l iniciar su gestión como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ministro Mariano Azuela criticó la política de creación de nuevos juzgados y tribunales impulsada por su antecesor, Genaro Góngora Pimental; sin embargo, cuatro años después su gestión deja un déficit en el número de órganos jurisdiccionales necesarios para dar respuesta a la demanda de impartición de justicia en el país.
En lugar de crear dichos órganos, explicaron fuentes judiciales, la actual administración optó por concentrar juzgados y tribunales en palacios de justicia federal, que no necesariamente se tradujo en el incremento del número de los órganos jurisdiccionales.
Tal es el caso del recién inaugurado Palacio de Justicia Federal en la ciudad de Puebla, que tuvo un costo de más de 600 millones de pesos y en el que únicamente se agruparon juzgados y tribunales que ya operaban perfectamente en puntos diversos de esta ciudad, y sólo para cumplir el capricho de un consejero federal (Miguel Angel Quiroz) oriundo de esa entidad.
De acuerdo con funcionarios judiciales de primer nivel, el caso de Puebla no fue el único en que se construyó un inmueble federal para quedar bien con sus respectivos estados.
El problema, sostienen los entrevistados, es que Mariano Azuela (en su calidad de presidente del Consejo de la Judicatura Federal "dejó las manos libres a los consejeros" y éstos hicieron lo que quisieron.
Anteriormente, el ex consejero de la Judicatura Federal y actual ministro Sergio Valls Hernández impulsó la creación de un Palacio de Justicia Federal en su estado natal, Chiapas, y el inmueble fue construido en la capital, Tuxtla Gutiérrez.
El caso de Puebla es significativo, explicaron los funcionarios consultados, porque ahí no hacía falta gastar más de 600 millones de pesos en un inmueble, cuando los que había en esa ciudad operaban perfectamente en edificios que ya habían sido adquiridos por la Judicatura Federal.
Además, subrayaron, es ilógico gastar en un Palacio de Justicia en el que se albergará prácticamente al mismo número de juzgados y tribunales que ya venían operando.
Lo que debió hacerse, insistieron, era crear nuevos órganos jurisdiccionales, en todas las materias, en ciudades en las que el número de asuntos ha sobrepasado la capacidad de trabajo de jueces y magistrados.
Después que el ministro Azuela, quien termina su periodo el próximo 31 de diciembre, sostuvo en su primer declaración como presidente de la Suprema Corte que ya había pasado el momento de crear juzgados y tribunales labor que impulsó su antecesor Genaro David Góngora Pimentel, y que en lugar de ello había que optimizar los que ya estaban trabajando, esto se tradujo en que se redujera drásticamente la construcción de aquéllos y en consecuencia, se incrementara la carga de trabajo en detrimento de la calidad en la impartición de justicia.
Resulta, insistieron, en que al fin de su mandato Azuela fue inaugurar un Palacio de Justicia Federal a Puebla, el cual no es de manera alguna prioridad para hacer más eficiente la impartición de justicia, sino que sirvió para que un consejero, que fue incluso legislador federal por el PRI, hiciera "caravana con sombrero ajeno" en su entidad, a sabiendas que esos recursos pudieron haberse utilizado de mejor manera.
En lugar de crear dichos órganos, explicaron fuentes judiciales, la actual administración optó por concentrar juzgados y tribunales en palacios de justicia federal, que no necesariamente se tradujo en el incremento del número de los órganos jurisdiccionales.
Tal es el caso del recién inaugurado Palacio de Justicia Federal en la ciudad de Puebla, que tuvo un costo de más de 600 millones de pesos y en el que únicamente se agruparon juzgados y tribunales que ya operaban perfectamente en puntos diversos de esta ciudad, y sólo para cumplir el capricho de un consejero federal (Miguel Angel Quiroz) oriundo de esa entidad.
De acuerdo con funcionarios judiciales de primer nivel, el caso de Puebla no fue el único en que se construyó un inmueble federal para quedar bien con sus respectivos estados.
El problema, sostienen los entrevistados, es que Mariano Azuela (en su calidad de presidente del Consejo de la Judicatura Federal "dejó las manos libres a los consejeros" y éstos hicieron lo que quisieron.
Anteriormente, el ex consejero de la Judicatura Federal y actual ministro Sergio Valls Hernández impulsó la creación de un Palacio de Justicia Federal en su estado natal, Chiapas, y el inmueble fue construido en la capital, Tuxtla Gutiérrez.
El caso de Puebla es significativo, explicaron los funcionarios consultados, porque ahí no hacía falta gastar más de 600 millones de pesos en un inmueble, cuando los que había en esa ciudad operaban perfectamente en edificios que ya habían sido adquiridos por la Judicatura Federal.
Además, subrayaron, es ilógico gastar en un Palacio de Justicia en el que se albergará prácticamente al mismo número de juzgados y tribunales que ya venían operando.
Lo que debió hacerse, insistieron, era crear nuevos órganos jurisdiccionales, en todas las materias, en ciudades en las que el número de asuntos ha sobrepasado la capacidad de trabajo de jueces y magistrados.
Después que el ministro Azuela, quien termina su periodo el próximo 31 de diciembre, sostuvo en su primer declaración como presidente de la Suprema Corte que ya había pasado el momento de crear juzgados y tribunales labor que impulsó su antecesor Genaro David Góngora Pimentel, y que en lugar de ello había que optimizar los que ya estaban trabajando, esto se tradujo en que se redujera drásticamente la construcción de aquéllos y en consecuencia, se incrementara la carga de trabajo en detrimento de la calidad en la impartición de justicia.
Resulta, insistieron, en que al fin de su mandato Azuela fue inaugurar un Palacio de Justicia Federal a Puebla, el cual no es de manera alguna prioridad para hacer más eficiente la impartición de justicia, sino que sirvió para que un consejero, que fue incluso legislador federal por el PRI, hiciera "caravana con sombrero ajeno" en su entidad, a sabiendas que esos recursos pudieron haberse utilizado de mejor manera.
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