Un paralelismo: Bush y Calderón

Siguiendo el ejemplo de George Bush, el mínimo Felipe Calderón hace infructuosos esfuerzos por legitimarse utilizando el argumento de que está en guerra. Cuantas veces puede, habla de su acción bélica en contra de terribles y malvadas fuerzas, a las que asegura va a derrotar. La causa de la esquizofrenia de ambos personajes es la misma: llegaron al poder con sendos fraudes electorales.

Al estadunidense le dio resultado esa táctica, pues lanzó una brutal agresión contra Afganistán e Irak, sin grandes costos políticos al inicio. Pero el gusto se le ha terminado, pues hasta sus mejores aliados, como el ruso Vladimir Putin, lamentan haberlo acompañado en esa aventura. Y sus empleados, como Blair y Aznar, pasan amargos tragos para justificar su sometimiento, pues siempre supieron que era mentira que el recientemente asesinado Sadam Hussein tuviera las armas de destrucción masiva que sirvieron de pretexto a los ataques.

Al impuesto presidente de la derecha también se le hace agua la fiesta, pero desde el principio de su usurpación. Por eso se sube a los vehículos militares, se pone cachuchas y casacas (que por cierto le quedan grandes) y amenaza con aplicar toda la fuerza del Estado a sus enemigos.

En los hechos, la guerra se da contra gente indefensa, como nuestros hermanos centroamericanos que quieren cruzar el territorio nacional para ir en busca del “sueño americano”. Los daños que se les causan no deben abonarse a la cuenta de los mexicanos, sino de los vendepatrias que nos malgobiernan.

La cruzada del PAN contra los infieles narcotraficantes resultó un tremendo fiasco. Como bien dice la nota del reportero Jorge Carrasco Araizaga, el Ejército se mueve entre la ilegalidad y la ineficiencia. La Constitución le sirve como falda de hawaiana, pues pisotea a placer el artículo 29 constitucional al suspender las garantías individuales sin forma legal.

Nos quieren distraer con la “reforma del Estado” que pactaron el PRI y el PAN (con la parte calderonizada del PRD). Pero les están fallando los otrora efectivos instrumentos propagandísticos, como el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, que no pudo dar tribuna a Ugalde para que justificara su fraude electoral.

Gracias por mantener esta tribuna para las voces que quisieran acallar.

Atentamente

DOCTOR JOSÉ ENRIQUE GONZÁLEZ RUIZ

Presidente del Colegio de Profesores

de la Facultad de Economía

de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México

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