AL PUEBLO DE MEXICO
AL PUEBLO DE MICHOACÁN
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
Hace años que el país entero venía siendo sacudido por la violencia engendrada por la descomposición del sistema, situación que se vino a agudizar con el arribo de la ultraderecha en el 2000 y recientemente con la llegada del usurpador de Calderón a la presidencia de la República, desatándose una lucha entre los grupos de poder con raíces en el crimen organizado que se alinean al poder político de la ultraderecha contra quienes no lo hacen o reclaman más espacios políticos y económicos.
La ultraderecha lejos está de combatir a dicho fenómeno, le ha apostado a una salida beligerante para así poder llevar a la práctica sus métodos y convicciones fascistas, como resultado de ello tenemos que en el país se aplican políticas de Estado de corte fascista, situación que hemos venido denunciando reiteradamente desde antes de que asumiera las riendas del país el ilegítimo de Calderón.
En aquel entonces en el comunicado fechado el 19 de diciembre del 2006 se dijo: “En Michoacán con la puesta en marcha del operativo policíaco militar 'operación conjunta' se vive un estado de sitio que anula de facto las garantías individuales, acciones propias de un estado fascista donde es cotidiano la violación de las garantías individuales, los derechos humanos, donde la tortura, la represión psicológica y física constituyen el método de investigación y la construcción de falsos delitos que incriminan a cuanto ciudadano parezca 'sospechoso' ante los ojos de la 'ley'.”
Hoy el mundo entero esta siendo testigo de la aplicación de dichas medidas fascistas, lo que se denunció que sucedía, hoy es más que evidente, sobre todo para el michoacano que esta siendo víctima en estos momentos de la barbarie fascista en Carácuaro, Nocupétaro y Apatzingán son sólo un botón de muestra de lo que continuamente vienen sufriendo los pueblos de la región de Tierra Caliente, la Costa Michoacana y en general todo el estado de Michoacán.
Donde las detenciones arbitrarias, la fabricación de delitos a inocentes, la detención de menores de edad, la violación a los derechos humanos y garantías individuales, la tortura física y psicológica, la desaparición y crímenes de Estado siguen siendo el método aplicado en el supuesto “combate al crimen organizado”, argumento baladí con el cual la ultraderecha pretende justificar sus crímenes de lesa humanidad y la imposición de una dictadura policíaco-militar.
En estos momentos ya no hay lugar a dudas del autoritarismo de la ultraderecha, para los incrédulos que pedían pruebas las hay y de sobra, ahí está la comunidad Las Guacamayas por citar un ejemplo, que por el simple hecho de tener un apellido “sospechoso”, es decir, apellidarse Mondragón o Valencia, niños mujeres y ancianos, el pueblo entero, fue acosado y arrasado con la violencia policíaco-militar, ciudadanos que son víctima de la barbarie fascista y de los métodos contrainsurgentes que contemplan entre otras “bellezas” autoritarias las detenciones arbitrarias, tortura, represión y desaparición forzada. Están también los detenidos de Apatzingán Bernardo Arrollo López, Raúl Cepeda Cárdenas, Alejandro Guzmán Suástegui, Gustavo Orozco Villegas, Isaías Suástegui Ponce, Miguel Valerio Durán y Teresa Valencia González puestos en libertad por ser inocentes, pero sobre todo ante los crecientes reclamos y denuncias de la población, detenidos por cuyo único delito fue el ser vecinos de supuestos sicarios -a los cuales acribillaron con lujo de violencia- o encontrarse dentro de una “área sospechosa” se les arrestó arbitrariamente, se les torturó en la 43ª zona militar, se les acusó sin pruebas y los presentaron como peligrosos delincuentes, responsables de todo un pergamino de supuestos delitos, que hoy queda en evidencia su falsedad y la violación a los derechos humanos y constitucionales.
¿A cuántos “sospechosos” inocentes tienen encarcelados injustamente en el mejor de los casos y desaparecidos o asesinados? La respuesta es sencilla, a muchos, porque para la ultraderecha todo “sospechoso” es criminal y todo criminal es objeto de torturas psicológicas y físicas, merecedor de castigos divinos bajo el amparo del supuesto combate al crimen organizado y la fe divina, a la vieja usanza de la Santa Inquisición. Así lo ha sostenido el santurrón del explotador de Salvador López Orduña, vividor también del erario público y que hoy pretende la gubernatura del estado, porque para él y los hombres de la ultraderecha la guerra contra el pueblo es divina y goza de la bendición de Dios.
Caso indignante y aberrante resultan ser las detenciones y tortura a menores de edad, a quienes se les violan doblemente sus derechos y garantías individuales, toda vez que son detenidos arbitrariamente torturados y hasta desaparecidos, es el caso del menor de edad Martín Coria Ribas y otros más que ni siquiera han sido presentados, pero que están en calidad de detenidos. ¿A esto se refería Calderón de los costos de su estúpida guerra contra la delincuencia organizada?
