Machete Arte
Sí para alguien no le quedaba claro lo que está sucediendo en México y se fue con la finta de que los militares están en las calles para realizar la “noble labor” de combatir el narcotráfico, cada vez se va dilucidando mejor lo que significa que a los milicos, empezando por la tropa se les dé un aumento salarial del 46%. Leyeron bien: 46%, mientras para los obreros, maestros, trabajadores universitarios, burócratas, etc., etc., hay un tope salarial de un aumento máximo de 3.8 %.
El mensaje es muy claro: los Estados Unidos le han mandatado a Felipe Calderón tener un ejército que poco a poco se vaya convirtiendo en una institución de mercenarios, que estén allí por el dinero que reciben, no por la convicción de ser garantes de la Seguridad Nacional.
Para que los obreros que recibieron un aumento de menos de $2,00 diarios (sesenta pesos al mes) tengan una idea de la magnitud del aumento a los militares, revisemos el ejemplo que dio Calderón: “ el soldado de menor ingreso, perteneciente a la primera Región Militar, de obtener 3 mil 500 pesos mensuales, pasó a 5 mil 200 pesos, es decir, 46 por ciento más que antes”
¿De dónde saldrá ese dinero?... de los impuestos, recortando gastos para escuelas, universidades, salud, entre otros rubros.
Queda claro que para Felipe Calderón lo que importa no es que la población mexicana tenga resuelta sus problemáticas económicas, sino que todos los mexicanos vayan entendiendo que el que proteste será reprimido. Ahora es con el pretexto del narcotráfico, donde a cualquier “hijo de vecino” le pueden “poner el dedo” y hacerlo culpable. Mañana el pretexto será el terrorismo, considerando terrorista a quien se atreva a cuestionar la privatización del petróleo, la electricidad, la educación, la salud, todo eso que ellos ya están dispuestos a imponer y que llaman las reformas estructurales.
Dice Calderón que todo esto se hace para lograr la seguridad. Pero qué es para ellos seguridad: cuidar los bancos, la bolsa de valores, que no haya protestas contra los grandes inversionistas, sobre todo extranjeros; que no haya huelgas, que se respete la propiedad privada (incluyendo aquella que se acumuló con la corrupción y la explotación). A ellos no les interesa que haya seguridad para los trabajadores, empezando por la seguridad en el empleo. Eso no es de su interés y como sienten que cada día hay más gente inconforme, requieren de un ejército de mercenarios, que no deserten, a cambio de un sueldo que no van a poder obtener en otro trabajo. Porque la deserción en el Ejército mexicano es dramática, y se incrementa cuando los pueblos avanzan y del lado de los militares empieza haber bajas.
Los militares están copando toda la esfera política incluyendo las labores policiales. Por cierto que esto es otra orden de los gringos. En un informe realizado por Adam Isacson, Lisa Haugaard y Joy Olson, dejan claro que el Pentágono continúa impulsando prácticas militares, programas y doctrina militar en América Latina “confundiendo los roles civiles y militares, especialmente tras crear nuevas misiones militares dentro de las fronteras de los países.
En el presupuesto FY2005 de ayuda militar estadounidense se desglosa la ayuda económica para América Latina y el Caribe. La superpotencia provee 921 millones de dólares en ayuda económica, y al menos 859 millones para ayuda militar.
El 12 de marzo estará Bush en México para que Calderón le rinda cuentas, a lo que el chaparrito contestará: aumenté el 46 % del salario a los militares, además de seguir preparando fuerzas de contrainsurgencia para enfrentar el descontento popular.
Se necesita estar ciego para no ver que el plan de los poderosos (para México) es el control militar del descontento popular. Habrá que ver si los hijos de Villa y de Zapata se amedrentan con los nuevos kaibiles mexicanos.
Pero no hay que olvidar que es tan burda la supeditación de los altos mandos militares a loa mandos gringos, que dentro de las fuerzas armadas hay gente conciente y patriota que está haciendo una labor callada y que se opondrá a que el ejército mexicano, se convierta en verdugo de su pueblo, tan sólo para defender los intereses económicos y políticos de las grandes trasnacionales.
La lucha que se avecinda no va a ser sencilla, por el contrario, será muy cruenta, por lo que hay que empezar a prepararse desde ahora. Lo primero que hay que hacer es lo que millones de trabajadores ya están haciendo: enterarse, juntarse con grupos experimentados en la lucha y organizarse.
