Los Pleitos de Calderón


Por Eduardo Ibarra Aguirre

Auspiciar el debate sobre los modelos para que América Latina acceda al bienestar popular, la democracia (representativa y participativa) y los Estados nacionales sean viables en la aldea globalizada, es tarea de los latinoamericanos, pero muy difícilmente de sus gobernantes, a riesgo de promover desafortunados e innecesarios desencuentros.

Lo anterior le cuesta trabajo entenderlo a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa , quien en aras de promover la inversión en México, criticó a los gobiernos de Argentina, Bolivia y Venezuela por sus políticas soberanas de nacionalizaciones, porque no consultan ni dependen tanto como México del imperio presidido a trompicones por George W. Bush .

En el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, Luis Inacio Lula da Silva le sugirió al michoacano que no se asustara por las decisiones que toman los Estados argentino, boliviano y venezolano, y le recordó lo que es del conocimiento de cualquier lee periódicos: Hugo Rafael Chávez Frías es producto de tres elecciones democráticas consecutivas sin que mediara impugnación alguna.

Para decirlo llanamente: Calderón Hinojosa es el menos indicado para promover una campaña en contra de los planes reeleccionistas y los poderes que recibirá el venezolano para legislar sin la intervención de la mayoría absoluta que tiene en la Asamblea Nacional y que la conquistó en buena lid, merced a la estrategia abstencionista de sus opositores. Son poco afortunados los proyectos en vías de aprobación por excluyentes e innecesarios frente al enorme respaldo ciudadano que obtuvo Chávez Frías en las urnas, en diciembre pasado.

Eso lo puedo decir yo porque no presido ni mi colonia. Pero no Calderón , quien además de estar al frente de la República, fue producto de la elección más cerrada e impugnada en los órganos electorales y judiciales, en las calles y plazas, en toda la historia política de México. El michoacano debería guardar un mínimo de recato para no tener el cinismo de presumirle a Ángela Merkel que él ganó con una diferencia mayor de votos. Así es, sólo que la canciller alemana preside un gobierno que incluye a los socialdemócratas, mientras que Calderón integró uno monocolor, faccioso, como si sus opositores no hubieran obtenido dos tercios de la votación.

El apasionado ideólogo del libre mercado, la inversión extranjera y la democracia electoral (a la mexicana, por supuesto) no registra que de acuerdo a sus esquemas mentales y sueños guajiros, como convertir a México en la quinta economía en 2040, los gobiernos de Argentina, Bolivia y Venezuela dejan el campo abierto a nuestro país para captar mayor inversión, con sus políticas de “prejuicios sobre el libre mercado”.

Sólo que de acuerdo a Eduardo Sojo García-Aldape , los 4 mil millones de pesos que Calderón Hinojosa ya festeja como resultado neto de la gira, se obtuvieron antes de comenzar un recorrido que por los magros resultados, la uniformidad desinformativa de la telecracia y la capacidad de buscar pleitos con gobernantes latinoamericanos, nos recuerda a Vicente Fox Quesada , quien se estrenó como conferencista en Los Ángeles, para refrendar que la lengua y el cerebro pueden coexistir descoordinados.

Calderón Hinojosa llamó a discutir las diferencias entre gobernantes “con madurez y pleno respeto, sin incurrir en descalificaciones personales”, pero actuó en su primera gira europea como avanzada de la Organización Demócrata Cristina de América, que preside Manuel Espino Barrientos , el terrorista que buscó dinamitarle la visita a Madrid, y que en conciliábulo con sus pares acordaron construir alternativas “a la propuesta comunista ( sic ) que invade América Latina”.

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