jorge carrasco araizaga
México, D.F. (Apro).- El secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y el procurador general de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, comparecerán en los próximos días ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para informar sobre los operativos que junto con las Fuerzas Armadas realizan en tres estados de la República.
Llama la atención que esté prevista sólo la participación de los funcionarios civiles y se excluya a los altos mandos del Ejército y Fuerza Aérea y de la Marina del pretendido ejercicio de rendición de cuentas, pues son los militares, particularmente los de tierra, los que hasta ahora han tenido el mayor peso en estas acciones.
Desde el 11 de diciembre, una semana y media después de que Felipe Calderón asumiera la Presidencia de México, cerca de 20 mil elementos han sido desplazados en Michoacán, la ciudad de Tijuana y Guerrero con el propósito oficial de combatir al narcotráfico en esos lugares.
Con la inoperancia de estas comparecencias, vale preguntarse qué tanto querrán decir Medina Mora y García Luna a los legisladores, ajenos de por sí a la problemática de la inseguridad del país, más allá de su retórica de apoyo o rechazo a las acciones tomadas por Calderón en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas mexicanas.
Sin embargo, si los militares quedan fuera de este incipiente ejercicio democrático de transparencia y rendición de cuentas seguirá en su mínima expresión el diálogo entre civiles y militares en México.
Sería, incluso, un retroceso respecto a lo vivido en el gobierno pasado, lo cual ya es mucho decir. El anterior secretario de la Defensa, ahora general retirado Gerardo Clemente Vega García, se presentó en septiembre de 2005 a una larga sesión en la Cámara de Diputados.
En una inusual costumbre, la comparecencia estuvo abierta a la prensa y ante ella el entonces general secretario dio detalles sobre la composición, funcionamiento y propósitos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante su administración.
Esa comparecencia fue para glosar el V Informe de Gobierno de Vicente Fox. Ahora hay más razones para que el actual titular de la Sedena, el general de división Diplomado de Estados Mayor, Guillermo Galván Galván, explique los alcances que han tenido los operativos que prácticamente están a su cargo, pues de los 18 mil elementos destacados en los tres operativos conjuntos, casi 14 mil son hombres a su mando.
Cuando comenzó el primer operativo, en la tierra de Calderón, la Defensa Nacional mantuvo la política de informar cotidianamente sobre sus acciones. Pero a partir de que comenzaron las contradicciones con el mando único del operativo, el general de división Manuel García Ruiz, la Sedena dejó prácticamente de informar.
La contradicción consistió en el número de personas detenidas en una de las acciones en Michoacán, pues entre la información del general y la entregada por la Dirección de Comunicación Social de la Sedena hubo dos personas plenamente identificadas que finalmente no aparecieron en la información oficial sobre las detenciones.
Después, el general Galván ofreció una conferencia de prensa en lo que se dio a conocer los que el gobierno federal presentó como logros del Operativo Conjunto Michoacán y que fueron la destrucción de plantíos de marihuana, decomiso de la misma droga y aseguramiento de armas, municiones, granadas y vehículos.
Hasta ahí ha llegado la información. Nada relacionado con cocaína, heroína, destrucción de laboratorios de drogas sintéticas o desmembramiento de las redes financieras del narcotráfico.
Del operativo en Tijuana no se ha dado un informe de ese tipo y en el caso de Guerrero menos, pues apenas el despliegue comenzó la semana pasada.
Si el Congreso se limita a las comparecencias de los funcionarios civiles que sólo van como comparsas de los militares, poco habrá que esperar desde San Lázaro, donde sesiona la Comisión Permanente.
Tal vez la realidad sea peor, que los militares no vayan al Congreso porque tienen poco que informar. (19 de enero de 1007)
Desde: Proceso
México, D.F. (Apro).- El secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y el procurador general de la República (PGR), Eduardo Medina Mora, comparecerán en los próximos días ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para informar sobre los operativos que junto con las Fuerzas Armadas realizan en tres estados de la República.
Llama la atención que esté prevista sólo la participación de los funcionarios civiles y se excluya a los altos mandos del Ejército y Fuerza Aérea y de la Marina del pretendido ejercicio de rendición de cuentas, pues son los militares, particularmente los de tierra, los que hasta ahora han tenido el mayor peso en estas acciones.
Desde el 11 de diciembre, una semana y media después de que Felipe Calderón asumiera la Presidencia de México, cerca de 20 mil elementos han sido desplazados en Michoacán, la ciudad de Tijuana y Guerrero con el propósito oficial de combatir al narcotráfico en esos lugares.
Con la inoperancia de estas comparecencias, vale preguntarse qué tanto querrán decir Medina Mora y García Luna a los legisladores, ajenos de por sí a la problemática de la inseguridad del país, más allá de su retórica de apoyo o rechazo a las acciones tomadas por Calderón en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas mexicanas.
Sin embargo, si los militares quedan fuera de este incipiente ejercicio democrático de transparencia y rendición de cuentas seguirá en su mínima expresión el diálogo entre civiles y militares en México.
Sería, incluso, un retroceso respecto a lo vivido en el gobierno pasado, lo cual ya es mucho decir. El anterior secretario de la Defensa, ahora general retirado Gerardo Clemente Vega García, se presentó en septiembre de 2005 a una larga sesión en la Cámara de Diputados.
En una inusual costumbre, la comparecencia estuvo abierta a la prensa y ante ella el entonces general secretario dio detalles sobre la composición, funcionamiento y propósitos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) durante su administración.
Esa comparecencia fue para glosar el V Informe de Gobierno de Vicente Fox. Ahora hay más razones para que el actual titular de la Sedena, el general de división Diplomado de Estados Mayor, Guillermo Galván Galván, explique los alcances que han tenido los operativos que prácticamente están a su cargo, pues de los 18 mil elementos destacados en los tres operativos conjuntos, casi 14 mil son hombres a su mando.
Cuando comenzó el primer operativo, en la tierra de Calderón, la Defensa Nacional mantuvo la política de informar cotidianamente sobre sus acciones. Pero a partir de que comenzaron las contradicciones con el mando único del operativo, el general de división Manuel García Ruiz, la Sedena dejó prácticamente de informar.
La contradicción consistió en el número de personas detenidas en una de las acciones en Michoacán, pues entre la información del general y la entregada por la Dirección de Comunicación Social de la Sedena hubo dos personas plenamente identificadas que finalmente no aparecieron en la información oficial sobre las detenciones.
Después, el general Galván ofreció una conferencia de prensa en lo que se dio a conocer los que el gobierno federal presentó como logros del Operativo Conjunto Michoacán y que fueron la destrucción de plantíos de marihuana, decomiso de la misma droga y aseguramiento de armas, municiones, granadas y vehículos.
Hasta ahí ha llegado la información. Nada relacionado con cocaína, heroína, destrucción de laboratorios de drogas sintéticas o desmembramiento de las redes financieras del narcotráfico.
Del operativo en Tijuana no se ha dado un informe de ese tipo y en el caso de Guerrero menos, pues apenas el despliegue comenzó la semana pasada.
Si el Congreso se limita a las comparecencias de los funcionarios civiles que sólo van como comparsas de los militares, poco habrá que esperar desde San Lázaro, donde sesiona la Comisión Permanente.
Tal vez la realidad sea peor, que los militares no vayan al Congreso porque tienen poco que informar. (19 de enero de 1007)
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