Sí para alguien no le quedaba claro lo que está sucediendo en México y se fue con la finta de que los militares están en las calles para realizar la “noble labor” de combatir el narcotráfico, cada vez se va dilucidando mejor lo que significa que a los milicos, empezando por la tropa se les dé un aumento salarial del 46%. Leyeron bien: 46%, mientras para los obreros, maestros, trabajadores universitarios, burócratas, etc., etc., hay un tope salarial de un aumento máximo de 3.8 %.
El mensaje es muy claro: los Estados Unidos le han mandatado a Felipe Calderón tener un ejército que poco a poco se vaya convirtiendo en una institución de mercenarios, que estén allí por el dinero que reciben, no por la convicción de ser garantes de la Seguridad Nacional.
Para que los obreros que recibieron un aumento de menos de $2,00 diarios (sesenta pesos al mes) tengan una idea de la magnitud del aumento a los militares, revisemos el ejemplo que dio Calderón: “ el soldado de menor ingreso, perteneciente a la primera Región Militar, de obtener 3 mil 500 pesos mensuales, pasó a 5 mil 200 pesos, es decir, 46 por ciento más que antes”
¿De dónde saldrá ese dinero?... de los impuestos, recortando gastos para escuelas, universidades, salud, entre otros rubros.
Queda claro que para Felipe Calderón lo que importa no es que la población mexicana tenga resuelta sus problemáticas económicas, sino que todos los mexicanos vayan entendiendo que el que proteste será reprimido. Ahora es con el pretexto del narcotráfico, donde a cualquier “hijo de vecino” le pueden “poner el dedo” y hacerlo culpable. Mañana el pretexto será el terrorismo, considerando terrorista a quien se atreva a cuestionar la privatización del petróleo, la electricidad, la educación, la salud, todo eso que ellos ya están dispuestos a imponer y que llaman las reformas estructurales.
Dice Calderón que todo esto se hace para lograr la seguridad. Pero qué es para ellos seguridad: cuidar los bancos, la bolsa de valores, que no haya protestas contra los grandes inversionistas, sobre todo extranjeros; que no haya huelgas, que se respete la propiedad privada (incluyendo aquella que se acumuló con la corrupción y la explotación). A ellos no les interesa que haya seguridad para los trabajadores, empezando por la seguridad en el empleo. Eso no es de su interés y como sienten que cada día hay más gente inconforme, requieren de un ejército de mercenarios, que no deserten, a cambio de un sueldo que no van a poder obtener en otro trabajo. Porque la deserción en el Ejército mexicano es dramática, y se incrementa cuando los pueblos avanzan y del lado de los militares empieza haber bajas.
Los militares están copando toda la esfera política incluyendo las labores policiales. Por cierto que esto es otra orden de los gringos. En un informe realizado por Adam Isacson, Lisa Haugaard y Joy Olson, dejan claro que el Pentágono continúa impulsando prácticas militares, programas y doctrina militar en América Latina “confundiendo los roles civiles y militares, especialmente tras crear nuevas misiones militares dentro de las fronteras de los países.
En el presupuesto FY2005 de ayuda militar estadounidense se desglosa la ayuda económica para América Latina y el Caribe. La superpotencia provee 921 millones de dólares en ayuda económica, y al menos 859 millones para ayuda militar.
El 12 de marzo estará Bush en México para que Calderón le rinda cuentas, a lo que el chaparrito contestará: aumenté el 46 % del salario a los militares, además de seguir preparando fuerzas de contrainsurgencia para enfrentar el descontento popular.
Se necesita estar ciego para no ver que el plan de los poderosos (para México) es el control militar del descontento popular. Habrá que ver si los hijos de Villa y de Zapata se amedrentan con los nuevos kaibiles mexicanos.
Pero no hay que olvidar que es tan burda la supeditación de los altos mandos militares a loa mandos gringos, que dentro de las fuerzas armadas hay gente conciente y patriota que está haciendo una labor callada y que se opondrá a que el ejército mexicano, se convierta en verdugo de su pueblo, tan sólo para defender los intereses económicos y políticos de las grandes trasnacionales.
La lucha que se avecinda no va a ser sencilla, por el contrario, será muy cruenta, por lo que hay que empezar a prepararse desde ahora. Lo primero que hay que hacer es lo que millones de trabajadores ya están haciendo: enterarse, juntarse con grupos experimentados en la lucha y organizarse.
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