Quienes avalaron, promovieron, arroparon e implementan estas medidas fascistas deben ser llevados ante los tribunales de guerra por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Para quienes a estas alturas todavía aplauden las acciones del operativo “Operación Conjunta Michoacán” deben estar conscientes que son cómplices de los crímenes, vejaciones y violaciones a los derechos humanos y garantías individuales que se han venido cometiendo en lo que va de esta administración, remedo de democracia, perfilada a una dictadura arropada por la cúpula eclesiástica, los grandes empresarios y los cuerpos policíaco-militares.
Lo irónico es que los falsos defensores de la paz y de la vida, lejos de pronunciarse en contra de esta barbarie aplauden y se regocijan de ello otorgando el perdón de Dios a estos criminales de Estado y exigiendo la continuación de estas medidas fascistas al justificarlas. Demostrando lo cínico y lo aberrante de sus postulados supuestamente a favor de la vida y paz, tal es el caso del Arzobispo Alberto Suárez Inda de la arquidiócesis de Morelia, quien se muerde la lengua al aplaudir las recientes acciones fascistas al interior del estado.
Sin embargo, y pese a la cobertura mediática con la cual se ha blindado a dicho operativo, ya surgieron las voces valientes que se atreven a denunciar las atrocidades de la ultraderecha y su ejército, las cuales no son pocas, sino la voz de todo un pueblo que está siendo víctima de las políticas fascistas del gobierno calderonista.
Las denuncias a las violaciones a los derechos humanos, allanamiento de morada, cateos ilegales y todas las arbitrariedades y atrocidades que comenten los soldados de Calderón no representan una cortina de humo que pretenda impedir la presencia de las fuerzas federales como lo señalan algunas voces y personajes de supuesto renombre. Estas denuncias son el clamor del pueblo que exige justicia denunciando la violencia institucional que constituye terror de estado.
A este ritmo el siguiente paso de la ultraderecha es escalar la ofensiva fascista imponiendo y oficializando los toques de queda, imponiendo en los hechos un estado de excepción donde absolutamente a nadie se le respetarán sus derechos y garantías individuales, esas son las pretensiones de la ultraderecha aquí en el estado de Michoacán y el resto del país.
Que nadie se asuste cuando el día de mañana ese gran descontento e indignación que están generando las acciones fascistas de Calderón, se vuelque contra el sistema y sus apologistas, porque el pueblo no olvida y tiene memoria histórica. Y ya son muchos los agravios que se le han ocasionado al pueblo.
Los sucesos en Carácuaro, Nocupétaro y Apatzingán constituyen terrorismo de Estado, autoritarismo de ultraderecha, los síntomas de una dictadura policíaco-militar para defender los intereses de unos cuantos multimillonarios y empresas transnacionales cuyo único afán insaciable es incrementar sus cuotas de plusvalía, ¿Qué importan los derechos humanos y constitucionales a estos individuos? Nada, como tampoco les importa a aquellos que por omisión o comisión callan ante los crímenes de Estado, por muy progresista que se sea, si se callan estas atrocidades, si se inhibe a la protesta e inconformidad ciudadana se hace eco a las exigencias de la ultraderecha.
Ante el autoritarismo de ultraderecha y el incremento de las acciones policíaco-militares hacemos un llamado a todos los ciudadanos a no dejarse intimidar, a todo ciudadano que sea víctima de las injusticias y atropellos fascistas a no quedarse callados, a denunciar y desenmascarar a la ultraderecha fascista y sus esbirros, a movilizarse para frenar la ofensiva e impulsar el castigo a los culpables de estos crímenes de Estado.
A las organizaciones sociales y populares comprometidas con los intereses del pueblo a impulsar la lucha por el juicio político y por crímenes de guerra al fascista de Calderón y toda la caterva de yunquistas que impulsan y ejecutan las medidas fascistas.
A los trabajadores a seguir impulsando la lucha contra las pretendidas reformas neoliberales, a enfrentar organizados y unidos la lucha contra la ley del ISSSTE, contra el neoliberalismo, contra la globalización, contra este régimen antipopular.
A nuestros militantes, colaboradores y simpatizantes en el marco del aniversario de la fundación de nuestro partido y ejército (1º y 18 de mayo) el imperativo es activar y establecer los mecanismos de seguridad necesarios y estar alertas porque el “combate al crimen organizado” sólo es un ardid para ubicar y aniquilar a los revolucionarios. ¡A estar del lado de nuestro pueblo!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ ESTATAL
DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA MILITAR DE ZONA
DEL
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
EPRAL PUEBLO DE MICHOACÁN
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NACIONALES E INTERNACIONALES
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
Hace años que el país entero venía siendo sacudido por la violencia engendrada por la descomposición del sistema, situación que se vino a agudizar con el arribo de la ultraderecha en el 2000 y recientemente con la llegada del usurpador de Calderón a la presidencia de la República, desatándose una lucha entre los grupos de poder con raíces en el crimen organizado que se alinean al poder político de la ultraderecha contra quienes no lo hacen o reclaman más espacios políticos y económicos.
