PARA ENTENDER LA NOTICIA
Por Benjamín Castro
La cruzada contra el "populismo".
CALDERON SE VENDE COMO EL NUEVO J. M. AZNAR
Ahí están todas las evidencias, evidencias muy empalagosas por cierto, de que el gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero y el gobierno de Felipe Calderón en México se han declarado amor eterno y se han comprometido a luchar juntos contra "el populismo" en América Latina. Ambos gobiernos, flanqueados por sus principales patrocinadores, --las empresas y bancos del nuevo imperio español como Gas Natural, Iberdrola y los bancos BBVA y Santander--, disponen a darse apoyo mutuo para hacer de México el "seguro contra el populismo", tal y como lo expresó Calderón antes de llegar a España. Zapatero ya hizo la parte del acuerdo que le corresponde y utilizo sus facultades institucionales para tratar de legitimar al gobierno de Calderón criticando a Andrés Manuel López Obrador por no someterse a las supuesta "reglas de la democracia" aceptando su supuesta derrota en las urnas.
Pero Calderón es en realidad el más necesitado en todo este juego. No solo por la búsqueda de su legitimación sino porque necesita desesperadamente algunas inversiones o cuando menos la promesa de que vendrán. Calderón, como lo ha expresado muchas veces, tiene una visión del mundo en donde las naciones "tienen que competir, no solo por los mercados sino también por las inversiones". En ese universo hobbesiano en donde Calderón habita o cree habitar, a su gobierno le toca el papel de disputarles la inversión extranjera a otros países como Brasil o Argentina. Según esta lógica, Calderón piensa que convirtiéndose en el defensor del orden globalista y del libre comercio habrá de atraer a México grandes inversiones. Además, Calderón asume que jugando el papel de esquirol en el movimiento de países de Latinoamérica que desafían al "Consenso de Washington" y al FMI, los grandes centros financieros del mundo habrán de premiarlo no solo con inversiones sino con favores políticos para sostener a su gobierno. Calderón sabe además –y eso es cierto --, que los centros financieros y el propio "nuevo imperio español" carecen en este momento de una figura publica que defienda sus intereses y su ideología. Ya no tienen a José Maria Aznar quien aunque todavía esta vivo ya no tiene poder ni representa a ninguna institución y eso lo hace inútil y le quita todo peso e influencia. Calderón quiere ahora ocupar el lugar de Aznar y ser el nuevo "caballero andante" de la derecha y la sinarquía internacional.
El problema para Calderón es, --como lo era para los sueños y fantasías de Don Quijote -- la realidad, una realidad que Calderón no alcanza a comprender o la niega. El mundo esta avanzando hacia una desintegración del sistema financiero post 1971. Los países que hoy se revelan contra la dictadura globalista no son solamente los países de Sudamérica sino los propios Estados Unidos.
En este momento con el inicio del juicio politico contra Lewis "scooter" Libby, el ex-jefe del staff del vicepresidente Dick Cheney, se inicia lo que Lyndon LaRouche a definido como la "batalla decisiva" de la que depende el futuro de la civilizacion, porque se trata de llevar a Cheney a juicio, y posteriormente a la cárcel. Cheney es, como es sabido, la cabeza visible del movimiento neoconservador internacional, en el que Calderon quiere apoyarse. La suerte de Cheney, sera la de Calderón.
Las inversiones son escasas y la mayor parte de los fondos de inversión o fondos especulativos, las casas financieras y los bancos enfrentan condiciones de crisis o de bancarrota. Para poder atraer inversiones cuantiosas Calderón tiene que subvertir el orden constitucional en nuestro país eliminado los derechos laborales o entregando los recursos naturales como el petróleo y el gas a las compañías multinacionales. En el momento en que Calderón se mueva en esa dirección y abra las puertas del país a los saqueadores y depredadores va a alimentar una insurrección popular contra la que ni siquiera el PRI va a apoyarlo.
En esa realidad Calderón no va a conseguir nada de lo que espera o ambiciona y, por si fuera poco, sus aliados neoconservadores en Washington están perdiendo el poder aceleradamente. Su estrategia no funcionara y en unos cuantos meses enfrentara una emergencia y una crisis en su gobierno.
El autor es miembro del Movimiento Internacional del economista Lyndon H. LaRouche.
http://www.comiteslaborales.blogspot.com/
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