Amigos:
En la portada de Proceso 1546, correspondiente al 18 de junio del año pasado, se refieren al “cuñado letal” y aluden también a la nota de la misma edición titulada Bajo el amparo de Cerisola…, donde el suscrito da cuenta de la denuncia que había formalizado vía internet ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) en contra de Gonzalo Alarcón Osorio, todavía hoy director general del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), por la extensión a todas luces ilegal de un contrato de servicios por parte del mencionado organismo gubernamental a favor de Hildebrando, la famosa compañía del no menos célebre Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo, cuñado del actual presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Pues bien, en agosto del mismo año, el Órgano Interno de Control (OIC) en Sepomex y la propia SFP me solicitaron pruebas documentales que fundamentaran mi acusación. De inmediato las puse a su disposición, mediante una compañía de mensajería privada, y a los pocos días obtuve acuse de recibo de ambas dependencias.
Desde entonces, únicamente he obtenido evasivas, cuando no el franco desdén de los funcionarios responsables (como en el caso del actual secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares) que pasaron intocables de una administración a la siguiente, al solicitarles una y otra vez información sobre el avance del caso.
Lo más que he llegado a conseguir de ellos (y esto porque recurrí al IFAI) ha sido la nota de que no se me podía informar del asunto por estar en curso las investigaciones.
Me pregunto yo qué tanto investigan con pruebas tan contundentes, y si no sería conveniente implantar una especie de juicios orales también en este tipo de denuncias.
Por lo pronto, lo más sencillo es pensar simple y llanamente en la prolongación de la impunidad.
Atentamente
RAÚL GUTIÉRREZ Y MONTERO
En la portada de Proceso 1546, correspondiente al 18 de junio del año pasado, se refieren al “cuñado letal” y aluden también a la nota de la misma edición titulada Bajo el amparo de Cerisola…, donde el suscrito da cuenta de la denuncia que había formalizado vía internet ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) en contra de Gonzalo Alarcón Osorio, todavía hoy director general del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), por la extensión a todas luces ilegal de un contrato de servicios por parte del mencionado organismo gubernamental a favor de Hildebrando, la famosa compañía del no menos célebre Diego Hildebrando Zavala Gómez del Campo, cuñado del actual presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa.
Pues bien, en agosto del mismo año, el Órgano Interno de Control (OIC) en Sepomex y la propia SFP me solicitaron pruebas documentales que fundamentaran mi acusación. De inmediato las puse a su disposición, mediante una compañía de mensajería privada, y a los pocos días obtuve acuse de recibo de ambas dependencias.
Desde entonces, únicamente he obtenido evasivas, cuando no el franco desdén de los funcionarios responsables (como en el caso del actual secretario de la Función Pública, Germán Martínez Cázares) que pasaron intocables de una administración a la siguiente, al solicitarles una y otra vez información sobre el avance del caso.
Lo más que he llegado a conseguir de ellos (y esto porque recurrí al IFAI) ha sido la nota de que no se me podía informar del asunto por estar en curso las investigaciones.
Me pregunto yo qué tanto investigan con pruebas tan contundentes, y si no sería conveniente implantar una especie de juicios orales también en este tipo de denuncias.
Por lo pronto, lo más sencillo es pensar simple y llanamente en la prolongación de la impunidad.
Atentamente
RAÚL GUTIÉRREZ Y MONTERO
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