Política (de) social(es)

Astillero

Julio Hernández López

Lo íntimo, como publicidad
Bodas, glamour y duelo
No olvidar el caso Atenco

En estos momentos de crisis, los mexicanos podrían paliar sus cuitas leyendo historias de políticos en las revistas del corazón.

Por ejemplo, el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados federal apareció en la portada y en cinco páginas de la versión mexicana de la revista Hola!, en su edición de febrero, para dar a conocer detalles íntimos de su segundo matrimonio (aunque luego le incomodó que los periodistas de la fuente política le preguntaran sobre lo publicado, que él en San Lázaro llama su "vida privada"). El panista Jorge Zermeño, ex presidente municipal de Torreón, apareció junto con su inminente esposa, Astrid Casale (el matrimonio será el próximo 9), en la publicación que vende cada una de sus páginas en 99 mil pesos (ya con IVA), más cobros extraordinarios por "posiciones preferentes".

La futura señora Zermeño, 26 años más joven que el diputado panista, explica que "para mí, la edad no ha sido, ni será, un impedimento para el amor", y se sincera al comentar que "mucha gente me ha dicho: '¡Vas a convertirte en la esposa del hombre más importante de uno de los tres poderes en México!', pero yo les digo que estoy enamorada del hombre, no del político". La novia también revela cómo le pidieron matrimonio: "El 12 de agosto pasado estábamos en una cena en Cancún, con motivo del final de la legislatura del Senado, y pidieron a Jorge que dirigiera a todos unas palabras. Después de saludarlos, dijo: 'Antes que nada, quiero presentarles a Astrid Casale, mi novia, y próximamente, si ella quiere, nos vamos a casar". A la ceremonia civil asistirán como testigos, por parte del novio, Diego Fernández de Cevallos y Ricardo García Cervantes, y la residencia de la pareja estará al principio entre Torreón y la ciudad de México, ya que, cuando termine el periodo de Zermeño como presidente de la directiva de San Lázaro, "quién sabe lo que pasará; lleva una buena relación con Felipe Calderón, que lo estima mucho, y no sabemos si le encomendará algo después". Zermeño también hizo confidencias al Hola! México: de sus vivencias el primero de diciembre, durante la toma de posesión de Calderón; de la causa por la cual mantuvo en secreto durante un tiempo la relación con la señora Casale, y de las reacciones de los hijos ante el nuevo enlace.

En las primeras páginas de la revista, mucho antes del reportaje de la pareja Zermeño-Casale (los laguneros ocuparon de la 54 a la 58), vienen buenos consejos para quienes desean tener éxito en el disfrute elegante de la riqueza. La llamada Reina de Acapulco, Viviana Corcuera (quien vive con un diputado federal priísta, Martín Olavarrieta, 17 años menor que ella), sostiene: "Para ser una mujer glamourosa es imprescindible tener marido rico, saber dar fiestas con gente bonita y elegantísima, y traerla desde cualquier parte del mundo, si no está; saber mezclar a tus invitados y poder ofrecerles sin límite cosas como caviar y champaña. Y para ello necesitas una fortuna muy grande". Con cierto toque de crítica social, la señora Corcuera reconoce que en México se ha perdido el "glamour de antaño", sobre todo porque los multimillonarios del pasado murieron y "repartieron sus fortunas entre sus hijos, y éstos ya no tuvieron el mismo poder adquisitivo de sus padres". Pero, "de todas maneras, en la sociedad mexicana seguimos viviendo, aunque pocos, un glamour muy agradable, si bien nada tiene que ver con el que disfrutamos en las décadas de los 60 y 70".

La revista Quién, por su parte, lleva en su portada el tema de "Peña Nieto de luto. La sorpresiva y trágica muerte de su esposa y quiénes fueron a despedirla", con una fotografía del gobernador del estado de México y sus hijos cargando la urna con las cenizas de Mónica Pretelini de Peña. El editorial de Quién, de 18 líneas, advierte que "si algo tiene a su favor Peña Nieto", para remontar la adversidad, "es su juventud y un prometedor futuro profesional". A lo largo de nueve páginas se despliegan 15 fotografías de asistentes VIP al sepelio, de las cuales la de menor tamaño, y colocada al final, es la de Felipe Calderón y su esposa. En seguida de la información fúnebre, viene en tres páginas una semblanza de la señora Mónica Pretelini de Peña, destacando una fotografía en la que, vestidos los tres de rojo, aparecen en Toluca Roberto Madrazo, la señora de Peña y el gobernador, durante el cierre de campaña del tabasqueño como candidato presidencial.

En Caras, de Televisa, en su edición de enero, apareció Jorge Hank Rhon, ahora candidato priísta a gobernar Baja California, a propósito de la boda de su hija Mara con el suizo Mark von Dalwigk. La misa fue oficiada por tres sacerdotes, en inglés y español y, terminando la ceremonia religiosa, los novios se trasladaron en un Rolls Royce de colección a la fiesta, en el Hipódromo Aguacaliente, donde Luis Miguel cantó durante una hora.

Astillas:

En el mundo del cinismo institucional todo es posible. Los máximos jurisperitos de la nación discuten con aires solemnes si lo sucedido el año pasado en el caso de San Salvador Atenco constituyó conceptualmente una grave violación a los derechos humanos o si las detenciones arbitrarias, allanamientos de morada, torturas, violaciones y demás salvajismos policiales plenamente documentados deben ser clasificados de una manera menos estridente. Cuando los señores ministros resuelvan ese complejo problema técnico, decidirán si atraen o no el asunto para atenderlo. Mientras tanto, los detenidos injustamente siguen en la cárcel, los golpeados y violados saben que los culpables siguen impunes y de nuevo hay violencia y muerte contra los miembros del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, como lo denunció ayer la señora Trinidad Ramírez, esposa de Ignacio del Valle. ¡No sólo es Oaxaca, también es Atenco!... Y, en tanto Calderón cree lucirse dizque doblegando al taimado Espino, y Chávez sigue sin soltar a su cliente Felipe, y los diputados apagan las luces de San Lázaro, pero las vuelven a prender, y la APPO vuelve a marchar, este sábado, ¡feliz fin de semana pontificio, es decir, del que hace puentes!

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