Lecciones para ganar la guerra contra las drogas: El caso de Portugal

Estudio revela avances importantes gracias a política novedosa

Por Erich Moncada | SDP Noticias

Jueves 21:18

México lleva décadas empantanado en el modelo prohibicionista. La lucha contra el narco ha fracasado rotundamente; los índices de consumo escalan constantemente y los muertos se acumulan en las morgues.

Estados Unidos ha ejercido una influencia perjudicial en nuestra política antidroga. A finales de la década de los treintas el doctor Leopoldo Salazar Viniegra, un funcionario del Departamento de Salubridad, intentó crear un monopolio estatal de drogas que suministraría de forma gratuita las sustancias a los adictos, bajo supervisión médica y a precio de costo, pero las presiones estadounidenses obligaron al presidente Lázaro Cárdenas dar marcha atrás. En 2006, el presidente Vicente Fox prometió aprobar una nueva ley que autorizaba la posesión de dosis mínimas de drogas a los consumidores, pero a última hora se negó a firmar la iniciativa ante las amenazas de la administración del presidente George W. Bush.

Nuestros vecinos del norte son el peor ejemplo a seguir en materia de narcotráfico. Por eso es necesario voltear a ver otras naciones -quizá poco influyentes y pequeñas- que ponen en práctica experiencias vanguardistas.

Portugal: Giro radical


Un estudio del Cato Institute en abril de este año documentó los logros obtenidos por la nueva política de atención al narcotráfico de los portugueses, quienes en 2001 descriminalizaron la posesión, el consumo y la compra de sustancias ilícitas.

Descriminalizar no significa legalizar o despenalizar; el uso y la posesión siguen siendo ilegales, pero las penas son transferidas de la esfera penal y pasan a convertirse en una infracción administrativa (como ser multado por conducir bajo los efectos del alcohol).

En donde se despenalizan las drogas, el uso sigue siendo un delito, pero ya no se encarcela a quienes violan ley, aunque sí se aplican penas alternativas como las multas o el trabajo comunitario. En un gran número de países de la Unión Europa la despenalización es la regla; pero Portugal es el único país miembro que estipula la descriminalización. En cambio, dentro del esquema de legalización no existen prohibiciones de ningún tipo.

México no persigue a quienes poseen sustancias ilegales para su estricto consumo personal y debajo de cierta la cantidad máxima establecida por la ley, hasta por un máximo de tres ocasiones. En Portugal la posesión de las drogas debe ser en tal cantidad que se presuma para ser consumida dentro de un período de diez días por individuo. Cuando se supera dicho límite se considera narcotráfico.

La Comisión para Disuadir las Adicciones a las Drogas se encarga de castigar a los infractores con multas o sanciones no monetarias. Se integra por tres miembros (un abogado, un trabajador social y un sicólogo) apoyados por un equipo técnico. Los procedimientos se suspenden y cancelan cuando las personas deciden someterse a tratamiento y lo completan. Sin embargo, a diferencia de México donde la rehabilitación es obligatoria en la tercera reincidencia, en Portugal es voluntaria. Cuando la persona no presenta signos adictivos y carece de antecedentes penales, la Comisión está obligada a suspender la infracción. Si la persona presenta un cuadro adictivo, la Comisión puede suspender al ciudadano para desempeñar una profesión, prohibirle la salida del país, la asistencia a lugares de riesgo, a reunirse con ciertos individuos, puede obligarlo a presentarse a monitoreos, cancelarle beneficios públicos u otorgarle una advertencia oral. La sanción depende del tipo de droga involucrada, el grado de consumo, la seriedad de la infracción y si el uso se llevó a cabo en un lugar público o privado.

La policía no tiene facultades para arrestar al infractor, únicamente le puede dar un citatorio; así se reduce significativamente la oportunidad de corromper a las corporaciones.

La descriminalización tiene como misión echar abajo el temor de los consumidores, quienes antes de 2001 se negaban a buscar tratamiento por temor a ser perseguidos. Una vez derribado dicho obstáculo, cuando el sistema de salud cuenta con recursos para operar los centros de rehabilitación y los programas preventivos, disminuye la estigmatización social de los usuarios; la sociedad deja de percibirlos como una amenaza y éstos no se sienten alienados por su rechazo.

El objetivo de esta política es minimizar los problemas relacionados con las drogas y las adicciones. Se inspira en el concepto GBE (Global, Balanced and Evidence Based): Global, porque es un problema que requiere atención internacional; Balanceado, ya que las medidas deben ser proporcionales y equitativas tanto en la reducción de la oferta como en la demanda; y Basado en Evidencia, porque las decisiones deben estar libres de elementos ideológicos o morales.

Efectos positivos


En contra de todos los pronósticos Portugal no se convirtió en un destino para el turismo de drogas. Registra los últimos lugares de consumo, sobre todo comparado con países con sistemas más rígidos. Incluso el consumo se desplomó en varios grupos poblacionales: Entre los años 2001 y 2006 el consumo de drogas al menos una vez en la vida disminuyó en los estudiantes de 13 a 15 años, de 14.1 a 10.6 por ciento. Y para los jóvenes entre los 16 y 18 años el consumo decreció de 27.6 a 21.6 por ciento en ese período. Asimismo se redujo la incidencia de enfermedades de transmisión sexual relacionadas con las drogas, como el VIH/SIDA.

El estudio encontró que “las leyes más estrictas no producen menor consumo y hay información que podría sugerir lo contrario” (p.11)

Espero que el mensaje le llegue a los actuales y a los futuros responsables de conducir la política nacional antidroga. México no puede darse el lujo de sufrir una agonía tan lenta gracias a una estrategia que ha demostrado su ineficacia reiterada. Es momento de declararle la guerra a las balas y a la sangre… es hora de encontrar soluciones pacíficas y armónicas.

Referencia:


Greenwald, Glenn. 2009. “Drug decriminalization in Portugal: Lessons for creating fair and successful drug policies”
The Cato Institute
http://www.cato.org/pubs/wtpapers/greenwald_whitepaper.pdf

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