La ultraderecha lejos está de combatir a dicho fenómeno, le ha apostado a una salida beligerante para así poder llevar a la práctica sus métodos y convicciones fascistas, como resultado de ello tenemos que en el país se aplican políticas de Estado de corte fascista, situación que hemos venido denunciando reiteradamente desde antes de que asumiera las riendas del país el ilegítimo de Calderón.
En aquel entonces en el comunicado fechado el 19 de diciembre del 2006 se dijo: “En Michoacán con la puesta en marcha del operativo policíaco militar 'operación conjunta' se vive un estado de sitio que anula de facto las garantías individuales, acciones propias de un estado fascista donde es cotidiano la violación de las garantías individuales, los derechos humanos, donde la tortura, la represión psicológica y física constituyen el método de investigación y la construcción de falsos delitos que incriminan a cuanto ciudadano parezca 'sospechoso' ante los ojos de la 'ley'.”
Hoy el mundo entero esta siendo testigo de la aplicación de dichas medidas fascistas, lo que se denunció que sucedía, hoy es más que evidente, sobre todo para el michoacano que esta siendo víctima en estos momentos de la barbarie fascista en Carácuaro, Nocupétaro y Apatzingán son sólo un botón de muestra de lo que continuamente vienen sufriendo los pueblos de la región de Tierra Caliente, la Costa Michoacana y en general todo el estado de Michoacán.
Donde las detenciones arbitrarias, la fabricación de delitos a inocentes, la detención de menores de edad, la violación a los derechos humanos y garantías individuales, la tortura física y psicológica, la desaparición y crímenes de Estado siguen siendo el método aplicado en el supuesto “combate al crimen organizado”, argumento baladí con el cual la ultraderecha pretende justificar sus crímenes de lesa humanidad y la imposición de una dictadura policíaco-militar.
En estos momentos ya no hay lugar a dudas del autoritarismo de la ultraderecha, para los incrédulos que pedían pruebas las hay y de sobra, ahí está la comunidad Las Guacamayas por citar un ejemplo, que por el simple hecho de tener un apellido “sospechoso”, es decir, apellidarse Mondragón o Valencia, niños mujeres y ancianos, el pueblo entero, fue acosado y arrasado con la violencia policíaco-militar, ciudadanos que son víctima de la barbarie fascista y de los métodos contrainsurgentes que contemplan entre otras “bellezas” autoritarias las detenciones arbitrarias, tortura, represión y desaparición forzada. Están también los detenidos de Apatzingán Bernardo Arrollo López, Raúl Cepeda Cárdenas, Alejandro Guzmán Suástegui, Gustavo Orozco Villegas, Isaías Suástegui Ponce, Miguel Valerio Durán y Teresa Valencia González puestos en libertad por ser inocentes, pero sobre todo ante los crecientes reclamos y denuncias de la población, detenidos por cuyo único delito fue el ser vecinos de supuestos sicarios -a los cuales acribillaron con lujo de violencia- o encontrarse dentro de una “área sospechosa” se les arrestó arbitrariamente, se les torturó en la 43ª zona militar, se les acusó sin pruebas y los presentaron como peligrosos delincuentes, responsables de todo un pergamino de supuestos delitos, que hoy queda en evidencia su falsedad y la violación a los derechos humanos y constitucionales.
¿A cuántos “sospechosos” inocentes tienen encarcelados injustamente en el mejor de los casos y desaparecidos o asesinados? La respuesta es sencilla, a muchos, porque para la ultraderecha todo “sospechoso” es criminal y todo criminal es objeto de torturas psicológicas y físicas, merecedor de castigos divinos bajo el amparo del supuesto combate al crimen organizado y la fe divina, a la vieja usanza de la Santa Inquisición. Así lo ha sostenido el santurrón del explotador de Salvador López Orduña, vividor también del erario público y que hoy pretende la gubernatura del estado, porque para él y los hombres de la ultraderecha la guerra contra el pueblo es divina y goza de la bendición de Dios.
Caso indignante y aberrante resultan ser las detenciones y tortura a menores de edad, a quienes se les violan doblemente sus derechos y garantías individuales, toda vez que son detenidos arbitrariamente torturados y hasta desaparecidos, es el caso del menor de edad Martín Coria Ribas y otros más que ni siquiera han sido presentados, pero que están en calidad de detenidos. ¿A esto se refería Calderón de los costos de su estúpida guerra contra la delincuencia organizada?
