El pri sigue dando asco y más asco...

Una nota de PROCESO:

El PRI ¿renovado?

josé gil olmos

Después de perder dos veces seguidas la contienda presidencial, el PRI ha tratado de levantarse sin éxito. Hoy parece que tampoco lo logrará, pues independientemente de quién gane, ni Beatriz Paredes ni Enrique Jackson ofrecen el cambio estructural que necesita el priismo. [Por que de los dos ni uno se hace par de pandejos la mera verdad... el cerebro que tienen es de adorno, insisto el único modo de revivir pal'pri fue apoyar el Voto por Voto, Casilla por Casilla, ¿no quisieron y hasta apoyaron la usurpación? ¡¡¡se friegan ahora!!!

A diferencia del PRD, en que las diferencias son entre las “tribus”, y del PAN, donde se confrontan dos alas conservadoras de una misma ideología –la ultraderecha--, en el PRI quienes se disputan el partido son fuertes grupos de poder político y económico que tratan de mantener privilegios antiguos, así como posibilidades para disputar una vez más la Presidencia de la República. [Y si llegasen a haber elecciones el 2012 volveran a perder así pongan al Nieto Cara de Niño].

Ninguno de los dos candidatos más fuertes, ni los otros tres que juegan un papel decorativo, han presentado un proyecto distinto al que ya conocemos en el PRI. De hecho en la contienda interna han reflejado los mismos viejos vicios de componendas y corrupción en la compra de votos de los delegados del Consejo Político Nacional (CPN), que habrán de votar el próximo 18 de febrero. [Marranos].

Los saldos del PRI después de las elecciones del 2000 y 2006 son muchos y graves, pero más allá de la cantidad, el resquebrajamiento del partido se manifiesta en dos aspectos principales: la pérdida en el voto seguro que se llegó a estimar en 21 millones, y la inexistencia de la estructura territorial y sectorial. [Mucho de esto gracias en parte al terror de Elba Estiercol].

Desde los comicios de 1988, el PRI comenzó a manifestar la pérdida de credibilidad. En aquella elección a Carlos Salinas de Gortari se le prometieron 20 millones de votos “verdes” –del campo-- que nunca llegaron. Y aunque Ernesto Zedillo obtuvo una victoria clara, es también cierto que en 1994 lo que funcionó fue el famoso “voto del miedo”. [Y en 2006 el mago Ufraude apareció un friego de votos pal fecal].

En la elección del 2000, Francisco Labastida vivió en carne propia la crisis estructural de su partido. Ni los sectores popular, obrero y campesino respondieron, menos los sindicatos que en otros tiempos eran los que sacaban a flotes las elecciones. La noche del 6 de julio de ese año, el PRI sufrió su peor derrota y desde entonces no ha podido recuperarse, ni siquiera en los comicios intermedios del 2003, en que ganó las elecciones en 17 estados.

Seis años después Roberto Madrazo experimentó lo mismo que el sinaloense. De acuerdo con las cuentas alegres de su estratega electoral, César Augusto Santiago, el tabasqueño habría de recibir 21 millones de sufragios producto de una estrategia encabezada por un millón 300 mil promotores del voto, cada uno de los cuales traería 20 votos. Pero al final los números no se dieron y el fracaso fue rotundo: el PRI se fue al tercer sitio en la tabla política. [Y ni a tercero porque creo el PANAL ta recibiendo más privilegios que el pri preguntenle a la Estiercol].

Hoy el PRI se enfrenta a sus propias contradicciones. No sabe cómo transformarse, dejar de ser un partido que nació para el poder y no para la ciudadanía.

Históricamente, el PRI ha servido para el poder presidencial y su estructura está diseñada para ello, para reforzarlo y recrearlo. Los llamados sectores no representaban a los campesinos, obreros ni a las clases medias y populares, en realidad sólo funcionaban para mediatizar cualquier movimiento e “institucionalizarlo”.

El PRI nunca se ha actualizado y los proyectos que representan los candidatos actuales, sobre todo el de Beatriz Paredes y Enrique Jackson, no ofrecen a los electores, ni aun a los priistas de siempre, ningún atractivo. [Como quien dice ya valio 'm'...].

“Por tiempos mejores”, es el lema de campaña de Jackson, mientras que el de Paredes es “Construyamos el PRI del siglo XXI”. Ambos candidatos le apuestan al futuro y tratan de borrar un pasado manchado por la corrupción, las componendas y la traición, una tradición priista que se mantiene y se refleja ahora en la actuación de sus propios gobernadores, convertidos en “virreyes”, o en sus legisladores que no representan más que a sus propios intereses. [Les propongo el lema "Para prostituirnos mejor", venga ese pri, venga, dele duro].

Es evidente que la renovación del PRI tiene que ir más allá de un cambio en las cabezas o en los liderazgos, tendría que replantearse la estructura sectorial y aun la territorial. Inclusive quizá sea tiempo de pensar en cambiar hasta de nombre, porque la “revolución institucionalizada” ya no tiene ningún significado.

Ja ja ja, esa última parte tuvo chida "cambiar de nombre", no ps más ridiculo y humillante no pudo ser, el pri ya da pena la neta es un asco de partido neto que quien se diga ser gente honesta pero todavía cuelga el collar del tricolor, sigue dentro de la pus de la política, la mera basofia, lo más vergonzoso y horrendo de la historia moderna. Y para allá va que vuela el pan-yunque, los fecalienigenas ni viendo las barbas del vecino mojar... caray... en paz descanse el pri.


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