Carta de una madre

A LA OPINION PUBLICA:

Soy madre de uno de los jóvenes que fueron salvajemente golpeados el día de ayer 2 de febrero por órdenes sin duda de Mario García Ortiz. Yo responsabilizo a los dirigentes de la sección 271 de Mineros y a la empresa Mittal, por lo que le pase a mi hijo, por las secuelas que tenga y por lo que le pueda pasar a mi familia y bienes, ya que son los agresores de mi hijo y sus compañeros. Y también son los que además declararon la mentira acerca del supuesto secuestro de la esposa de Mario García Ortiz, la cual reitero es una mentira que hacen para confundir la opinión pública y que utilizaron como maquiavélico pretexto para tenerlos secuestrados.

Exijo a las autoridades municipales, estatales y federales que intervengan para frenar esta escalada de violencia y brutalidad que han impuesto los seudolíderes y seguidores de Napoleón Gómez Urrutia en esta región.

Quiero que toda la sociedad mexicana sepa que mi hijo y sus compañeros, 15 aproximadamente, estuvieron secuestrados y fueron golpeados salvajemente y vejados, estando ellos en una purificadora en la población de Guacamayas, misma que destruyeron los seguidores de Napoleón Gómez Urrutia, unos delincuentes bajo las órdenes de Mario García Ortiz y Martín Rodríguez Piedra y comité de la 271.

Después de ser golpeados brutalmente por una multitud de porros y vándalos, fueron llevados por la fuerza a la puerta 2 de Sicartsa, ahora Mittal. Donde se impidió que recibieran atención médica y tampoco se nos permitió a las familias acercarnos a ellos.

Señor gobernador, señor presidente municipal, señor Felipe Calderón Hinojosa, pregunto: ¡¿si fuera su hijo que harían!?, si fuera su esposa, ¿qué harían?. Mi hijo y sus compañeros solo quieren trabajar, exigir sus derechos como mexicanos y la libertad de expresarse como está consagrado en nuestra Constitución.

¡¡Ya basta de encubrir y solapar a este grupo de delincuentes que se dicen líderes sindicales, que a pesar de todos los desmanes que han cometido en esta región, se pasean libres e impunemente ante la mirada, tolerancia y complicidad de las autoridades de los tres niveles de gobierno!!. ¡¡Todos los dirigentes tienen demandas y órdenes de aprehensión y ustedes, las autoridades no les hacen nada!!. Ignoramos, ¿porqué las autoridades correspondientes no han hecho valer la ley, pues pareciera que el propio gobierno del Estado estuviera coludido con ellos. ¿A qué le tienen miedo?, ¡¿acaso ellos mandan?!

Han afectado la economía y la tranquilidad de la región sin que nadie haya sido capaz de poner orden. ¡Ya basta de tanta violencia, de tanta impunidad, de tanta brutalidad, de tanto sufrimiento!. ¡Exigimos su inmediata intervención!

Señor presidente de la república, sr. gobernador, sr. presidente municipal, pobladores de Lázaro Cárdenas, mineros, los invito a reflexionar, a pensar si quieren seguir viviendo secuestrados por estos delincuentes y a seguir creyendo las mentiras que dicen estos. Tengamos el valor de leer, y de informarnos de imparciales y verídicas fuentes. Me da la impresión que los medios también los protegen ya que solo confunden a la ciudadanía, al dar solo una versión de los hechos, sin comprobar la veracidad de lo que publican ó transmiten y eso es una falta gravísima.

El día de hoy estaba la policía frente a la agresión a los muchachos. Viendo sin intervenir por más de 3 horas y solo mirando como los napitos linchaban a nuestros hijos. Y les quitaban a los periodistas sus cámaras y grabadoras para destruir las evidencias en ellas grabadas. De manera cobarde, la policía municipal se mantuvo al margen sin intervenir en este conflicto.

Señor Gobernador, ¡¿cómo es posible que un grupo de delincuentes, que se dicen líderes sindicales, hayan puesto de rodillas al gobierno de Michoacán?!. Le pregunto, ¿ésta es la calidad moral y el valor que usted heredó de su abuelo, el General Lázaro Cárdenas?, ¿es ésta la herencia que deja usted a su descendencia?, ¿es así como quiere pasar a la historia?. Le pido por favor, intervenga. Siéntame como si fuera su madre dolida. Siéntame como una mujer desesperada. No es justo que tantas familias, madres, esposas, hermanas, hijas, nietas, suframos, porque usted no tiene el valor de ejercer la justicia. No lleguemos al “ojo por ojo”. ¿Qué está esperando?, ¿Qué asesinen a nuestros hijos por exigir su derecho al trabajo, a la vida, a la honestidad y a la democracia?

También les llamo a todo el pueblo, a los trabajadores mineros. Escuchen la verdad. Dejemos la pasividad y hagamos de nuestro pueblo y ciudad, un lugar con justicia para vivir, no para ser asesinados.

A los trabajadores y mineros les pregunto, ¿están dispuestos a seguir permitiendo y avalando estas acciones vandálicas por quienes son sus representantes y dirigentes?

Señora esposa de Mario García, ojalá que tú que eres madre como yo, tengas el valor de decir la verdad. Que nunca fuiste secuestrada y que desmientas esa infame versión. Solo como madre podrás comprenderme. Que de tus entrañas salga la verdad.

A mi hijo le quiero decir, que lo quiero mucho y que lo seguiré apoyando con los principios con que fue educado en esta familia. Y que en él y en sus compañeros está el valor y el decoro de tantos que viven de rodillas.

Familias de los mineros casi linchados el día 2 de febrero del 2007, en la Cd. de Lázaro Cárdenas, Michoacán.

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