Quienes avalaron, promovieron, arroparon e implementan estas medidas fascistas deben ser llevados ante los tribunales de guerra por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Para quienes a estas alturas todavía aplauden las acciones del operativo “Operación Conjunta Michoacán” deben estar conscientes que son cómplices de los crímenes, vejaciones y violaciones a los derechos humanos y garantías individuales que se han venido cometiendo en lo que va de esta administración, remedo de democracia, perfilada a una dictadura arropada por la cúpula eclesiástica, los grandes empresarios y los cuerpos policíaco-militares.
Lo irónico es que los falsos defensores de la paz y de la vida, lejos de pronunciarse en contra de esta barbarie aplauden y se regocijan de ello otorgando el perdón de Dios a estos criminales de Estado y exigiendo la continuación de estas medidas fascistas al justificarlas. Demostrando lo cínico y lo aberrante de sus postulados supuestamente a favor de la vida y paz, tal es el caso del Arzobispo Alberto Suárez Inda de la arquidiócesis de Morelia, quien se muerde la lengua al aplaudir las recientes acciones fascistas al interior del estado.
Sin embargo, y pese a la cobertura mediática con la cual se ha blindado a dicho operativo, ya surgieron las voces valientes que se atreven a denunciar las atrocidades de la ultraderecha y su ejército, las cuales no son pocas, sino la voz de todo un pueblo que está siendo víctima de las políticas fascistas del gobierno calderonista.
Las denuncias a las violaciones a los derechos humanos, allanamiento de morada, cateos ilegales y todas las arbitrariedades y atrocidades que comenten los soldados de Calderón no representan una cortina de humo que pretenda impedir la presencia de las fuerzas federales como lo señalan algunas voces y personajes de supuesto renombre. Estas denuncias son el clamor del pueblo que exige justicia denunciando la violencia institucional que constituye terror de estado.
A este ritmo el siguiente paso de la ultraderecha es escalar la ofensiva fascista imponiendo y oficializando los toques de queda, imponiendo en los hechos un estado de excepción donde absolutamente a nadie se le respetarán sus derechos y garantías individuales, esas son las pretensiones de la ultraderecha aquí en el estado de Michoacán y el resto del país.
Que nadie se asuste cuando el día de mañana ese gran descontento e indignación que están generando las acciones fascistas de Calderón, se vuelque contra el sistema y sus apologistas, porque el pueblo no olvida y tiene memoria histórica. Y ya son muchos los agravios que se le han ocasionado al pueblo.
Los sucesos en Carácuaro, Nocupétaro y Apatzingán constituyen terrorismo de Estado, autoritarismo de ultraderecha, los síntomas de una dictadura policíaco-militar para defender los intereses de unos cuantos multimillonarios y empresas transnacionales cuyo único afán insaciable es incrementar sus cuotas de plusvalía, ¿Qué importan los derechos humanos y constitucionales a estos individuos? Nada, como tampoco les importa a aquellos que por omisión o comisión callan ante los crímenes de Estado, por muy progresista que se sea, si se callan estas atrocidades, si se inhibe a la protesta e inconformidad ciudadana se hace eco a las exigencias de la ultraderecha.
Ante el autoritarismo de ultraderecha y el incremento de las acciones policíaco-militares hacemos un llamado a todos los ciudadanos a no dejarse intimidar, a todo ciudadano que sea víctima de las injusticias y atropellos fascistas a no quedarse callados, a denunciar y desenmascarar a la ultraderecha fascista y sus esbirros, a movilizarse para frenar la ofensiva e impulsar el castigo a los culpables de estos crímenes de Estado.
A las organizaciones sociales y populares comprometidas con los intereses del pueblo a impulsar la lucha por el juicio político y por crímenes de guerra al fascista de Calderón y toda la caterva de yunquistas que impulsan y ejecutan las medidas fascistas.
A los trabajadores a seguir impulsando la lucha contra las pretendidas reformas neoliberales, a enfrentar organizados y unidos la lucha contra la ley del ISSSTE, contra el neoliberalismo, contra la globalización, contra este régimen antipopular.
A nuestros militantes, colaboradores y simpatizantes en el marco del aniversario de la fundación de nuestro partido y ejército (1º y 18 de mayo) el imperativo es activar y establecer los mecanismos de seguridad necesarios y estar alertas porque el “combate al crimen organizado” sólo es un ardid para ubicar y aniquilar a los revolucionarios. ¡A estar del lado de nuestro pueblo!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡CON LA GUERRA POPULAR!
¡EL EPR TRIUNFARA!
COMITÉ ESTATAL
DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA MILITAR DE ZONA
DEL
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
Año 43.
Michoacán de Ocampo, a 14 de mayo de 2007.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario