j. jesús esquivel
No obstante los elogios de funcionarios del gobierno de Estados Unidos a Felipe Calderón por la extradición de 15 narcotraficantes mexicanos, entre los que destaca Osiel Cárdenas Guillén, el presidente George W. Bush, no se quiso quedar atrás y llamó hoy por teléfono a su homologo de México para agradecerle su lucha contra el narcotráfico.
“El presidente (Bush) llamó por teléfono al presidente Calderón para elogiarlo por los fuertes esfuerzos que está tomando el gobierno de México para restaurar las leyes y el orden y combatir al narcotráfico relacionado con la violencia”, dijo a Apro un funcionario de la Casa Blanca.
Añadió que fue iniciativa de Bush llamar a Calderón y dijo que la plática duró “unos 15 minutos”.
La decisión del gobierno calderonista de extraditar a Estados Unidos a capos de la talla de Cárdenas Guillen, tiene extasiado al gobierno de Bush que, a través de la DEA, el Departamento de Estado, de Justicia y la oficina nacional para la política anti-drogas, a cargo de John Walters, ha enviado felicitaciones al gobierno de México, anotando siempre que esperan que continúen las extradiciones de criminales mexicanos con delitos pendientes en la Unión Americana, sobre todo los acusados de tráfico y “lavado” de dinero.
“Bush también le agradeció su liderazgo a Calderón. Los dos presidentes destacaron su interés en fortalecer la cooperación en los esfuerzos comunes para luchar contra el tráfico de drogas y los carteles”, añadió el funcionario.
En noviembre pasado, durante su viaje a la capital estadunidense como presidente electo, Calderón afirmó que en su gobierno la prioridad sería el combatir al crimen organizado, que intenta ahora desmantelar con operaciones militares en distintos puntos del país, medidas que Estados Unidos recibe con escepticismo ante el constante riesgo de que las Fuerzas Armadas de México se contagien de la corrupción que genera el narcotráfico, como ha ocurrido en el pasado.
Por otro lado, la Casa Blanca indicó que Calderón aprovechó la llamada de Bush para hablar de la reforma integral a las leyes de inmigración, asunto que anoche Bush pidió aprobar al Congreso federal de su país, pese a que no estipuló plazos para que lo hiciera el Poder Legislativo.
“El presidente (Bush) le reafirmó su compromiso con una reforma migratoria ampliada”, explicó el funcionario de la Casa Blanca.
Sobre el tema migratorio en Estados Unidos que, en lugar de favorecer a los indocumentados mexicanos, se ha traducido en la militarización de la frontera con México, Dick Cheney, vicepresidente de Estados Unidos declaró, en entrevista con la cadena de televisión CNN, que sería una irresponsabilidad del Capitolio no aprobar un cambio integral a las leyes migratorias.
“Necesitamos la aprobación de una legislación migratoria. Sería irresponsable no tratar de abordar ese problema. Es muy serio el problema y la reforma es muy importante desde el punto de vista de millones de inmigrantes indocumentados que ya se encuentran aquí, y (también) para esos segmentos de nuestra economía que dependen de la mano de obra de los indocumentados”, dijo.
No obstante los elogios de funcionarios del gobierno de Estados Unidos a Felipe Calderón por la extradición de 15 narcotraficantes mexicanos, entre los que destaca Osiel Cárdenas Guillén, el presidente George W. Bush, no se quiso quedar atrás y llamó hoy por teléfono a su homologo de México para agradecerle su lucha contra el narcotráfico.
“El presidente (Bush) llamó por teléfono al presidente Calderón para elogiarlo por los fuertes esfuerzos que está tomando el gobierno de México para restaurar las leyes y el orden y combatir al narcotráfico relacionado con la violencia”, dijo a Apro un funcionario de la Casa Blanca.
Añadió que fue iniciativa de Bush llamar a Calderón y dijo que la plática duró “unos 15 minutos”.
La decisión del gobierno calderonista de extraditar a Estados Unidos a capos de la talla de Cárdenas Guillen, tiene extasiado al gobierno de Bush que, a través de la DEA, el Departamento de Estado, de Justicia y la oficina nacional para la política anti-drogas, a cargo de John Walters, ha enviado felicitaciones al gobierno de México, anotando siempre que esperan que continúen las extradiciones de criminales mexicanos con delitos pendientes en la Unión Americana, sobre todo los acusados de tráfico y “lavado” de dinero.
“Bush también le agradeció su liderazgo a Calderón. Los dos presidentes destacaron su interés en fortalecer la cooperación en los esfuerzos comunes para luchar contra el tráfico de drogas y los carteles”, añadió el funcionario.
En noviembre pasado, durante su viaje a la capital estadunidense como presidente electo, Calderón afirmó que en su gobierno la prioridad sería el combatir al crimen organizado, que intenta ahora desmantelar con operaciones militares en distintos puntos del país, medidas que Estados Unidos recibe con escepticismo ante el constante riesgo de que las Fuerzas Armadas de México se contagien de la corrupción que genera el narcotráfico, como ha ocurrido en el pasado.
Por otro lado, la Casa Blanca indicó que Calderón aprovechó la llamada de Bush para hablar de la reforma integral a las leyes de inmigración, asunto que anoche Bush pidió aprobar al Congreso federal de su país, pese a que no estipuló plazos para que lo hiciera el Poder Legislativo.
“El presidente (Bush) le reafirmó su compromiso con una reforma migratoria ampliada”, explicó el funcionario de la Casa Blanca.
Sobre el tema migratorio en Estados Unidos que, en lugar de favorecer a los indocumentados mexicanos, se ha traducido en la militarización de la frontera con México, Dick Cheney, vicepresidente de Estados Unidos declaró, en entrevista con la cadena de televisión CNN, que sería una irresponsabilidad del Capitolio no aprobar un cambio integral a las leyes migratorias.
“Necesitamos la aprobación de una legislación migratoria. Sería irresponsable no tratar de abordar ese problema. Es muy serio el problema y la reforma es muy importante desde el punto de vista de millones de inmigrantes indocumentados que ya se encuentran aquí, y (también) para esos segmentos de nuestra economía que dependen de la mano de obra de los indocumentados”, dijo.
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