposible 'de facto', pues los hechos son numerosísimos e irrecusables. Pero es imposible 'de iure', aunque tardemos tal vez otro siglo en asimilar esto…"

El Dr. Josué de Jesús, Secretario de Salud, entró al Aula aplaudiendo vigorosamente y motivando así a que el resto de los presentes también lo hiciera… Un abrazo entusiasmado y cariñoso encontró a ambos amigos –maestro y discípulo- en medio de los aplausos… Allí estaban, estrechamente unidos, los dos creadores de los Hospitales "SI": El Dr. Diego, el genio detrás de la Filosofía Médica que les daba fundamento y el nuevo Secretario de Salud, el impulsor y realizador que, apoyado en el Poder para el Servicio del Nuevo Gobierno y apoyado por la gran mayoría del pueblo mexicano, logró ir venciendo y convenciendo a la filosofía médica tradicional… Un pueblo más sano y vigoroso estaba emergiendo en el México Nuevo, en su IV República…

(Esta Historia Verdadera continuará…)

Álvaro de Nanahuatzin, ciudadano de la IV República

(En el "Informativo Triple V" -http://informativotriplev.blogspot.com- se pondrá primero, cada domingo, el último capítulo publicado de "La IV República" y en seguida la Historia "completa", con todos los capítulos que se lleven hasta ese momento)…

(Envíenme, por favor, sus Historias Alternativas a: vvvcuartarepublicavvv@gmail.com y pónganlas también en los foros, sitios, grupos o Blogs que lo permitan)…

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