Testimonio de una estudiante oaxaqueña secuestrada y torturada por más de 48 horas.

Del Blog de la Liga Nacional de Comités Ciudadanos en Resistencia:


Testimonio de una estudiante oaxaqueña secuestrada y torturada por más de 48 horas.

“El día 12 de enero de 2007, salimos de mi casa con dos estudiantes que conocía muy bien debido a que recientemente el día de la marcha celebrada el 10 del presente mes, me los presentó una amiga, ellos me solicitaron que les otorgue hospedaje ya que sus recurso eran limitados. De lo poco que pudimos platicar es que ellos venían a hacer un estudio de campo para su tesis. Salimos de mi casa para cenar como a las 20:30 o 21:00 horas cerca de las instalaciones del CBTIS de San Felipe del Agua en la ciudad de Oaxaca. Nos cerró el paso una camioneta blanca sin placas en la que venían a bordo cinco personas vestidas de civiles, tres de ellos viajaban en la cabina y los otros dos en la parte trasera. Dichos sujetos vestían pantalones de mezclilla, camisas de color negro y botas de tipo militar, con corte de cabello tipo militar, supongo que eran policías ministeriales del estado. Nos preguntaron de donde veníamos. Uno de mis acompañantes les respondió que porque nos lo preguntaban y si es que les importaban. Los sujetos nos agarraron de nuestras ropas por la espalda y nos subieron violentamente a la camioneta, nos encañonaron con una pistola y nos acostaron boca abajo con las manos en la nuca. Posteriormente nos dijeron que levantáramos la cara o que nos iban a matar, a mi me dijeron "¿Quien te manda a andar en estas pendejadas? ¡Vieja puta! ¿Porque se andan quejando en diferentes lugares?" La camioneta inició su marcha con rumbo desconocido, calculo que fueron aproximadamente dos horas las que duro el viaje, uno de mis acompañantes levantó la cara y como consecuencia uno de los sujetos lo pisó en la espalda propiciando un trato igual para nosotros. Durante el transcurso les decían a uno de mis acompañantes que si no hablaba y no les decía en donde estaba Miguel me iban a violar a mi y que dejara de chingaderas, que éramos estudiantes agitadores, que estábamos dilatando, que éramos una bola de traidores y que les íbamos a decir en donde estaba la doctora Bertha. Llegamos a un lugar desconocido donde nos bajaron violentamente de la camioneta jalándonos de nuestras playeras. Lo que pude ver es que había un campo grande, parecía un pueblo. Nos metieron a un cuarto y nos empujaron hacia la pared, para después sentarnos en sillas, acción que se ejecutó violentamente. El cuarto se encontraba medio vació, solo había sillas, una mesa y un sillón del cual pudimos observar que había un baño. Tres de los cinco sujetos expusieron en la mesa una cantidad considerable de fotografías y me dijeron de decir quienes eran ellos y en donde estaban, que les digeríamos quienes eran o iban a ir a mi casa matar a mis hermanos y a mis hermanas, incluso que las iban a violar. Uno de los sujetos sacó una cámara de video, cuando iba a empezar a grabar nos dijo que conocían a muchas personas que habían participado el 25 de noviembre. Uno de ellos me dijo que era una puta, me jaló de la playera nuevamente. Yo les dije que no me hicieran daño por que estaba embarazada y uno de ellos me dijo agresivamente que eso lo sacaba por puta.

El que me interrogaba sacó su arma, una pistola, y la colocó en la mesa, me preguntó nuevamente por Miguel, y me dejaron sentada un buen rato. El mismo sujeto tomó del brazo a uno de mis acompañantes, lo sentó en la silla y le hizo la misma pregunta "¿Dónde esta Miguel y la Doctora Bertha? ¡Pinches cerdos!" Lo tomaron de los cabellos y con violencia le levantaron la cara y le pegaron con la cacha de la pistola en la ceja. Dijeron, "¡Ya estuvo bueno!" y se salieron los tres del cuarto. Yo calculo que eran casi las tres de la mañana, al dejarnos solos nos amarraron de las manos y me sentaron en medio de mis acompañantes. Ya amaneciendo llegaron los mismos sujetos preguntándonos que si teníamos hambre, ninguno de nosotros respondió y uno de ellos nos dijo: "Vayan y díganle a Flavio Sosa que les de de comer." Uno de mis acompañantes les dijo que quería ir al baño a lo cual le respondieron que no les importaba que se meara en los calzones. Después nos aventaron una lata de comida y unos platos, pero cuando vimos nos dimos cuenta que era comida para perros, y nos dijeron, "Ahora si tráguenselo, así es como quieren comer, pinches comunistas." Me jalaron nuevamente del brazo preguntándome por Miguel y por Bertha, a mi me interrogaban más y me decían que ahora si me iban a refrescar la memoria. Me volvieron a amarrar las manos y nos llevaron uno por uno al baño, acompañándonos, no nos dieron ni comida ni agua. Entre ellos se decían que qué iban a hacer con nosotros, que iban a comer una rica pizza. El mismo individuo que me había interrogado el día anterior me pregunto muy amablemente que si ya iba a hablar o no, a lo que respondí que no sabía nada y que no conocía a nadie de las fotos que me había presentado, entonces me azotó contra la pared. Ya por la noche nos sacaron de la casa los mismos cinco sujetos, nos subieron nuevamente a la camioneta y nos llevaron con rumbo desconocido mientras hablaban por teléfono celular. Calculo más o menos como otras dos horas de viaje. Nos bajaron de la camioneta y teníamos que caminar sin voltear. Nos dijeron que si volteaba alguno de nosotros y que el primero que corriera nos iban a meter unos plomazos. Caminamos y encontramos un depósito de licores donde yo le pregunte a la señora que si me podía prestar su teléfono para hacer una llamada y le conté todo lo sucedido. Le pregunté en donde estábamos y me informó que estábamos en la Colonia Microondas cerca de la Colonia Estrella. Le hablé a mi mamá y le conté todo, por que ella no sabía nada de mi. La señora me dijo que por favor nos retiráramos de ahí por que ella no quería problemas. Nos dijo que camináramos todo derecho y que ahí íbamos a encontrar el hospital del ISSTE, yo le dije que me prestará nuevamente el teléfono para avisarle a mi mamá que ahí nos esperara y emprendimos la caminata con las indicaciones recibidas, hasta que nos encontramos con mi madre, a quien le relate todo lo sucedido y le pregunte a que horas eran para enterarme que eran las 03:30 horas de la mañana del día 14 de enero de 2007. Mi madre nos llevo a mi domicilio con mis acompañantes. Al arribar a la casa entre al baño y me percate de que tenía sangrado, por lo que me imaginé que era una amenaza de aborto, por lo cual no pude conciliar el sueño por el resto de la madrugada. Ya siendo las 08:00 horas de la mañana, mis acompañantes se regresaron a su lugar de origen. A esa hora acudí a una consulta con un médico que efectivamente me confirmo que el sangrado correspondía a una amenaza de aborto del mes y medio de gestación que tenía, que ello fue resultado y consecuencia de los golpes recibidos por mis agresores.”

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