PRESIDENCIA LEGITIMA Y NUESTROS SENTIMIENTOS

Antes de proceder a hacer unas reflexiones sobre mi muy particular percepción sobre la marcha del movimiento que encabeza nuestro Presidente legítimo, deseo dejar asentado, que ello no obedece de ninguna manera a principios o convicciones volátiles, tenemos un inquebrantable compromiso con la izquierda mexicana, estamos convencidos que constituye la vía política idónea para sacar del atraso a millones de pobres en nuestro país, anhelamos se concrete nuestra esperanza de ser testigos y protagonistas del arribo al poder de un proyecto en que el eje central lo constituya el marginado, el rechazado, el pauperizado secularmente por una política depredadora e inhumana menejada desde los centros de poder del gran capital, la aspiración de alcanzar a través de un amplio movimiento social surgido desde las entrañas mismas del pueblo, un México democrático, un México justo, digno, un México en el todos juntos por fin extirpemos de raíz los monopolios, la corrupción, el influyentismo, el tráfico de influencias, la riqueza inexplicable, que logremos que en nuestro país sea un principio general y no la excepción la aplicación de la justicia, que al cabo de nuestra lucha transformemos radicalmente la forma de hacer política, ya no tolerar al político que sólo busca su beneficio personal, o aquel que aprovechándose del cargo lucra, chantajea y extorsiona, purificar de una vez por todas la cosa pública, esa es nuestra aspiración y anhelo y a la consecución de esas metas, todos estamos luchando cada uno desde nuestra trinchera.
Dicho lo anterior, estamos convencidos de la legitimidad de la lucha que encabeza Andrés Manuel López Obrador, creemos firmemente en su lucha, que es nuestra, estamos seguros de la sinceridad de sus palabras, así como de la solidez inquebrantable de sus principios, sabemos que tenemos un líder que representa genuinamente el sentir de millones de mexicanos, que es un hombre honesto, no hay discución, que es congruente, es una de sus muchas virtudes, sin embargo, consideramos que es necesario que nuestro Presidente Legítimo, deje a un lado el discurso del candidato y asuma una posición de estadista, no queremos seguir escuchando en sus discursos, por ejemplo que no le han quitado una pluma a su gallo, porque el centro del movimiento ya no es el candidato, es el proyecto de nación, aunque él lo encabece, queremos un López Obrador, mas fresco en su discurso, mas propositivo, un discurso no tan conyuntural como profundo, un López Obrador cuyo discurso debe fundamentarse en el hecho de que su situación particular actual es totalmente distinta a la existente hasta el 2 de julio, queremos ver un López Obrador, sino teórico, mas doctrinario, menos repetitivo, mas definido con los problemas sociales, mas en contacto con los movimientos de izquierda en el mundo, y con sus líderes. Finalmente queremos un gabinete mas participativo en las grandes tareas nacionales.

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